Las especulaciones sobre una posible adquisición se producen en medio de una ola de acuerdos en la City. Las bajas valoraciones han convertido incluso a las empresas más grandes en posibles objetivos, y el gigante petrolero de los Emiratos Árabes Unidos, Adnoc, recientemente exploró una oferta por BP.
Burberry ha tenido uno de los peores resultados en el FTSE 100 en lo que va del año a medida que la demanda de artículos de lujo se desacelera, particularmente en China.
Algo inusual en la industria es que opera como una sola marca y no como parte de un grupo más grande. Burberry compite contra empresas como LVMH, que posee marcas como Louis Vuitton, Stella McCartney y Dior, y vale £400 mil millones.
La consolidación ya está en marcha en Estados Unidos, donde Tapestry –propietario de los bolsos Coach y de Kate Spade– está actualmente buscando un acuerdo de 8.500 millones de dólares para comprar Capri Holdings, la empresa matriz de Jimmy Choo, Michael Kors y Versace.
La Comisión Federal de Comercio presentó esta semana una demanda para bloquear el acuerdo por motivos de competencia.
Las acciones de Kering, propietaria de Gucci y Balenciaga, cayeron un 6,8 por ciento el miércoles después de advertir que espera que los ingresos operativos caigan hasta un 45 por ciento en la primera mitad del año.
Esto sigue a una caída del 11% en las ventas del primer trimestre, impulsada por la debilidad en China.
No todas las marcas de lujo están pasando apuros: la italiana Prada, que también es propietaria de Miu Miu, informó un aumento del 18 por ciento en las ventas minoristas del primer trimestre, impulsadas por un sólido desempeño en Asia.
Burberry no respondió a las solicitudes de comentarios.
