Santiago Peña quiere convertir a Paraguay en un centro energía y para eso busca aprovechar la armonía entre Argentina y Brasil por el gas de Vaca Muerta. El Ministerio de Minas y Energía de Brasil tiene dos alternativas en mente: importar a través de Gasbol, el gasoducto que conecta Bolivia con Brasil, o mediante uno completamente nuevo que pasa por territorio paraguayo, y que es la apuesta del gobierno de Peña.
Un equipo del Ministerio de Obras Públicas ya realizó una serie de viajes a Buenos Aires y San Pablo para vender el proyecto del nuevo gasoducto que correría paralelo a la ruta bioceánica, un corredor en construcción que pretende unir los puertos de Antofagasta, en Chile, y Santos, en Brasil. El gas de Vaca Muerta iría al gasoducto Norandino en Salta, luego pasaría por Paraguay y de allí continuaría por el tramo Gasbol que va de Campo Grande a San Pablo.
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“Del lado argentino serían unos 110 kilómetros, 520 kilómetros al lado de la ruta bioceánica, en proceso, que no tiene dificultades ambientales, geográficas ni comunitarias. Y luego una ruta de 410 kilómetros del lado brasileño que conecta con Gasbol, que hoy está casi ociosa”, explicó a LPO Mauricio Bejarano, viceministro de Minas y Energía de Paraguay, sobre el trazado del futuro gasoducto.
La iniciativa es incipiente, pero en Paraguay ya comenzaron a moverse y hay señales a la vista. Los encuentros con funcionarios y empresarios de Argentina y Brasil se produjeron semanas antes del encuentro entre los cancilleres de Javier Milei y Lula da Silva -Diana Mondino y Mauro Vieira, respectivamente, en Brasilia-, donde hablaron sobre los avances en la gestión de Néstor Kirchner. tubería de gas. “La producción está en Argentina y la necesidad está en Brasil”, reconoció Mondino en referencia al interés de Lula en Vaca Muerta.
El tema fue planteado en la reunión que sostuvieron la semana pasada Peña, el canciller Rubén Ramírez Lezcano y el ministro de Industria, Javier Giménez, con Vieira y el ministro brasileño de Minas y Energía, Alexandre Silveira, en Asunción. El tema más urgente era la tarifa de Asunción, pero Silveira habló explícitamente de “acelerar el shock de suministro de gas” a su país y se mostró abierto a la propuesta paraguaya. “En lugar de que el gas llegue a Bolivia y entre a Brasil, también podría haber otra posibilidad de pasar por Paraguay, lo que nos parecía sumamente viable”, afirmó.
Bolivia se queda sin reservas certificadas y su consumo interno está incluso comprometido al 2031. No son cosas que nos incumban como país. Vimos una oportunidad de conectar al productor con el consumidor y hacer la ruta más corta, más barata y más conveniente.
En Brasil existe preocupación por el agotamiento de las reservas de gas en Bolivia, lo que podría terminar inclinando la balanza hacia el proyecto impulsado por Paraguay. “Hay condiciones actuales. Bolivia se queda sin reservas certificadas y su consumo interno está incluso comprometido al 2031, según datos que manejamos. Estas no son cosas que nos conciernen como país. Vimos una oportunidad de conectar al productor con el consumidor y hacer el trazo más corto, más económico y más conveniente”, reconoció Bejarano.
Funcionarios paraguayos sostuvieron conversaciones con el Grupo Techint y Pluspetrol en Argentina, mientras que en Paraguay apuestan por Zeus Energy, una de las empresas encargadas de los trabajos de prospección de petróleo y gas en el Chaco paraguayo. Aún no se conoce el volumen potencial de reservas y la viabilidad de su explotación, pero de completarse, el gasoducto que llevará gas de Vaca Muerta a Brasil también podría ser beneficioso para Paraguay.
“Se tiene que tomar a nivel del Mercosur porque es integración energética. Vaca Muerta vende su gas al mercado de São Paulo, recibiendo algún tipo de canon por el paso del gasoducto y algún tipo de aprovechamiento del gas natural del Chaco paraguayo. Si alguien tiene un descubrimiento comercial importante aquí tiene un mercado cautivo”, afirmó el viceministro paraguayo.
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El compromiso de Brasil es importar 30 millones de metros cúbicos diarios en el largo plazo y diez millones en una primera etapa. Paraguay quiere salir de la “inactividad”, según Bejarano, para que en el futuro el gas paraguayo pueda ingresar al mercado brasileño. Es un proyecto ambicioso en manos privadas con el apoyo del Estado. Pero antes de empujarlo, Peña tiene una misión que se propuso apenas asumió la presidencia pro témpore del Mercosur: acercar a sus mayores vecinos en beneficio de Paraguay.
