Los precios de las verduras y frutas en Israel siguen aumentando, lo que deja desconcertados a muchos consumidores. Esta semana, los precios del tomate alcanzaron un récord de 3,7 euros el kilogramo. El precio de los pimientos también subió hasta los 4 euros el kilo, mientras que el precio del calabacín pasó de 2,24 euros el kilo hace unas semanas a 3,2 euros. Afortunadamente, los precios del pepino experimentaron un ligero aumento, alcanzando los 2 euros el kilo.
Los precios de la fruta son igualmente asombrosos: 4,46 euros por kilo de peras, 12,4 euros por kilo de melocotones, 13 euros por kilo de uvas y 9,1 euros por kilo de caquis.
Muchos compradores están tomando nota del aumento de los precios y comparándolos con los precios más bajos de los productos importados de Turquía y Jordania, fácilmente disponibles en los supermercados. Los propietarios de tiendas de verduras atribuyen los altos precios a la calidad de los productos locales, pero reconocen que se están volviendo inasequibles para muchos.
El Ministerio de Agricultura reconoce la falta de datos precisos sobre la calidad y la diferencia de precios entre los productos locales y los importados. Sin embargo, las tendencias del mercado sugieren el surgimiento de dos mercados paralelos: los productos locales se vuelven más caros, mientras que los productos importados a menudo cuestan menos, aunque potencialmente menos frescos.
En los últimos años, se han tomado medidas para abrir el mercado a frutas y verduras importadas para aumentar la oferta y reducir los precios. Sin embargo, los agricultores se quejan de la falta de apoyo gubernamental, lo que lleva a una reducción de los volúmenes de siembra y a problemas de competencia.
El Ministerio de Agricultura afirma que está trabajando en un programa destinado a fortalecer la agricultura local y garantizar su estabilidad mejorando las condiciones de cultivo y apoyando a los agricultores. Sin embargo, algunos agricultores afirman que no han recibido el apoyo adecuado y se ven obligados a reducir la producción.
En conclusión, la situación en el mercado de frutas y verduras de Israel sigue siendo compleja y requiere mayores esfuerzos para mejorar las condiciones de cultivo, apoyar a los agricultores y garantizar la disponibilidad de productos de calidad para los consumidores.
fuente: detalle.co.il