Para averiguarlo, los investigadores reclutaron a 135 estudiantes universitarios e invitaron a algunos de ellos a sostener sus manos sobre su corazón y estómago durante 20 segundos (el tiempo que toma tres respiraciones) mientras tenían pensamientos positivos sobre sí mismos.
A un grupo de control se le pidió que golpeara cada dedo con el pulgar alternativamente durante el mismo período de tiempo.
El equipo descubrió que los estudiantes que practicaron el tacto autocompasivo durante 20 segundos al día, durante al menos 28 sesiones, tuvieron una disminución del estrés del 9,91 por ciento, en comparación con sus niveles al comienzo de la prueba.
Por el contrario, aquellos que practicaban golpecitos con los dedos mostraron un aumento del 21,70 por ciento en el estrés, lo que, según los investigadores, puede deberse a que los estudiantes universitarios se vuelven más ansiosos a medida que avanza el trimestre.
En general, los estudiantes universitarios que practicaron el tacto autocompasivo durante 20 segundos al día mostraron una reducción porcentual del estrés un 45,66 por ciento mayor que aquellos que practicaron el control activo de golpeteo con los dedos durante 20 segundos al día.
El tamaño del efecto fue similar al observado en prácticas mucho más largas, como la meditación consciente.
Aunque estudios anteriores han demostrado que el tacto puede ser beneficioso, los investigadores aún no están seguros de cómo funciona. Un artículo reciente publicado en la revista Nature sugirió que el tacto puede reducir los niveles de cortisol en el cuerpo.
