A su vez, en equipos llamados biodigestores semicontinuos, los científicos procesaron los residuos derivados de esta producción de alimentos y generaron una cantidad importante de biogás (metano), que puede ser utilizado como combustible para alimentar generadores de electricidad y otras aplicaciones. El progreso se describe en la revista Waste and Biomass Valorization.
“Nuestro avance se enmarca en el concepto de economía circular, es decir, lo que se busca es el máximo aprovechamiento de los recursos, de tal manera que el subproducto resultante de una actividad pueda servir como materia prima para generar un nuevo producto en otra. . sistema”, dice Edgardo Alberto, líder del trabajo, investigador del CONICET y director del laboratorio de Micología y Cultivo de Hongos Comestibles y Medicinales (UBFungi) del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH, CONICET-UNSAM).
Foto-2-Setas-comestibles-01-web.jpg
Mediante un proceso innovador, generan biogás a partir del subproducto de la producción de hongos. Foto: Conicet.
Actividad creciente
“La producción de setas comestibles es una actividad en crecimiento en el mundo de la gastronomía. Además, lo interesante es que para la producción de este nutritivo alimento se pueden utilizar como sustrato residuos de la agricultura o de la industria cervecera y de otros sectores y de esta manera no sólo aumentar la producción, sino también reducir los impactos ambientales”. Señaló Albertó.
El laboratorio que lidera el investigador del CONICET cuenta con la tecnología para producir cualquier especie de hongo comestible. “En nuestro laboratorio probamos diferentes tipos de sustratos y varias especies de hongos. La producción de hongos comestibles utiliza como sustrato principal residuos de la agroindustria como cereales o aserrín. El sustrato no es ni más ni menos que el soporte físico y nutricional que tiene el hongo para crecer y desarrollarse. Es decir, en sí misma es una actividad que entra dentro del concepto de economía circular”, explica el investigador del CONICET.
Y continúa: “En esta investigación utilizamos como sustrato el bagazo de cerveza, un residuo que se pudre rápidamente y genera mal olor, lo cual es un problema para las cervecerías artesanales ubicadas en las grandes ciudades”.
Como se demuestra en el trabajo, los científicos lograron duplicar la producción de hongos ostra al utilizar bagazo de cerveza en comparación con otros residuos de la agroindustria. “Esta tecnología está siendo utilizada actualmente por la empresa Mycelio.Bio, a la que asesoramos a través de un convenio. Esta empresa ubicada en la ciudad de Chascomús, utiliza en su fórmula bagazo de cerveza, el cual obtiene de Cervecerías y Malterías Quilmes mediante un convenio firmado, ya que las grandes empresas también buscan aprovechar sus residuos”, afirma Albertó.
Durante el estudio, los científicos buscaron intensificar el concepto de economía circular y también utilizar como materia prima los subproductos de la producción de hongos comestibles concebidos como sustrato “agotado” o también llamado “residuo” para generar biogás que contenía bagazo de cerveza y lo comparó con el biogás generado por el bagazo proveniente directamente de las cervecerías.
“Hemos logrado producir 265 litros de metano por cada kilogramo de sólidos volátiles a partir de bagazo puro y significativamente superior al que se obtiene si se utiliza el sustrato gastado del hongo. Se trata de una cantidad considerable de biogás que podría utilizarse para la producción de electricidad o simplemente como combustible”, destaca Albertó.
A partir de este trabajo, los investigadores planean escalar los resultados en volúmenes dos órdenes de magnitud mayores que los utilizados en el laboratorio a nivel de escala de planta piloto. “Estamos en la parte final de nuestro objetivo que es poder desarrollar conocimiento y tecnología para poder transferirlo al sector privado”, subraya Albertó.
El rack de tres biodigestores semicontinuos utilizados por los investigadores en el estudio permite controlar todas las variables necesarias para estudiar y optimizar el proceso de generación de biogás. También se puede medir la producción diaria de biogás y caracterizar y analizar su composición, especialmente su contenido en metano, que es el combustible deseado. Estos equipos fueron adquiridos con fondos administrados por la UNSAM y contó con un aporte del Consejo Federal de Ciencia, Tecnología e Innovación (COFECYT) de la Provincia de Buenos Aires.
