En 1997, Tavares Calloway irrumpió en un apartamento de Liberty City, ató a cinco hombres, les tapó la boca con cinta adhesiva, se quitó los pantalones, debatió a cuál dejar con vida y, finalmente, y metódicamente, disparó a cada uno de ellos en la cabeza.
En 2010, los jurados recomendaron y un juez condenó a Calloway a muerte por sus acciones. Sin embargo, el jueves por la noche durante una audiencia de nueva sentencia, el hombre de 45 años tuvo la oportunidad de vivir después de que los jurados recomendaran cadena perpetua. El juez Miguel M de la O sentenció a Calloway con base en la recomendación del jurado.
“Tú hiciste esto”, le dijo la abogada del acusado, Carmen Vizcaíno, a su cliente después de abrazarlo.
“Con su buen comportamiento y superación personal”, añadió.
Veintisiete años después de los asesinatos, Calloway estaba de regreso en una sala del tribunal de Miami-Dade llorando y abrazando de emoción a su abogado, 14 años después de haber sido liberado del corredor de la muerte.
Sin embargo, unas seis horas antes, los fiscales estatales esperaban convencer a los jurados de que recomendaran la muerte.
“No es posible que uno se considere cristiano y se adhiera a los principios del cristianismo, la religión y Dios y haga lo que él hizo”, dijo Abbe Rifkin, uno de los tres fiscales que manejan el caso mientras se dirigía a los miembros del jurado durante los argumentos finales.
En 2010, el asesino convicto fue condenado a muerte cuando siete de los 12 miembros del jurado votaron a favor de recomendar la pena capital. Cinco miembros del jurado votaron en contra.
En aquel momento, los acusados podían ser condenados a muerte si la mayoría del jurado votaba a favor.
Sin embargo, en 2016, en una decisión de 8 a 1, la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló el estatuto de sentencia capital de Florida por considerarlo inconstitucional.
Una opinión judicial de alto nivel que permitió que casos como el de Calloway fueran elegibles para una nueva sentencia. Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, alrededor de 10 acusados condenados a muerte en Miami-Dade califican para una nueva sentencia.
“Fue intencional”, dijo Scott Sakin, uno de los abogados defensores que representa a Calloway. No estamos ofreciendo excusas. No estamos ofreciendo justificación por lo que hizo. Lo que ofrecemos es una mitigación de por qué se le debe perdonar la vida”.
Calloway tenía esperanzas de tener una segunda oportunidad en la vida y deseaba un resultado diferente al del primer grupo de jurados de 2010 que recomendaron su muerte.
Sin embargo, mientras el caso se preparaba para el juicio, el gobernador Ron DeSantis firmó una nueva ley de pena de muerte que entró en vigor el año pasado. Actualmente sólo se necesitan ocho juramentos para recomendar la muerte.
No está claro cuántos miembros del jurado esta vez querían que Calloway muriera, si es que había alguno. El jurado no se reunió después del veredicto.
