
Introducción
Los ensayos clínicos pragmáticos (PCT) a menudo estudian intervenciones realizadas en el contexto de encuentros clínicos estándar con el objetivo general de producir conocimiento generalizable para informar las estrategias de implementación y las políticas de salud.1 En realidad, sin embargo, los PCT tienen un gradiente de características pragmáticas y explicativas, como se describe en el marco PRagmatic Explanatory Continuum Indicator Summary, 2ª edición (PRECIS-2).2 Para facilitar el proceso de aprendizaje iterativo, los PCT y los ensayos de efectividad comparativa frecuentemente prueban intervenciones que han demostrado ser efectivas en ensayos explicativos; estos últimos tienen criterios de ingreso más estrictos. Las PCT son particularmente valiosas para evaluar el uso de intervenciones no farmacológicas, como las diseñadas para controlar el dolor. Realizados en entornos que involucran a una amplia gama de pacientes y brindados por una variedad de médicos calificados que pueden tener o no experiencia en investigación, los PCT pueden iluminar las barreras de implementación y las variaciones de la práctica que afectan la ejecución de intervenciones clínicas que pueden o no contar con un amplio respaldo por parte de los profesionales. cultura institucional.
La terminología es esencial para determinar adecuadamente el riesgo del estudio e interpretar los resultados de los ensayos con precisión. La ambigüedad en el uso de los términos utilizados para describir (y diferenciar) las intervenciones de control y experimentales surge de maneras inesperadas, impulsada por nociones de eficacia y supervisión de ensayos específicas del contexto. El uso inconsistente (y, por lo tanto, interpretación variable) de los términos atención habitual, estándar de atención, atención validada y atención experimental por parte de investigadores, juntas de revisión institucional, personal clínico y pacientes puede crear una confusión que afecte la realización de los PCT. En particular, el uso caprichoso del término “atención habitual” utilizado en los PCT cuestiona la manera en que se toman las determinaciones éticas y regulatorias. Sin una comprensión clara del uso de la terminología asistencial, todo el potencial práctico de las PCT puede verse comprometido, afectando potencialmente la integridad científica de importantes actividades de investigación clínica y limitando el valor de los estudios. Dentro de los PCT, al evaluar intervenciones no farmacológicas para el manejo del dolor, el personal clínico puede…