
Taipei, 21 de noviembre (CNA) El activista uigur-estadounidense Rushan Abbas pidió una respuesta internacional más fuerte a las violaciones de derechos humanos en curso en Xinjiang, antes del aniversario de un incendio mortal en la capital provincial, Urumqi.
En un evento de prensa en Taipei, Abbas afirmó que el gobierno chino había lamentablemente subestimado el número de muertos por el incendio del 24 de noviembre de 2022 y que la cifra en realidad era de “tres dígitos”.
Si bien China mantiene oficialmente que 10 personas, todas de etnia uigur, murieron en el incendio, esto ha sido cuestionado por activistas extranjeros que citan información de las redes sociales.
Abbas ha estado de gira por Taiwán desde el 17 de noviembre para proyectar “En busca de mi hermana”, que, según la activista, documenta sus esfuerzos para encontrar y liberar a su hermana Gulshan, una médica jubilada, que desapareció en septiembre de 2018.
En 2020, Abbas dijo que el gobierno chino había condenado a su hermana a 20 años de prisión por cargos de terrorismo tras un juicio secreto.
Según Abbas, el encarcelamiento de su hermana probablemente fue una represalia por su trabajo de promoción al frente de la Campaña para los uigures, que Beijing considera una organización terrorista.
En la conferencia de prensa del martes, Abbas dijo que la respuesta internacional a los continuos abusos chinos contra los derechos humanos en Xinjiang había sido “fragmentada”, y agregó que no se había hecho lo suficiente para garantizar la “prevención del genocidio”.
“También ha pasado más de un año desde la publicación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Turkestán Oriental (Xinjiang), que confirmó y documentó las atrocidades del Partido Comunista Chino contra los uigures”, dijo Abbas.
Según Abbas, las violaciones de derechos humanos documentadas por las Naciones Unidas incluyen abortos forzados, ausencia de niños, detenciones masivas, torturas y trabajos forzados.
Abbas pidió que se hiciera más para mantener a Xinjiang en la agenda internacional, argumentando que los abusos contra los derechos humanos en la región habían sido “dejados a un lado” por la guerra de Ucrania y el conflicto entre Israel y Gaza.
Mientras tanto, Abbas sugirió que el gobierno de Taiwán amplíe las becas y las oportunidades de empleo para los uigures exiliados, muchos de los cuales hablan chino.
“Darles la oportunidad de estudiar o trabajar, para que Taiwán pueda ayudar con eso y estas personas puedan [in turn] ayudar a Taiwán”, dijo Abbas.
Taiwán también debería imponer sanciones a las empresas chinas “que son cómplices del genocidio uigur”, añadió Abbas.
(Por Chung Yu-chen)
Punto final/ASG