
Los precios del combustible en Nueva Zelanda están aumentando y se espera que alcancen precios récord. Esto deja a muchos neozelandeses sin otra opción que seguir pagando, incluso cuando el precio supera los 3 dólares por litro. Los expertos predicen que pronto se superará el máximo anterior de 3,12 dólares por litro, sin incluir el impuesto regional sobre el combustible de Auckland.
Según Ben Wooliscroft, profesor de la Universidad Tecnológica de Auckland, la mayoría de los neozelandeses se ven obligados a pagar el combustible sin importar su costo. Esto ha resultado en dificultades para muchas familias, según revela una encuesta reciente: el 19% de los padres tienen que prescindir de elementos esenciales como combustible, calefacción e incluso comidas. La situación es aún peor para los padres maoríes, donde el 26% experimenta tales dificultades, el doble que el año anterior.
Muchos neozelandeses, especialmente los que viven en zonas rurales, están atrapados en un ciclo de dependencia del automóvil. La falta de transporte público y las largas distancias hacen que los modos de transporte alternativos sean poco prácticos. Como resultado, la gente no tiene más remedio que depender de sus coches. Wooliscroft enfatiza la importancia de invertir en instalaciones de transporte activo y transporte público confiable para abordar este problema.
Wooliscroft también cuestiona la sostenibilidad de la propiedad de automóviles debido al aumento de los precios del combustible. Ser propietario de un automóvil conlleva gastos continuos, independientemente del uso. A pesar de los beneficios económicos de los modos de transporte alternativos, como andar en bicicleta o caminar, la gente suele optar por utilizar el coche por costumbre y conveniencia.
---Lamentablemente, la situación puede empeorar en el futuro. El Ministro de Transporte, David Parker, ha propuesto un aumento de los impuestos al combustible para financiar proyectos de transporte, lo que podría hacer subir aún más los precios del combustible. Esto podría tener impactos negativos en las empresas que dependen del combustible y generar problemas de equidad, favoreciendo a los hogares de mayores ingresos.
La naturaleza regresiva de los impuestos al combustible afecta desproporcionadamente a los hogares de bajos ingresos y a las comunidades maoríes. Estos hogares suelen viajar distancias más largas y poseen vehículos de menor consumo de combustible, lo que los hace más vulnerables a los aumentos de precios.
Para abordar estos desafíos, es esencial invertir en opciones de transporte alternativas, como el transporte activo y el acceso confiable al transporte público. Además, las autoridades deberían considerar las implicaciones de equidad de los impuestos a los combustibles y encontrar formas de aliviar la carga que pesa sobre los hogares de bajos ingresos.
Fuentes:
1. 1 NOTICIAS
2. El Correo (David UNWIN)