Samsung Galaxy A55, un móvil elegante, robusto y con una batería que alcanza hasta dos días de autonomía

Con el Samsung Galaxy A55, la compañía surcoreana ha demostrado que se puede tener un móvil bueno, bonito y barato sin tener que subir un escalón más en su gama de productos -es decir, sin tener que adquirir un terminal de la serie Galaxy S-, en además de confiar en que es posible tener una batería muy grande, aunque haya que dedicar más tiempo del deseado a llenarla.

A partir de 479 euros, este teléfono llegó a principios de marzo junto a su hermano pequeño, el Samsung Galaxy A35 5G, en cuatro colores: Awesome Sky (azul), Awesome Eclipse (negro), Awesome Lemon (amarillo) y Awesome Lavender ( lila). Precisamente esto último tuvimos la oportunidad de probar en la recta final del desafío SamsungGo, con el que nos dispusimos a correr una carrera de 10K usando tanto nuestro teléfono móvil como el último reloj de la marca, el Samsung Galaxy Watch6 Classic.

Con un tamaño de 16 centímetros de alto y 7,7 centímetros de ancho, parece un dispositivo algo grande para manos pequeñas; y pesado, ya que esos 213 gramos no pasan desapercibidos cuando se lleva en el bolsillo y más cuando se utiliza para actividades físicas con mucho movimiento como, en este caso, correr. En cualquier caso, quienes quieran utilizar este dispositivo para trabajar con él, leer documentos o visualizar contenidos, descubrirán que tiene el tamaño perfecto para lo que necesitan.

El terminal, fabricado con materiales Corning -la pantalla está protegida con Gorilla Glass Victus+-, introduce bordes cuadrados y marcos de aluminio, lo que refuerza su calidad premium. Sin embargo, también hace que resbale mucho más que cualquier otro dispositivo y han sido muchas las veces que se ha caído al no haber sido colocado sobre una superficie completamente plana. Este, por otro lado, también ha demostrado su resistencia, pues a pesar de estos descuidos no ha sufrido ningún daño.

Uno de los detalles más apreciados de este dispositivo a nivel de hardware se sitúa en el lateral derecho y se llama Key Island, una protuberancia que muestra tanto el botón de encendido y apagado como el de volumen. Esto nos permite localizarlos mejor si, por ejemplo, lo cogemos en la oscuridad y queremos encenderlo sin tocar todos los laterales del móvil.

En cuanto a su pantalla, de 6,6 pulgadas FHD+ Super AMOLED, introduce una tasa de refresco adecuada (120Hz) para un uso normal y alcanza los 1.000 nits de brillo, más que suficiente para que la experiencia sea placentera. Sin embargo, los marcos del panel, que integra el sensor de huellas dactilares, son demasiado gruesos -el inferior es incluso ligeramente más ancho que el superior-, lo que limita el tamaño del contenido que se puede mostrar en él.

La cámara es un apartado interesante en este Samsung Galaxy A55, porque está equipado con una triple cámara trasera con un sensor principal de 50 megapíxeles (MP) e introduce estabilizador óptico (OIS). Esta lente se complementa con un gran angular de 12 MP y una lente macro de 5 MP. En la parte frontal tenemos una lente de 32 MP, que consigue un Modo Retrato muy fiel y con contraste natural. Esto ocurre con todas las fotografías en general, con un resultado nítido y brillante, sobre todo cuando se fotografían elementos muy coloridos. Por ejemplo, flores o paisajes.

AUTONOMÍA SORPRENDENTE, AUNQUE CON UNA VELOCIDAD DE CARGA ALGO LENTA

La batería de 5.000 mAh es otro de los apartados que más nos ha gustado durante esta prueba, porque puede alargar la autonomía del dispositivo durante horas e incluso días. De hecho, el dispositivo puede permanecer encendido hasta dos días siempre que se use de forma moderada (para responder mensajes, consultar redes sociales, etc.), aunque admite carga rápida de 25W, por lo que tarda un poco más de lo esperado en cargarse. cargar. Sin embargo, no resulta especialmente molesto si no tienes prisa, ya que en poco más de 20 minutos se puede cargar hasta el 50 por ciento.

Asimismo, el Samsung Galaxy A55 viene potenciado por el procesador Exynos 1480, fabricado en un proceso de 4 nanómetros (nm), que cuenta con ocho núcleos de CPU, aporta fluidez y no se calienta excesivamente en determinadas situaciones. Sólo hemos visto que se calienta más de lo habitual durante la configuración del dispositivo o cuando se conecta a un ordenador para transferir archivos, pero con un uso moderado no se calienta más de lo deseado.

En cuanto a su configuración de memoria, el dispositivo viene con 8 GB de RAM y dos versiones de almacenamiento interno (128 GB y 256 GB), suficiente para almacenar nuestros vídeos y fotografías, entre otros archivos. Si no, la compañía ofrece la posibilidad de ampliar su memoria SD hasta 1 TB.

Samsung Galaxy A55 es, en definitiva, un terminal interesante para aquellos que no quieren gastar demasiado en un dispositivo con buena fotografía, más indicado para aquellos que se sienten atraídos por dispositivos grandes -sobre todo si hay que plantearse comprar una funda para evitarlo-. deslizamiento inesperado y esencial para quienes olvidan cargarlo con mucha frecuencia.

 
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