Zaragoza, 15 abr (EFE).- Un equipo de investigadores liderado por el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA) ha creado el imán duro más fino del mundo, que tendrá potenciales aplicaciones en dispositivos tecnológicos que requieran un campo magnético. como la memoria RAM de un ordenador o los transistores, ya que facilitan la miniaturización gracias a su diminuto tamaño.
Fernando Bartolomé y Jorge Lobo, del INMA, (instituto mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Zaragoza) lideran este estudio, publicado en la revista Nature Communications.
El imán, explicado por el CSIC, se ha conseguido tras siete años de estudio y marca un hito en el estudio del magnetismo y la ciencia de las superficies, dado que el objetivo de conseguirlo acumula más de dos décadas de búsqueda por parte de diferentes equipos de investigación. científicos de todo el mundo.
Es el imán más delgado que existe y existirá jamás, con una dirección magnética definida, temperatura relativamente alta y muy difícil de desmagnetizar.
El logro, añaden desde el CSIC, ha sido reducir un imán duro a la mínima expresión, dentro de la actual tendencia general hacia la miniaturización, que consiste en intentar obtener elementos cada vez más pequeños que ocupen el menor espacio posible, pero sin perder sus propiedades.
Lobo explica que se ha logrado, mediante una combinación de moléculas y átomos de hierro, generar una red donde los átomos están separados entre sí a una distancia fija y que tienen una dirección de magnetización perpendicular a esta red.
La combinación de materiales referida es una molécula derivada del antraceno (tres anillos de carbono) y átomos de hierro y, así, se obtiene una red similar a la estructura de un panal donde los átomos de hierro se ubican en los vértices de los hexágonos.
La dureza de este imán hiperfino está definida por la dificultad para invertir la dirección de magnetización. Bartolomé explica que la dureza de este imán de espesor atómico es similar a la de los imanes de neodimio.
Las aplicaciones prácticas de este descubrimiento se centran en cualquier dispositivo tecnológico donde sea necesario incorporar un campo magnético y será de gran utilidad para miniaturizar aún más las cosas gracias a su pequeño tamaño, ya que en este imán los átomos de hierro están separados por distancias. de un nanómetro, es decir, una millonésima de milímetro.
El trabajo ha sido desarrollado por un equipo internacional liderado por el INMA, con la colaboración del Laboratorio de Microscopía Avanzada de Unizar (LMA), el Sincrotrón ALBA y la UPS de Unizar. Otros investigadores que contribuyeron al proyecto son Leyre Hernández López, David Serrate, Mikhail M. Otrokov, Ignacio Piquero Zulaica, Adriana Candia, Pierluigi Gargiani, Manuel Valvidares, Fernando Delgado, Jorge Cerdá y Andrés Arnau.
