Sean Baker llega a la penúltima esquina con una ventaja de un cuerpo, el de la actriz Mikey Madison.

Los tres últimos títulos en salir concurso por la Palma de Oro Tenían su interés en el nombre de sus directores y también en su contenido. El primero, del francés Christophe Honoré, ‘Marcello Mio‘, puede verse como un homenaje a Chiara Mastroianni, hija de Marcello y Catherine Deneuve, a su padre, aunque habrá quien vea todo lo contrario, una ‘deshonra’. La segunda, del estadounidense Sean Baker, ‘Añora’, es el más divertido y a contrapelo de toda la programación. Y el tercero, Paolo Sorrentino, ‘Parténope’Es un gran esfuerzo del director por recoger los hilos de algunas de sus mejores películas, hilos de juventud, gran belleza, cierta fealdad y rincones de Nápoles.

En el reparto de cartas, ‘Anora’, de Sean Baker, se lleva el as, porque entretener y hacer reír a la gente en la Sección Oficial con una película es un fin maldito, bueno Aquí vienes, ya seas público, crítico o jurado, para hacer de todo menos divertirte con el cine.. Supongamos que ‘Anora’ es una comedia, y en realidad podría ser un ‘chiflado’ del siglo XXI, con un personaje femenino, una prostituta, de la que se enamora el estúpido hijo de un multimillonario ruso, mientras está de vacaciones en Nueva York por unas pocas semanas. . Por un momento podría confundirse con ‘Cenicienta’, o con ‘Pretty Woman’, pero Sean Baker, el director de ‘The Florida project’ y ‘Red Rocket’, es un tipo que no se anda con historias y organiza una historia llena hasta que desborda: de gracia, de cinismo, de prostitutas, de mafiosos, de vicios y virtudes, de sentimientos, mala baba, acción, dinero sucio, dinero asqueroso, sexo duro y sexo entrañable…, una película tan Completa que todos ganen, los ‘buenos’ y los ‘malos’.

El protagonista es Mikey Madison, conocido sólo por algunas películas de segunda, y que aquí hace un trabajo fantástico y mima al protagonista (Mark Eydelshteyn), a la coprotagonista (Yuri Aleksandrovic), al espectador y al lobo de Caperucita Roja si estuviera en la historia. Gran precisión dramática y cómica para construir su personaje entre lo ambicioso y lo digno. Y también, el regimiento de rastreadores de ‘las feministas’ Tienen mucho más que oler aquí que en todos esos temas en los que suelen revolcarse.. Premio de actuación para ella.

Lo de Sorrentino’partenope‘, tiene, como era de esperar, una estética muy elevada, y uno puede sumergirse en la belleza del plano, la serenidad de la luz y la verbosidad de la secuencia. Es una historia completa, la historia de su protagonista, Partenope, a quien vemos al nacer y en varios otros momentos de su vida, a los 18 años, a los 25, a los 33 y a los 72…, números mágicos en los que Sorrentino se encuentra constantemente. alude a lo juvenil y lo bello (la actriz Celeste Dalla Porta tiene al menos un par de sonetos para celebrar su atractivo). Es una narración muy fluida, aunque avanza lentamente y saboreando cada minuto (son muchos, eso sí) y cada idea que pone allí este director, que también saborea en exceso con frases escuchadas como con lupa: “El amor de la juventud no es nada”, o “El tiempo siempre pasa con dolor”, “Lo último que se aprende es a mirar”…

Si la película de Sorrentino decepciona es por su conocida inclinación por el momento pomposo, que tan bien ha funcionado en algunos de sus otros títulos, pero que aquí plantea interrogantes; Por ejemplo, ¿Cómo se ve en la pantalla el escritor John Cheever, interpretado por Gary Oldman?. Lo que le funciona, sin embargo, son los momentos de Silvio Orlando, un gran actor y gran estabilizador de petulancias con el papel de un hombre culto, un profesor, que añade chispas de bondad, maldad y sarcasmo a la historia. Y utiliza ahora en Nápoles la contraportada de aquel paseo nocturno por los tesoros de Roma en ‘La gran belleza’; un paseo nocturno por la empobrecida y sufriente Nápoles.

La película del francés Christophe Honoré llega en el centenario del nacimiento de Marcello Mastroianni y su mayor particularidad es que, en la ficción, los papeles principales son interpretados por Catherine Deneuve y Chiara Mastroianni, su hija. Chiara es la protagonista, y también aparecen mucho Benjamin Biolay (divorciado de Chiara) y Melville Poupard, su pareja desde hace años. La idea de ‘Marcello Mio’ es que su hija, con un corte en la cara que podría compartir dinero con el actor, se disfrace de Marcello y todos a su alrededor crean que es una broma de un día, pero ella persiste. . En definitiva, no hay nada grave en esto, pero en el fondo de la personalidad de Chiara, también actriz, aunque Al ser hija de Deneuve y Mastroianni, quizás debería haberse dedicado a la arquitectura o la ingeniería.. Las dificultades de Chiara se describen en una escena, al principio, durante un rodaje, en la que la directora Nicole García le pide que interprete más a Mastroianni que a Deneuve…

Están muy bien, muy afinados a pesar de la poca sustancia que capta Honoré, la propia Deneuve, cada vez mejor actriz, claro está, y Fabrice Luchini, que también se interpreta a sí mismo y aporta esa gracia a su rostro de quien siempre se suelta el pelo. . crucigramas sin terminar.

 
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