Un momento de alta tensión se vivió en el episodio de este jueves de ¿Ganar o servir?, el nuevo reality de Canal 13, luego de la primera competencia femenina, donde ganó Oriana Marzoli.
Así, porque Cindy Nahuelcoy, quien quedó segunda en la competencia y fue la Maid que llegó en mejor posición, tuvo la opción de elegir a una de las Damas para intercambiar roles.
Acto seguido, y tras señalar la poca relación que tenían, eligió a Mariela Sotomayor, quien no lo tomó de la mejor manera. Incluso reveló que lo consideraba “injusto”.
De hecho, cuando regresaron a casa, ella terminó llorando por la decisión del ex árbitro.
“Lo encuentro injusto porque a mí me costó mucho más que a todos los demás. Sea considerado por un segundo. Me molestó porque en mi vida he cometido un error, estoy cometiendo un error… que nunca he cometido. Me sentí mal porque me costó mucho”, desahogó mientras charlaba con algunos de sus compañeros, quienes intentaron consolarla.
“No sabes cómo soy cuando me vuelvo loca, ¡estoy loca! Especialmente si una persona atlética entiende cuando una persona no atlética hace su mejor esfuerzo.y no se inclina hacia la justicia”, insistió el ex Primer Plano.
Pero eso no es todo, Bueno, mientras ella seguía explicando los motivos de su enojo, Nahuelcoy, quien la escuchaba desde lejosQuería dejar el balón en el suelo y tratar de aclarar por qué lo eligió.
Tensión y reconciliación
Sin embargo, el ex juez de línea sólo se encontró con la furiosa reacción de Sotomayor.
“Estoy hablando con Oriana y Gala, no contigo. “Por favor, no me hables”. Él la detuvo en seco. Por supuesto, cuando llegó la hora de cenar, su enojo aún no había desaparecido y volvió a repasarlo.
“Odio esta mina en este momento, quiero matarla, pero se va a morir”. Indicó en modo furia.
Sin embargo, al rato las aguas se calmaron, Mariela decidió bajar la marcha y disculparse con su pareja.
“No es nada contigo. Lo tomé muy personalmente porque competir es algo que nunca había hecho. “Creo que eres un completo pedazo de mierda” Él se lo dijo y luego selló la reconciliación con un abrazo.
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