Vencer a las “superbacterias” implica combinar la salud humana, animal y ambiental – .

Vencer a las “superbacterias” implica combinar la salud humana, animal y ambiental – .
Vencer a las “superbacterias” implica combinar la salud humana, animal y ambiental – .

Ana Tuñas Matilla

La humanidad se enfrenta al reto de detener las “superbacterias”, bacterias resistentes a los antibióticos existentes y a las que sólo podemos hacer frente mediante un enfoque sanitario “One Health” o “One Health”, término acuñado para enfatizar que la salud humana, la animal y la medioambiental están conectadas. y, por lo tanto, deben abordarse juntos.

La buena noticia es que “La solución está en nuestras manos”el director de la Unidad Complutense de Resistencia a los Antimicrobianos, Bruno González-Zornrecientemente nombrado presidente de la alianza universitaria One Health de One Europe.

Datos que instan a la acción

En España El año pasado más de 23.000 personas murieron a causa de bacterias multirresistentes o panrresistentes (resisten muchos o todos los antibióticos existentes), una cifra 20 veces superior a la de muertes en accidentes de tráficosegún la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

A nivel mundoinformes citados por el Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierten de que si no se toman medidas, en 2050 unos 10 millones de personas morirán al año debido a la resistencia a los antibióticos, afirma la equivalente a todas las muertes por cáncer en 2020lo que lo sitúa como el mayor problema de salud del planeta.

¿Cómo llegamos a esta situación?

Las bacterias tienen una extraordinaria capacidad de adaptación a cualquier “ecosistema”, lo que, unido a que tras 40 años de uso “exitoso” de antibióticos, llevamos 30 años sin descubrir ningún antibiótico nuevo, ha hecho que se acostumbren a vivir entre ellos, explicó González-Zorn, asesor de la OMS.

La causa principal, el uso inadecuado de antibióticos, la única “drogas poblacionales” o lo que es lo mismo, los únicos fármacos que no sólo afectan al individuo que los toma, sino que afectan a toda la población.

Esto se debe a que las bacterias que pasan a través de ese individuo se vuelven “fuertes” antes de propagarse a otros individuos o al medio ambiente, viajando entre países a través de, por ejemplo, turistas o aves migratorias.

El hecho de que los animales sean tratados con antibióticos también influye en la aparición de estas superbacterias, y la resistencia que se genera a este tratamiento también acaba afectándonos a nosotros.

“Por lo tanto, no tiene sentido controlar el uso en humanos si no lo hacemos también en animales”. Además, estas bacterias y antibióticos no permanecen en los pacientes, sino que desde ellos llegan al medio ambiente a través, por ejemplo, de las aguas residuales, pudiendo incluso contaminar los campos. Explicar.

Además, en muchas regiones del mundo se utilizan antibióticos para curar enfermedades bacterianas de las plantas.

Buenas noticias: hay una solución

Pese a este escenario apocalíptico, González-Zorn ha asegurado que es optimista porque, en su opinión, “tenemos la solución en nuestras manos” y esto pasa porque hacemos un mejor uso de los antibióticos y aplicando medidas de prevención tan sencillas como lavarnos las manos. . manos, mantener limpias las granjas, utilizar equipos de protección personal, etc…

Para este mejor uso, es esencial involucrar al prescriptores de antibióticos (médicos, dentistas y veterinarios) y sensibilizar a la población usuarios de la importancia de no automedicarse, terminar tratamientos prescritos o no tirar medicamentos a la basura.

“Igual que hemos conseguido que los ciudadanos se pongan el cinturón o no beban mientras conducen, también podemos cambiar la relación entre profesionales y usuarios con antibióticos por el bien de todos”.

Las medidas locales sí protegen

Para lograrlo, España cuenta con un Plan Nacional contra la Resistencia a los Antibióticos desde 2014. Desde entonces, el uso ha disminuido un 70% en animales y un 17% en humanos.

Otra buena noticia es que, a diferencia de lo que ocurre con el cambio climático, que afecta a todos los países independientemente de que reduzcan o no sus emisiones, las medidas tomadas a nivel local sí que nos dan garantías de poder afrontar con éxito el problema al que nos enfrentamos. . Representa la resistencia de las bacterias a los antibióticos.

Las bacterias multirresistentes pueden llegar con viajeros, aves migratorias, etc., pero “sabemos muy bien que la probabilidad de que colonicen un país depende de la cantidad de antibióticos que se utilicen en ese país”.

“Si usamos solo unos pocos no podrán colonizar nuestro ecosistema, mientras que si los tomamos todos les estaremos dando ventaja. Por lo tanto, las medidas locales son esenciales”.

“Necesitamos que los prescriptores actúen mejor, que desechen más antibióticos viejos y reserven los más modernos sólo para cuando sea estrictamente necesario” para evitar que las bacterias se vuelvan resistentes a ellos, insistió.

¿Por qué no hay nuevos?

Precisamente, esa necesidad de utilizar lo menos posible los antibióticos para que no se vuelvan inútiles es lo que ha frenado la inversión en su desarrollo por parte de las farmacéuticas, que los descartan por falta de rentabilidad.

Para revertir la situación, la Unión Europea está trabajando para migrar a un modelo basado en incentivos para promover nuevos descubrimientos, ya sea mediante inyecciones de capital público en investigación y desarrollo o asegurando ingresos a las empresas ampliando las patentes o los compromisos de compra de sus productos. medicamentos.

Además de nuevos antibióticos y vacunas, también hay esperanza en el desarrollo de tratamientos con bacteriófagos, virus que sólo infectan bacterias. EFEverde

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Esta nominación es un reconocimiento a estos 5 años de trabajo en materia de gobernanza, formación de grupos clave y sensibilización pública sobre la problemática de las especies acuáticas invasoras en la Península Ibérica y fruto del esfuerzo de un gran equipo formado por la Universidad de Murcia. , Universidad de Navarra, Universidad de Santiago de Compostela, Universidad de Évora, Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, Associação Portuguesa de Educação Ambiental, Sociedad Ibérica de Ictiología (SIBIC), Agencia EFE a través de EFEverde y UICN-Centro de Cooperación para el Mediterráneo que han llegado a más de 200.000 personas a través de más de 550 eventos de transferencia, formación y difusión de conocimiento.

Hasta el 25 de abril, el premio publico (premio ciudadano) y queremos contar con vuestro apoyo: https://n2000citizenaward.eu/24051 ((¡No olvides validar el voto en el correo electrónico posterior a la votación!).

 
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