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El precio de querer ser el número uno -.

El precio de querer ser el número uno -.
El precio de querer ser el número uno -.
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La carrera de Guillermo Coria es una de las mejores tenis argentino: Sabía ser el número tres en el mundo y logró una serie de Nueve títulossiendo dos de ellos de Masters 1000 (Hamburgo 2003 y Monte-Carlos 2004). Por otro lado, jugó la final de Roland Garros 2004donde cayó con Gastón Gaudio En un juego histórico a cinco sets.

Sin embargo, su pronto jubilado a los 27 años, no haber un título importante ni haber sido el número uno en el mundo son rastros que lo persiguieron durante mucho . En una entrevista con La nacióndejó fuertes revelaciones.

Nunca me amé a mí mismo, nunca valoré, nunca respeté, siempre me jodí. Hubo días en que no podía soportarme. Era muy exigente, quería ser el número uno. digo que no me arrepiento, pero cambiaría muchas cosas que cambiarían eso, habiendo sido muy exigente. Eso me llevó a donde llegué, pero trato y peleo si no con mis hijos. Si devolviera el tiempo, me valoraría un poco más, me perdonaría más errores “, dijo.

“Nunca me presioné para que fuera el número uno, nunca la esquivé para decir que quería ser el mejor. Eso me llevó a demandar, viví 24 horas para el tenis. Cuanta más presión hubo más ampliada me amplió. Al final de mi carrera, cuando perdí ese hambre de gloria, se reflejó en mi juego”, agregó.

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