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¿Qué ensayo P-Tau 217 debo usar en la práctica clínica? Apertura de la caja de Pandora -.

¿Qué ensayo P-Tau 217 debo usar en la práctica clínica? Apertura de la caja de Pandora -.
¿Qué ensayo P-Tau 217 debo usar en la práctica clínica? Apertura de la caja de Pandora -.
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Los cambios neuropatológicos en el cerebro relacionados con la enfermedad de Alzheimer incluyen la acumulación de placas beta-amiloides y ovejas neurofibrilares que contienen hiperfosfosforiladas de proteína tau (p-tau), que se puede detectar en pacientes mediante la tomografía de emisión de positrones o la cuantificación de los niveles de proteínas beta-amiloide y proteínas en el cepharraquido líquido. Sin embargo, el uso de estos biomarcadores es limitado y actualmente el uso de pruebas de diagnóstico en suero facilita el escrutinio y el diagnóstico de pacientes con discapacidad neurocognitiva.[1]

En el fluido cefalorraquídeo, la especie soluble del cambio de proteína tau en las diferentes etapas de la enfermedad y dependiendo de la progresión de la misma. En la sangre, las tres variantes de proteínas TAU son prometedoras, incluidas P-Tau 181, P-Tau 217 y P-Tau 231. De manera similar, el método de medición también tiene implicaciones; La espectrofotometría de masas o el inmunoensayo han demostrado tener una sensibilidad y especificidad diferentes en el diagnóstico de otras enfermedades neurodegenerativas.

La determinación de P-Tau 217 en suero tiene una correlación adecuada con el depósito beta-amiloides y de proteína tau en el cerebro, al igual que con la predicción de la progresión del deterioro cognitivo, es relativamente barato y no invasiva su determinación.

Para evaluar el rendimiento diagnóstico de P-Tau 217 estudios comparativos.

Por ejemplo, Warminhoven y sus colaboradores se compararon en una cohorte de 998 participantes con pacientes 375 sin deterioro cognitivo contra 623 pacientes con deterioro cognitivo.[2] Las muestras se analizaron por espectrofotometría de masas (ensayo en la Universidad de Washington) y la proporción de P-Tau 217 fosforilados y no fosforilados, así como la determinación por el inmunoensayo llevado a cabo por otros laboratorios (Lilly, Janssen, Álzpath) y la prueba inmunoabsorbente vinculada a ácidos nucleicos (Nulisa). Los participantes fueron biomarcadores realizados en el líquido cefalorraquídeo para la proteína beta-amiloide y tau. Los autores encontraron que todos los ensayos para medir P-Tau 217 tenían un rendimiento de diagnóstico adecuado con áreas bajo la curva de 0.91 a 0.96 para clasificar el estado beta-amiloide.

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Por otro lado, una comparación reciente de los diferentes ensayos de P-Tau 217 en la iniciativa ADNI (Enfermedad de AlzheimerIniciativa de neuroimagen) no mostraron diferencias entre las determinaciones de espectrofotometría de masas y el inmunoensayo en pacientes con deterioro cognitivo, sino un mejor rendimiento realizado por la espectrofotometría de masas en pacientes que aún no tienen deterioro cognitivo se correlacionan con el tanque beta-amiloide en la tomografía por emisión de positrones medidos en los centiloides.[3]

Opinión de expertos

El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es posible mediante el uso de biomarcadores graves, como la determinación de P-Tau 217; La medición de inmunoensayo y la espectrofotometría de masas tienen alta sensibilidad en pacientes con deterioro cognitivo. En esta revisión, la medición de P-Tau 217 por espectrofotometría de masas llevada a cabo por la Universidad de Washington tuvo una sensibilidad del 90 % en la clasificación del estadio beta-amiloides sin la necesidad de requerir la confirmación de otro biomarcador. Sin embargo, en el estudio realizado por Schindler y sus colaboradores, se evidenció que tanto los métodos de inmunoensayo como los realizados por la espectrofotometría de masas tenían sensibilidad cercana al 90 % para determinar el estado de beta-amiloide en la tomografía por emisión de positrones cuando el paciente ya tiene discapacidad cognitiva. Por lo tanto, es necesario continuar haciendo más estudios para establecer, por ejemplo, establecer si debe haber dos niveles de . Del mismo modo, es necesario considerar si valdría la pena hacer una determinación basal y otra de monitoreo, ya que tenemos un coeficiente de variación del 3 % al 10 % para la mayoría de las pruebas.

El Dra. Zaira Medina López Se graduó de la Universidad Autónoma Nacional de México, donde asistió a su posgrado en medicina interna y neurología. Actualmente es un médico asignado de neurología en el Instituto de del Estado de México.

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