Jueves 1 de mayo de 2025, 13:07
El obispo de Málaga, Jesús Catalá, sigue admitido en la UCI del Hospital Vithas Málaga (Parque San Antonio), estabilizado, pero en un estado “muy grave”, como South ha podido saber, al sufrir una septicemia después de ser operado tres veces desde la vejiga y la próstata desde el martes la semana pasada. Según las fuentes, el prelado es estable, pero su pronóstico aún está reservado. Está sedado y ha cruzado a veces muy complicado por la virulencia de la infección que lo mantiene en esta situación crítica.
Catalá, quien el 22 de diciembre presentó su renuncia al Papa Francisco a la edad de 75 años, la edad de jubilación para el trabajo episcopal, aún permaneció a cargo de la diócesis esperando ser relevada. El 22 de abril, se sometió a una operación programada para eliminar un pólipo de vejiga. Sin embargo, este último martes 29, fue intervenido nuevamente en la próstata por la mañana, y en la tarde de ese día también pasó por la sala de operaciones cuando su estado de salud fue complicado. Desde entonces, es admitido a la UCI afectada por una infección importante.


Monseñor Catalá, nacido en la ciudad valenciana de Villamarchante, ha sido obispo de Málaga desde 2008, cuando le ocurrió a Antonio Dorado Soto. Anteriormente, desde 1999 hasta ese año, había sido obispo de Alcalá de Henares y obispo auxiliar de Valencia (1996-1999).
Catalá será reemplazado este viernes por el arzobispo emérito de Pamplona, Francisco Pérez, quien reside en Málaga desde su retiro, en la misa fúnebre del Papa Francisco, quien albergará la Catedral, a las 8 p.m.