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Joel Dicker y los misterios compartidos por toda la familia en la visita muy catastrófica al zoológico.

«Como ya vivimos en un mundo lo suficientemente difícil, quería que esto fuese como un paréntesis. No quería que les pasara nada a estos niños», explicó Jöel Dicker a El Periódico de Cataluña visitó hace unas semanas nuestro país para promocionar ‘La muy catastrófica visita al zoo’ (Alfaguara, 2025). Porque los lectores que lleguen poco avisados hasta la nueva novela del escritor superventas suizo pueden llevarse una de la sorpresas de su vida: lejos de los truculentos misterios y esas escaleras de Escher que han caracterizado la producción del autor de ‘La verdad del caso Harry Quebert’ o ‘Un animal salvaje’, esta nueva obra es una aventura protagonizada por un de niños muy especiales, encabezados por una simpática Joséphine, una jovencita que de mayor quiere ser inventora de palabrotas.

«Es víspera de y la visita de la clase de Joséphine al zoo ha sido una catástrofe. Nadie sabe qué ha pasado exactamente y los padres de la niña están dispuestos a descubrirlo. Mientras la investigación avanza, comprendemos poco a poco que una catástrofe nunca llega sola, que las apariencias engañan y que los acontecimientos pueden tomar un giro que nadie imagina». Esta sinopsis da buena cuenta de cómo Dicker ha aplicado su fórmula narrativa a un mundo nuevo: la novela infantil para adultos. Él mismo insiste en que ‘La muy catastrófica visita al zoo’ es un libro para lectores de «de 7 a 120 años», y que se trata de su homenaje al placer de la lectura y de la democracia -no solo lo subraya en las entrevistas que concede, sino que en el propio libro dedica unas páginas a explicarlo: «Un libro con el que os entren ganas de leer y de que lean otros, sin distinciones. Y que nos permita reencontrarnos. Pero de verdad»-.

Así que, si aquí no hay crímenes ni asesinatos, ¿qué queda del Jöel Dicker que veníamos buscando? Pues sigue habiendo misterio, y el gusto por la estructuras en cuenta atrás y con saltos temporales sigue presente, aunque todo es mucho más claro de lo que suele ser en el territorio Dicker -recordemos que se supone que esto ha nacido para que pueda y quizá deba ser leído por la muchachada a partir de los siete años-. Y por supuesto, no han desaparecido las dosis de engaño con las que el autor de ‘El libro de los Baltimore’ suele engatusar a sus lectores, y que estos aceptan encantados a cambio de un entretenimiento sólido y sorprendente.

Que Dicker haya sentido el impulso de capitanear su propia campaña de fomento de la lectura, y que utilice ‘La muy catastrófica visita al zoo’ como herramienta principal en este esfuerzo, es de por sí una sorpresa y misterio similar al que él mismo suele crear en sus novelas. Lo cierto es que resulta encomiable su entrega y compromiso. ¿Y funciona? Pues tras la lectura de estas 219 páginas uno diría que sí, que la misión está cumplida y que su pretensión de que este libro pueda ser leído igual por cualquiera en una familia está más que logrado. Y la lectura es rápida porque, como casi siempre con el suizo, sus libros se beben y se pueden leer de una sentada. En esta ocasión, eso era aún más importante. Este es un libro para comentar y compartir, su lectura no es una larga cruzada solitaria, ni quiere serlo. Porque ‘La muy catastrófica visita al zoo’ quiere que el abuelo comente sus impresiones con la nieta mientras los padres saben de lo que hablan porque también lo han leído. «Es un libro distinto a los demás. Está dirigido a adultos y a niños. Lo hice porque me gusta recordar que la lectura es una de las cosas que nos puede unir a todos, como el fútbol, la música o el cine», en palabras del propio autor en su reciente paso por España.

Uno quiere que Dicker triunfe en sus ambiciosas y benéficas pretensiones. Además, ‘La muy catastrófica visita al zoo’ tiene el suficiente encanto y buenas intenciones como para que hasta el más cínico de sus lectores no se sienta demasiado enfadado o defraudado, e incluso llegue a disfrutar de este parón en los truculentos misterios que suele lanzar este escritor. Uno de los riesgos que Dicker ha corrido es convertir a Joséphine en la narradora y protagonista de este conjunto de aventuras disparatadas, y podría haber fracasado al crear esta niña, pero gracias a que es tan peculiar, y simpática, lo que ha logrado es un personaje memorable que puede conectar con ese amplio espectro de lectores que busca.

A falta de sangre lo que si tenemos en esta paginas es mucho humor, tan blanco como se podría esperar siendo una obra para toda la familia, pero por no llega a chirriar y verdaderamente puede conseguir divertir y arrancar sonrisas cómplices a cualquier lector que se acerque con la actitud adecuada: hay que buscar aquí lo que nos acerca a otros no lo que nos diferencia.

Dicho esto, y celebrando que Jöel Dicker haya dado un curioso volantazo a su carrera, lo que muchos esperamos de él es que dé otro que le devuelva a la carretera que transitaba, porque no queremos que esto sea un camino permanente para él, y sin duda no lo es para su lector habitual. Y si algunos creímos sentir cierto agotamiento en su fórmula tras la lectura de ‘Un animal salvaje’, quizá este desvío por carreteras secundarias nos lo devuelva en plena forma y con ganas de buscar nuevos trucos con los que hacernos devorar su próxima montaña rusa.

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La muy catastrófica visita al zoo

Autor: Jöel Dicker

Editorial: Alfaguara

Traducción: Mª Teresa Gallego/ Amaya García Gallego

Páginas: 232

Precio: 18,90 €

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