Críticas de “” No guarde nada “★★★★★: Aquí están los textos que James Salter no quería que mantuvieran
Muerte En 2015, su esposa encontró numerosos cuadros de texto a pesar de lo que el autor solía repetir: no conservar nada

Por Diego Gándara
Todo lo que escribe un escritor, es así es ficción o no ficción, o incluso roles dispersos, terminan formando lo que se llama su trabajo, algo que muchas veces ni siquiera puede controlar. Y menos, por supuesto, después de muertos, cuando aparecen en cajones y modas y en las computadoras notas, cuadernos, cuadernos y material que, aunque póstumo, también terminarán, siendo parte de su trabajo.
Esto es lo que sucedió con el trabajo de James Salter (escritor estadounidense nacido en Nueva Jersey en 1925 y murió en 2015) después de su muerte y gracias, de alguna manera, a su esposa, que se reunió con cuadros de mensajes de texto que el autor de “Light Years” había mantenido cuidadosamente, algo que, según la esposa en cuestión de lo que solía repetir con frecuencia: no conserva nada.
Pero Salter, sin embargo, lo había mantenido todo. Y parte de eso que mantuvo es lo que constituye “no mantener nada”, un libro compuesto por treinta y cinco textos en los que el autor explica sobre los temas más diversos, en temas relacionados con el cine, el montañismo y también con la escritura y la literatura.
Notas y drividades
“No solo había una copia terminada de todo lo que había publicado, sino también sus notas y borradores”, recuerda su esposa en el prefacio de este libro que refleja, sobre todo, el interés de Salter en los temas más variados. Pero, también, también muestra algo más: su agudeza, que está impregnada en su mirada y se traduce en una escritura clara, a veces distante con el lector y, a veces, tan cerca; Especialmente se trata de contar con el comercio de la escritura o el trabajo de otros escritores, como el dedicado a Isaak Bábel, que es, en ese sentido, uno de los textos más bellos del libro: toda una canción de amor y fidelidad a la vida y la escritura. El resultado es un libro en el que Salter tampoco mantiene nada y, ya sea entrevistas con autores, crónicas de viajes y deportes o problemas relacionados con la belleza natural o sus años como piloto de caza y su participación en Corea, no se mantiene nada y obtiene, con pocas palabras, digo todo y lo digo directamente, sin fisuras.
▲El mejor
La variedad de problemas que siempre se cruzan aquí con una escritura luminosa
▼El peor
El libro no tiene fisuras, lo que persiste es el estilo atractivo de Salter
Crítica de “Street London 38” ★★★★: El régimen de Pinochet y el nazismo, cara a cara
En “Londres 38”, Philippe Sands coincide con el dictador con Walther Rauff, inventor de cámaras de gas móvil

Por Jesús Ferrer
En 1998, el dictador chileno Augusto Pinochet fue arrestado en Londres, acusado por un juez del Tribunal Nacional de Delitos de Genocidio, terrorismo internacional, tortura y desarición de personas durante los años en que gobernó el país andino. Esto resultó, hasta marzo del año 2000, a un proceso penal de impacto político y legal extraordinario.
El escritor Philippe Sands (Londres, 1960), especializado en derecho internacional, ha novedoso este hito histórico que lo cruza con la personalidad de Walther Rauff, un oficial de las SS alemanas e inventor de las cámaras de gas móvil, que después de la Guerra Mundial podría refugiarse al administrar una compañía conservante chilena. El cruel dictador y el ejército nazi coincidirán en siniestras complicaciones e intereses oscuros. Este libro es la novela narración de esta colaboración, que se combina en sus páginas la crónica periodística, la acusación democrática, la denuncia de los derechos humanos violados, así como la historia detallada de un tiempo histórico perverso. Sands tuvo la oportunidad, contratado como abogado por Human Rights Watch, para ser un testigo directo de ese proceso contra Pinochet, lo que le permitió profundizar personalmente en los testimonios de aquellos que sufrieron las terribles consecuencias de esa dictadura, con los antecedentes de las iniquidades de la ideología nazi.
Amenidad y rigor
Esto se afirma en su declaración de objetivos: «Esta es mi interpretación basada en lo que he visto, escuchado o leído. Es un viaje personal. Se trata de justicia, memoria e impunidad en diferentes momentos y lugares; de los hilos que entrelazan nuestras extrañas vidas, en las cuales las preguntas y las coincidencias surgen con tanta frecuencia ». Además de la documentación legal expuesta con sorprendentes servicios y rigor narrativo exhaustivo, se detallan los entresijos políticos del caso, con el apoyo del dictador de la misma Margaret Thatcher, la recepción que Rauff tuvo que integrarse en una respetabilidad social que merecía y la necesidad de que no fuera posible.
En resumen, una novela extraordinaria de no ficción de lectura esencial y emocionante.
▲El mejor
El emocionante ritmo narrativo con el que se aborda esta fascinante historia
▼El peor
-Se debe decir poca negativa de un libro de elaboración tan completo
Crítica de “Nothing Good Germina” ★★★★★: El gospel bruto de Pérez Gellida
El “efecto Gellida” alcanza “nada bueno germina” su esplendor máximo en forma de una especie de ética de tensión narrativa

Por Ángeles López
Pérez Gellida lanza la llave al Bolt, ya que solo él sabe cómo hacerlo: con la violencia justa para que se ilumine y con el ritmo exacto para que no respiremos. También agrega que el nihilismo es que convierta el aserrín de la historia en un grueso légamo donde las emociones, en lugar de florecer, fermentar. “Nothing Good Germinates” no es solo un título, es una opinión. Bajo su superficie rocosa, la de una España descompuesta por la guerra, la epidemia y la hambruna, no hay posible redención, solo la ilusión de que los pecados del pasado pueden enterrarse en el olvido. Pero Gellida, que escribe como quien ignora los cuerpos con las garras, no cree en esas ilusiones. Es por eso que ha creado Sebastián Costa y Antonia Monterroso: dos fugitivos de sí mismos, dos amantes del cuchillo y la carne quemada, que avanzan en una tierra donde cada paso es una traición y cada beso una herida.
Aquí el “efecto Gellida”, térmico que acuñé y del cual me honro porque lo admiro, cobra su esplendor máximo. No es solo la estructura perfecta del “thriller”: la persecución, la máscara, el refugio simulado, el regreso del enemigo, es ese temblor en el fondo, que la constante sospecha de que los personajes están vivos de más, que se sienten más, que sufrirán lo suficiente para que el lector no salga sin cita. Gellida, como los buenos narradores malditos, no busca empatía; Busca complicidad. Aspira al genio casi aritmético del suspenso. Nos obliga a mirar donde duele, y lo hace con la solvencia de aquellos que han estado esculpiendo el género negro con un cirujano y el espíritu de forense durante más de una década. Monterroso es su nuevo milagro narrativo. No es un personaje “poderoso”, sino una mujer real: hecha de hambre, rabia, deseo sucio. Y Sebastián Costa, héroe de barro y pólvora, es el reverso amoral de un sin espina de la brújula. Juntos inventan una pareja tan trágica como inolvidable, como si Bonnie y Clyde hubieran nacido en un olivo y tuvieran opio de lactancia materna.
El “gelidismo” es una ética de tensión nuevamente. Una forma de narrar el crimen sin piedad, pero cumplir con él. Y “Nothing Good Germinates” es su evangelio final: triste, hermosa, cruel como la historia. Una novela que no florece: quema. Y en ese incendio, una vez más, este gran autor lo ha logrado.
▲El mejor
Es una narración brutalmente honesta con un suspenso que te deja sin aliento
▼El peor
Que su pesimismo extremo y violencia emocional pueden ser sofocantes
Crítica de “Prescribo un gato” ★★★★: La curiosa magia curativa de la ficción asiática regresa
“Prescribo un gato”, por el syou ishid japonés

Por Lluís fernández
Existe un género literario japonés realista realista pero con un componente mágico que a veces se manifiesta como realismo poético y, a veces, como una historia fantástica desplazada. En el caso de “Prescribo a un gato”, por el japonés Syou Ishida, sigue ambas líneas que unen el realismo poético con la fantástica historia desplazada. El mundo creado por Ishida es amigable, realista, pero en él se descubren los elementos esenciales de la historia popular: un gato que tiene propiedades curativas y un psicólogo excéntrico y su enfermera malhumorada que recuerdan dos personajes que ocupan el lugar desplazado del amable mago y ogros.
Pero el subgénero que unifica las novelas orientales traducidas en los últimos años en España es la “ficción curativa”. Algunos, como aquellos que tratan la cocina y la literatura en el contexto de una policía suave (“las deliciosas historias de la taberna Kamogawa” de Hisashi Kashiwai o “La increíble tienda de la Sra. Yeom” de la Kine sur de South Kim Ho-yeon); Otros, como dramas policiales, como “Six Four” de Hideo Yokoyama o Gore Dramones como “fotos extrañas” de Uketsu.
Vida moderna
¿Qué tienen en común las novelas tan dispares? La ligereza de la policía y su marco poético o mágico como pretexto para hablar sobre el tipo de vida de los japoneses y surcoreanos, su relación familiar conflictiva y el estrés de sus rígidas vidas laborales. El aspecto literario refleja esto: una literatura descriptiva, de prosa simple, dividida en capítulos autoconscientes que se recopilan en una historia central que terminan restaurando la familia y la unidad de trabajo perdida por la deshumanización de la vida moderna alienante.
En este libro, aparece lo poético mezclado con lo mágico, porque al mismo tiempo resta la vida familiar perdida y una mejor comprensión profesional, elementos esenciales de la “ficción curativa”, los personajes episódicos entran y dejan la misteriosa clínica de Kokoro tratando de dar sentido a sus vidas. Y son esos gatos los que recetan al médico que opera imaginariamente la magia curativa. Un trabajo curioso. Amable. Magia y, en algún aspecto, curación.
▲El mejor
La bondad que destaca esta ficción curativa a lo largo de la trama del trabajo
▼ Lo peor
Siga la moda oriental de una novela simple con personajes cambiantes