Reseña de Bad Boys Ride or Die, otra explosiva demostración de química entre Will Smith y Martin Lawrence

Reseña de Bad Boys Ride or Die, otra explosiva demostración de química entre Will Smith y Martin Lawrence
Reseña de Bad Boys Ride or Die, otra explosiva demostración de química entre Will Smith y Martin Lawrence

Hasta 1995, miguel bahía Era un completo desconocido, pero su carrera como director de acción se catapultó con Chicos malosuna película que también se estableció en el género Will Smith y Martín Lawrence. Casi tres décadas y una bofetada en los Oscar después, los dos actores demuestran que su química no fue casualidad. Los chicos malos cabalgan o muerenque ahora llega al cine.

Esta es la cuarta película de la serie, después de una exitosa Chicos malos de por vida en el que la Agentes Burnett y Lowrey Combinaban secuencias de acción frenéticas con los achaques propios de quien ya ha superado los cincuenta años.

Ellos se hicieron cargo de ese “avivamiento” directores Adil y Bilall (quien también participó en la serie Sra. Marvel o en nevada) y su estilo, a medio camino entre un homenaje a Bay y una estética más moderna, fue un buen comienzo.

Esa “apariencia” alcanza un nuevo nivel en este Montar o morirtanto en el tratamiento de los personajes como en la identidad visual.

La historia avanza hasta que vemos el eterno soltero Mike (Will Smith) de paso por la vicaría, mientras Marcus tiene que preocuparse más por cuidar su salud después de un infarto que casi lo envía al otro barrio. Parecen problemas propios de caballeros al borde de la jubilación, pero la cosa se pone tensa cuando acusan al fallecido Capitán Howard (Joe Pantoliano) de haber robado sumas millonarias.

Cuando nadie más se atreve a defender el honor de Howard, Continuarán hasta el final para encontrar al verdadero culpable.aunque eso los lleva a estar en el punto de mira del mundo entero…

Con esa idea en el centro de la mesa, se desarrolla una historia al más puro estilo “buddy cop”como en los clásicos de arma letaldonde la acción equilibra su peso con el humor y el “bromance” entre los dos protagonistas.

En este caso, gran parte del contrapunto dramático proviene de Armando (Jacob Scipio), hijo de Mike a quien conocimos en la película anterior, que en cierto modo completa un trío donde él es el tipo taciturno e impenetrable.

Fotos de Sony

Pero, precisamente, uno de los aciertos de la película es no dejar que el peso absoluto de la trama recaiga sobre el dúo protagonistacomo repiten varios compañeros policiales, cada uno con una personalidad muy marcada, para acompañar la acción.

En ese sentido, Esta entrega parece más dinámica, aunque por supuesto el papel principal es para Smith y Lawrence.

Hay que admitir que ambos son fenomenales, pero Quizás sea Lawrence en el que tenga más margen para brillar, sobre todo en el aspecto cómico.con un par de gags que están a punto de descarrilarse, pero que mantienen el rumbo gracias al maravilloso “tempo” cómico del actor.

Incluso hay algún momento verdaderamente surrealista que nunca antes habíamos visto en la franquicia, pero que encaja perfectamente con la extraña personalidad de Marcus.

La acción también funciona muy bien., con menos persecuciones pero muchos tiroteos, sobre todo uno, manifiestamente inspirado en la estética de los videojuegos de shooters subjetivos, que resulta una pasada, mezclando planos de Snorricam a toda velocidad. Asombroso.

Se observa que Adil y Bilall querían ser más “traviesos” en esta entrega (ojo con los cameos, incluido uno que es pura generación de memes), sobre todo en lo estético, con planos muy primeros que buscan impactar intencionadamente, o planos ralentizados que, quizás, se pasan un poco de frenada .

Eso y el hecho de que la historia es bastante genérica y predecible (con algunos gags como cantar el tema principal que, después de cuatro películas, ya están un poco quemados) restan por completo la calidad general de la película.

En cualquier caso, cumple con creces su función de ofrécenos una de esas superproducciones del verano en las que sabes a lo que te diriges: comer palomitas mientras ves cosas explotando, tiroteos por todos lados y bromas para calmar la situación.

Cuando todos renunciaron a su estrellato, Will Smith demuestra que sigue en plena forma a sus, eso sí, 55 años. Los chicos malos cabalgan o mueren Es una película algo menos inductora de testosterona que las originales de los años 90, pero igual de relajado y efectivo, incluso más loco a veces. En general, parece que a estos policías rebeldes todavía no les falta un día para jubilarse…

 
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