“Los Corredores”, Diego Capusotto a cuatro en la mejor película de Néstor Montalbano – .

Sin duda, el cine de Néstor Montalbano constituye una excepcionalidad y una disrupción en el panorama y la historia del séptimo arte local. Se puede afirmar que, salvo quizás la tradición genealógica que lo remonta y remite a nombres como Armando Bó o Jorge Polaco, no hay nada que se asemeje a la rareza, la calidad estética, la proliferación de géneros narrativos y la extraña trama de sus películas. En Los corredores– que constituye el octavo largometraje de su carrera y el cuarto protagonizado por Diego Capusotto – Montalbano reafirma una vez más su estilo original, único y, a esta altura, inconfundible.

Carola Reyna y Capusotto.

El punto de partida de Los corredores Es el clásico cliché de los viajes. Estamos en la década de los cincuenta y se trata del viaje de Mabel Roselló (la siempre efectiva Carola Reyna), una oficinista solitaria y tan extraña como un personaje de Marco Denevi, al rancho La Esplendorosa, ubicado en El Mojón, un lejano y crepuscular Pueblo rural perdido en medio de la nada. Allí, la mujer que acaba de perder a su padre es enviada por el Ministerio de Agrociencias para obtener la firma de un acuerdo de cesión de tierras por parte de un enigmático y misterioso terrateniente llamado Mirko Antonovich (Diego Capusotto). En principio, ya en la habitación, Mabel no se encuentra al habitual Antonovich, sino a su esposa (también interpretada por Diego Capusotto) acompañada de una querida amiga (Alejandra Fletchner), pilotos de carreras pioneros que causan fascinación en la familia. viajero Al mismo tiempo, más temprano que tarde, Mabel también se cruza con un despótico empleado de campo (de nuevo Diego Capusotto en el tercero de sus cuatro personajes) que parece interponerse en sus objetivos.

Como suelen ser los viajes, el viaje de Mabel acaba siendo un viaje hacia su interior y uno de esos viajes aventureros (la aventura la define el sociólogo Georg Simmel como aquellos episodios que interrumpen la vida cotidiana y la rutina y añaden una vida extra a la vida) que modifican la existencia. . Porque, como en El coronel Vallejos de Manuel Puig o en los juegos de espejos de las novelas de Agatha Christie, en El esplendor de El Mojón, no todo es lo que parece y, detrás de los disfraces, se esconden crímenes y sangre. debajo de la alfombra.

Capusotto y Alejandra Fletchner.

universos dispares

Recurriendo precisamente a universos tan dispares como el de Puig y Christie, pero también al kitsch y el desparpajo de Pedro Almodóvar, al suspense de Alfred Hitchcock (con reminiscencias literales de rebeca, Psicosis y Vértigo), hasta películas clásicas argentinas que exploran el tema del doble (El camino oscuro, por Luis José Moglia Barth, Más allá del olvido, por Hugo del Carril, Rosaura a las diez, por Mario Soffici o Bajo la misma cara, de Daniel Tinayre), Montalbano genera un cóctel explosivo que profundiza en las pasiones humanas en las condiciones de sociedades represivas. En efecto, la yuxtaposición de géneros y los constantes travestismos a los que apela Montalbano –a los que se suma el telón de fondo del western y el trepidante mundo de las carreras de coches– es un reflejo de identidades de género yuxtapuestas y deseos eróticos subversivos que los personajes de su creación debe esconderse y disfrazarse porque se consideran prohibidas (y condenadas) en el tiempo en que se desarrolla la ficción.

Montalbano y Capusotto

Los corredores Está muy relacionado con la filmografía de su autor. Los escenarios más frecuentes en las películas de Montalbano (y en los que parece nadar como pez en el agua) son los pueblos pequeños (con sus concomitantes grandes infiernos) como ocurre en Cómplices (1998), yo soy tu aventura (2003), El regreso de Pedro Cascada (2006) o Por un puñado de pelos (2014). A El regreso de Pedro Cascada y Los corredores Están unidos por los temas comunes del travestismo y los conflictos de identidad; a No llores por mí, Inglaterra (2018) el escenario en el mundo del deporte… Al mismo tiempo, si en yo soy tu aventura (2003) parodiaba las populares comedias musicales de Sandro, Palito Ortega o Raphael; o en pájaros volando (2010) a la ciencia ficción clase “B” como Ed Wodd, con sus múltiples referencias y transtextualidades y su uso de proyección trasera (particularmente escenas de viajes en vehículo donde el fondo es una cortina), el reciente estreno del director constituye una parodia de un universo cinematográfico más amplio. Pero, como en el caso de Don Quijote, con la parodia del mismo Montalbano hace el mejor de los homenajes a su cine de referencia y a una gran película de melodrama y suspense que se sitúa en la cúspide de su carrera.

Mención especial merece el espectáculo de ver a Diego Capusotto interpretar nada menos que cuatro personajes en una sola película -que tienen ecos, pero al mismo tiempo son las antípodas de los personajes creativos a lo que está acostumbrado en sus videos y programas de televisión- y papeles que lo consolidan como un actor dramático e incluso trágico. O, al menos, tragicómico.

Los corredores

Por Néstor Montalbano. Con Diego Capusotto, Carola Reyna, Alejandra Flechner, Alejandro Müller, Eduardo Calvo, Norman Briski. Se estrena el 23 de mayo. En cines.

 
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