Siendo todavía un iniciado de la Orden, abandonó el templo por la noche y entró en las amenazadoras calles de Coruscant.
Coruscant, capital de la República Galáctica. En el Templo Jedi duerme un jovencísimo Obi-Wan Kenobi, que despierta de su sueño inquieto. Busca a su amiga Gehren y la encuentra afuera, sentada en una repisa. Su compañero, también iniciado de la Orden, tiene pesadillas y está convencido de que sus terroríficos sueños se van a hacer realidad. Se le aparece la imagen de su padre, quizás a través de una visión enviada por la Fuerza. Y entonces, Gehren toma una decisión: toma la determinación de abandonar el camino de los Jedi y saltar al vacío para seguir su propio camino. En clara violación del código Jedi, el pequeño Kenobi la sigue. Así comienza el primer número del cómic ‘Star Wars: Obi-Wan’, publicado por Marvel y editado por Planeta en España.
Conociendo los peligros de vagar por un planeta como Coruscant, Kenobi corre en busca de su amigo y se adentra en calles y encrucijadas sórdidas. Pronto se topa con un grupo de bandidos, que lo ven como una presa fácil. Con todo, el iniciado domina algunas de las técnicas Jedi, y aunque al principio les dice que no quiere hacerles daño, cuando lo atacan no hay vuelta atrás. En ese momento aparece Gehren y la pelea cesa. Nodrus Cay, un zabrak que pertenece a la pandilla, se revela como miembro del sindicato criminal Sol Negro. Al parecer, el amigo de Obi-Wan ha llegado a un acuerdo con ellos para sacarla del planeta.
Kenobi intuye que algo anda mal y pronto descubre que tiene razón: el zabrak ha visto a los niños pelear y se ha dado cuenta de que ambos están acompañados por la Fuerza, por lo que los detiene: “¿Sabes cuánto valor tendría poseer?” ¿Dos niños sensibles a la Fuerza a mi servicio? él dice. Los bandidos cometen el error de subestimarlos. Aunque todavía son niños, su poder está latente y logran liberarse de sus ataduras y escapar. Pero la joven Gehren no está dispuesta a regresar al templo, puesto que ya ha tomado su decisión. Obi-Wan, en cambio, se guía a través de las estrellas y regresa a la seguridad de su hogar. “Se ha ido”, resuena la voz del Maestro Yoda. “¿Sabes quién te mantendrá a salvo ahora? Obi-Wan Kenobi. Tú. Piensa en lo que harás esta noche”.
Obi Wan Kenobi Nunca volvió a ver a Gehren ni supo si había logrado salvar a su padre.. “Lo único que espero es que no haya sucumbido al miedo”. Posteriormente, en una de las misiones en las que participó como padawan de Qui-Gon Jinn, se enamoró de la duquesa Satine y se planteó abandonar la Orden Jedi, duda que también pasó por la mente de Anakin Skywalker, aunque por motivos diferentes. .
