¿Se puede “alcanzar” la felicidad? – .

¿Se puede “alcanzar” la felicidad? – .
¿Se puede “alcanzar” la felicidad? – .

¿Quién no ha sentido el placer de una sueño ¿¡Como si fuera verdad aquí y ahora!? Esa inmediatez de lo vivido en el caso de lo que fantástico tiene una larga trayectoria en la literatura y, por supuesto, ni siquiera la cine ni el audiovisual Quedan fuera de la irrupción en distintas esferas al transgredir el límite que las separa.

La recreación de la realidad se construye en el séptimo arte y se convierte en una operación de lenguaje, ya que la visualidad del texto debe revelar una determinada esencia. Lo imaginado tampoco es real, sino un anhelo soñado por otros de forma creíble.

¿Adónde nos lleva la película? Una noche con los Rolling Stones (2023) de la guionista y directora Patricia Ramos? Rita, una mujer de unos 40 años, decide poner fin a una relación que no tiene futuro y comienza la búsqueda de un nuevo amor en los días previos al histórico concierto de la banda británica. Al parecer, ese camino es fácilmente transitable. Todo lo contrario. Cada obstáculo se coloca intencionalmente en el camino hacia la búsqueda. Errores, dudas e incluso una ingenuidad extrema influyen en el ser y los acontecimientos de Rita. Ya lo dijo Lezama: “Lo lúdico es lo agonizante”. Y Rita anhela encontrar un salvavidas, a veces engañoso.

La guionista y directora Patricia Ramos invita a pensar en sueños, logros y realidades en beneficio de la espiritualidad. / Leyva Benítez

Recibe señales por diferentes medios, sólo tiene que captarlas. En este sentido, Patricia Ramos es consciente de que cambió el escenario cinematográfico del siglo XXI. Los nuevos medios o experiencias interactivas suelen satisfacer necesidades de comunicación y entretenimiento; y expone, o mejor dicho propone, su propia pasión sin abandonar el espesor de una realidad dura, compleja, nunca ajena a ninguna mujer de nuestro tiempo. Diversos personajes y acciones subordinadas –incorrectamente llamadas subtramas– inspiran odio, amor, resentimiento, miedos, angustias, sentimientos disímiles y siempre, de alguna manera, establecen relaciones con lo real, ese ámbito entendido como la realidad de la ficción.

Los géneros dramáticos elegidos, tragicomedia, melodrama, tragedia, refiguraciones de experiencias temporales se expresan a través de sugerentes recursos narrativos; Estos influyen en la velocidad de lo que se cuenta durante el desarrollo de la trama. Ninguno de ellos es inocente, sirven para complicar el juego de las expectativas. Los giros dramatúrgicamente bien colocados en la estructura ficticia son suficientes para motivar la reflexión, depende de la subjetividad en el acto perceptivo.

Similar a la realidad cotidiana, Una noche…. Se centra en conflictos, situaciones, circunstancias, permitiendo así que el personaje-narrador revele u oculte secretos, o invente lo que no sabe. Este elemento influye en el ritmo ficcional con notable influencia en la cadencia de la película, a base de combinaciones de encuentros, desencuentros y la duración de los planos.

Uno podría pensar: ¿queda fuera de la trama el tan anunciado histórico show de los Rolling Stones en La Habana? La guionista y directora propone su tesis a favor de la felicidad. Antes, en su película Techo (2016) contó las aspiraciones y vicisitudes de tres jóvenes y la necesidad de estimular la amistad. Esto también nos hace felices. No olvidemos una advertencia del teórico y crítico francés Jacques Aumont: “Un cineasta que teoriza no es más que un hombre o una mujer que no quiere actuar a ciegas”. Ramos tampoco fue ajeno al conocimiento compartido durante una entrevista con el maestro Cintio Vitier, quien calificó el análisis de las obras artísticas como “crítica de la participación”, ya que lo primero es ponerse en el lugar del autor y descubrir las leyes de su mundo.

Sin duda, esta herencia fluye hacia la película. Rita, magistralmente interpretada por la protagonista Lola Amores, disfruta de un pedacito de la felicidad a la que tiene derecho, sin ser espectadora del concierto. Pensemos, si bien el cine y los audiovisuales no son los únicos medios responsables del enriquecimiento cultural de las audiencias, sí pueden hacer algo por ellas. Al desarrollo tecnológico y a las buenas intenciones, urge sumar nuevas ideas, planteamientos estéticos renovados, soluciones artísticas que cautiven a los nativos digitales, la mayoría de los cuales están ávidos de incorporar conocimientos a lo que se comparte en las redes.

Fundar un diálogo diverso y rico requiere aprendizaje, comunicación oportuna y nunca caer en las trampas del silencio. La cuestión no está en definir si es una buena o mala película, como algunas personas califican el disfrute o no de una película o producción audiovisual, sino en meditar sobre el valor del arte. Esto no es tanto un oasis de paz como un furioso canto de guerra. De ninguna manera sirve para desconectar, abre interrogantes, bucea en el interior de uno mismo y del otro ser humano. Entonces, ¿se puede “alcanzar” la felicidad? Pensemos, tal vez sea dentro de nosotros mismos, en esa fuerza interior del paso rápido; Nos impulsa, nos hace llorar o reír y fortalece una filosofía de vida centrada en la inteligencia y la capacidad de conocernos y reconocernos sin límites ni fragmentaciones de emoción. Ella siempre fluye. Estemos alerta.

 
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