¿A qué sesgos cognitivos deberían prestar más atención los asesores en función del perfil de riesgo del inversor al que se dirigen? – .

¿A qué sesgos cognitivos deberían prestar más atención los asesores en función del perfil de riesgo del inversor al que se dirigen? – .
¿A qué sesgos cognitivos deberían prestar más atención los asesores en función del perfil de riesgo del inversor al que se dirigen? – .

La psicología ha demostrado ser clave en los últimos años para poder analizar el comportamiento que pueden tener los inversores en diferentes contextos de mercado. Existen varios sesgos conductuales que influyen en las decisiones de inversión y que están incluidos en la ciencia conocida como Finanzas Comportamentales, que tan popularizada fue el recientemente fallecido Premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman.

Estos sesgos también influyen de una forma u otra en la personalidad del inversor en función del perfil de riesgo que tenga, por lo que es recomendable que los asesores estén atentos a ellos a la hora de establecer sus carteras recomendadas. Así lo afirmó Paz Gómez Ferrer, experta en Psicología de la Personalidad y Psicología Financiera, durante la VIII Jornada de Inversores Cobas AM, celebrada hace unas semanas en Madrid.

Este profesional ha realizado una investigación junto con Natalia Cassinello, profesora de la Universidad Pontificia de Comillas, analizando las descargas que han realizado los inversores de Brainvestor, la app de Cobas AM que ofrece a sus usuarios herramientas de autoconocimiento para profundizar en su psicología financiera. . El estudio con los resultados se presentará en las próximas semanas pero ya se puede avanzar qué sesgos es más probable que se produzcan teniendo en cuenta los tres perfiles típicos del inversor: conservador, agresivo y moderado. “Analizando qué variables o sesgos podrían ser claves en el perfil del inversor desde el más agresivo hasta el más conservador, encontramos que este perfil se explica por dos variables y dos sesgos: el sentimiento de pérdida financiera, la toma de decisiones, el sesgo de aversión a las pérdidas. y sesgo de exceso de confianza”, dicen los autores.

Perfil conservador

Según Gómez Ferrer, cuatro son los sesgos más comunes en los perfiles inversores con mayor aversión al riesgo: Sesgo de aversión a las pérdidas, sesgo de anclaje, sesgo de costos hundidos y sesgo de descuento hiperbólico.. Quizás los más desconocidos sean los dos últimos.

El sesgo de costos hundidos es dejarte influenciar en tu toma de decisiones por lo que ya has invertido en un activo en lugar de tener en cuenta la previsión futura. Es la tendencia que tenemos a seguir realizando una actividad en la que hemos invertido tiempo, dinero y esfuerzo aunque quizás ya no dé sus frutos en el futuro.

El descuento hiperbólico se refiere a la predisposición que tiene un inversor a elegir una recompensa inmediata, aunque sea menor, en lugar de esperar más tiempo para lograr mayores recompensas. Por tanto, influye en el plazo de inversión supuesto.

perfil moderado

A continuación te presentamos tres sesgos que pueden aparecer con mayor frecuencia en estos perfiles. Específico, sesgo de autoridad, sesgo de afinidad y sesgo de transferencia. La CNMV define el primero de ellos como “una tendencia a sobreestimar las opiniones de determinadas personas por el mero hecho de ser quienes son y sin someterlas a un procesamiento previo”.

Los dos siguientes, afinidad y arrastre, vienen a subrayar el peligro de que el inversor se deje llevar por las decisiones de alguien similar a él, aunque sean perfiles de inversión diferentes, o siga a la multitud a la hora de invertir, ignorando cualquier aspecto. crítico.

Perfil agresivo

Por último, y según el estudio realizado a través de Braininvestor, en los perfiles de inversión más agresivos los asesores deben estar especialmente atentos a tres sesgos muy habituales: sesgo de confirmación, sesgo de percepción selectiva y sesgo del efecto halo. Los dos primeros están muy interrelacionados ya que implican una tendencia a tener en cuenta sólo aquella información que reafirma la idea que el propio inversor ya tiene preconcebido hacia un activo.

En cuanto al sesgo del efecto halo, es dejarse llevar por las primeras impresiones y no profundizar, lo que puede llevar a tomar decisiones imprudentes, sobre todo teniendo en cuenta la importancia de un análisis profundo en la toma de decisiones de inversión.

 
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