Él gobierno francés quiere frenar la incesante subida de precios que viene mermando el poder adquisitivo de sus ciudadanos desde hace meses. Y la medida que ha aprobado mediante decreto ataca un fenómeno cada vez más utilizado por los fabricantes: el “reduflación”.
La ‘reduflación’ es considerada por los expertos como una inflación “invisible”, y consiste en reducir la cantidad de un producto ofrecido a los consumidores, pero manteniendo e incluso aumentando su precio. No es una práctica nueva, pero ha aumentado considerablemente en los últimos años, debido a la inflación que acecha a los márgenes de beneficio de los productores.
De 1 de juliofecha en la que entrará en vigor el decreto impulsado por el ejecutivo francés, el supermercados se verán obligados a advertir a los consumidores cuando se produce un caso de “reduflación”. Sin embargo, esta nueva medida sólo se aplica a las superficies comerciales que superen el 400 metros cuadrados y a los alimentos que se venden en cantidad constante, pero no a los envasados en cantidades variables ni a los que se venden a granel.
Aunque puede considerarse un aumento de precios oculto, la “reduflación” No es una práctica ilegal. Si esto ocurre, la legislación española establece que se deberá comunicar y aclarar debidamente el volumen de producto que se pone a la venta.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lleva meses denunciando esta estrategia comercial, que según su propio estudio afectaría a la 7% de los productos que componen el cesta de la compra española. La organización describe la “reduflación” de “práctica anticompetitiva” y “poco transparente”y ya ha denunciado varios casos a la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia).
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