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Tinder ha experimentado una disminución en los usuarios de pago, cayendo por debajo de los 10 millones
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Las acciones de su matriz, que controla doce aplicaciones de citas, están en caída libre
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Tinder es muy popular entre los menores de 25 años, pero a edades mayores pierde relevancia
No son muchas las aplicaciones que han conseguido penetración (no es un juego de palabras)la relevancia y trascendencia en la cultura popular que ha alcanzado Tinder en la última década. Es la metonimia del coqueteo en Internetes, junto con WhatsApp o Twitter, sinónimo de una actividad online concreta.
Sin embargo, el mejor momento de su negocio ya ha pasado, y aunque siempre puede recuperar el terreno perdido, ni el propio Tinder ni la empresa que lo respalda, el gigante Match Group, parecen tener por delante su mejor etapa.
Usuarios que pagan la entrada
Hay un dato revelador: el número de suscriptores o usuarios de pago de Tinder está bajando. Tras un crecimiento sostenido durante la primera mitad de la última década, se disparó en 2019, justo antes de la pandemia, cuando creció un 50% de un trimestre a otro.
Aunque el confinamiento erosionó ligeramente esa cifra, el primer verano pandémico reverdeció los laureles y acabó con los disgustos, devolviendo a Tinder la senda del crecimiento. Hasta el verano de 2022, cuando Tinder alcanzó su punto máximo, superando los 11 millones de usuarios de pagouna cifra que no se ha vuelto a superar.
No ha tenido tantos como entonces y de hecho ha perdido la barrera psicológica de los 10 millones. No sólo ha dejado de crecer: ha empezado a disminuir, según datos de la empresa recogidos por Negocio de aplicaciones.
Algo que ha supuesto una ralentización en el crecimiento de sus ingresos, que ahora se acercan a los 500 millones de dólares trimestrales.
Tinder es una aplicación especialmente popular entre los menores de veinticinco años. De ahí a Con el paso de los años su popularidad disminuye.a favor de otras aplicaciones además de llegar a edades donde se hace más común encontrar pareja estable.
Una vez superados los 35 años, el abanico de opciones de las apps de citas es mucho más abierto y su distribución está menos concentrada que entre los jóvenes. En la siguiente tabla podemos ver esta distribución desagregada por grupos de edad.
Una curiosidad: Bumble fue fundada por Whitney Wolfe, exvicepresidenta de Tinder. Y otra curiosidad: de las seis aplicaciones de ese ranking, cuatro están controladas por Match Group, la gran matriz de aplicaciones de citas. eHarmony es el otro que escapa a su control.
La constelación de aplicaciones que ha ido logrando Match Group es tan extensa como detallada. Cada uno tiene un enfoque diferente. Aunque en ocasiones se superponen, todas tienen una razón de ser: priorizar relaciones estables, apuntar a comunidades étnicas concretas, adaptarse a una marcada cultura regional diferente a la occidental o priorizar la interactividad oral y gestual sobre la escrita.
En total son doce aplicaciones y por tanto doce marcas diferentes, pero no basta con pensar que si hay un descenso en Tinder serán otras aplicaciones propias las que recojan el testigo, por supuesto sin contar con competidores como Grindr. , Happn o el citado Bumble, que forma parte desde hace un año de la estrategia de Tinder para contenerlo.
Por un lado, Los ingresos del grupo llevan mucho tiempo estancados en poco más de 3 mil millones de dólares anuales. La primera vez que Match superó esa cifra fue en 2013. Tras unos años estables y una caída abrupta en 2018, volvió a crecer para cerrar 2023 con casi 3.400 millones de depósitos.
Poco equipaje para una década que, si acaso, ha estado marcada por la euforia financiera de muchas empresas tecnológicas que han visto cómo ciertos procesos del mundo físico se trasladaban a entornos online. Como tener citas.
La evolución bursátil del grupo, por el contrario, muestra un gran crecimiento entre 2016 y 2021, seguido de una abrupta caída desde entonces.
La feroz competencia que ha llegado en los últimos años contrasta con un Tinder que no ha evolucionado tanto su aplicación, sus funciones y por tanto su experiencia. Sin embargo, tiene mucho margen para superar esta inercia recurriendo al marketing o a mejoras en la aplicación.
De fondo, un panorama con una extraña incertidumbre: la que plantean periódicos estudios que se publican desde hace años que hablan del desinterés por el amor romántico y las relaciones sexuales de una parte de la población, especialmente los más jóvenes, la generación Z.
Los habituales culpables que se suelen señalar, una mezcla entre el auge de la ansiedad, el consumo de antidepresivos, la mala calidad del sueño, la obesidad o la época dorada del porno, algo que teje una amalgama entre desinterés en el sexo y presión reducida para mantener relaciones.
Pero si alguien puede ayudar a cambiar esta inercia es la aplicación que definió los estándares relacionales de una parte de la sociedad hace más de diez años.
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