El BCE afronta el debate sobre qué hacer tras bajar tipos en junio

El BCE afronta el debate sobre qué hacer tras bajar tipos en junio
El BCE afronta el debate sobre qué hacer tras bajar tipos en junio

El guión de la reunión de este jueves del Consejo de Gobierno del BCE ya parece estar escrito: en esta ocasión no se bajarán los tipos, pero la eurozona casi supone (con un 85% de probabilidad según los mercados de futuros) una reducción del tipo. Precio del dinero en junio. En la última reunión de marzo, Christine Lagarde ya dejó claro que junio sería el momento de tomar una decisión sobre los tipos de interés, cuando tendrá sobre la mesa muchos más indicadores económicos que los ahora disponibles en la reunión de abril. De momento los datos dan margen de maniobra a una decisión, la de bajar los tipos, que nunca es fácil en la ortodoxa Frankfurt. La inflación cayó en marzo en la zona del euro hasta el 2,4% interanual, frente al 2,5% y 2,5% esperados en febrero. Y los datos del subyacente también son esperanzadores, con una tasa del 2,9% interanual, desde el 3,1% de febrero.

“La reunión de abril del BCE será sin duda una de las más rápidas de la historia”, predice Kevin Thozet, miembro del comité de inversiones de Carmignac. El BCE ha insistido, durante meses, en que tomará sus decisiones basándose en los datos. Pero esta vez apenas hay estadísticas nuevas sobre las que reflexionar. Así, salvo sorpresa importante, Lagarde guiará al mercado hacia el recorte en un plazo de seis semanas. Ahora, tras ese primer recorte, el gran debate llega al día siguiente: si el BCE emprenderá un ciclo de reducciones sucesivas o si hará una pausa durante el verano, para no ampliar excesivamente la brecha del precio del dinero en el zona del euro respecto a la de Estados Unidos. La publicación este miércoles del IPC estadounidense de marzo, en el 3,5% interanual, aleja aún más la perspectiva de un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal. Será Christine Lagarde quien debería bajarlos antes que Jerome Powell, pero esta desvinculación está mitigando las expectativas de más recortes en la eurozona: ahora el mercado prevé tres cuartos de punto; El martes dio opciones para una posible cuarta reducción.

La propia Lagarde ha señalado que la inflación está cayendo, pero en una senda descendente que puede ser lenta y accidentada, lo que obliga al BCE a ser prudente y ceñirse lo más posible a lo que muestran los indicadores económicos. Mientras, el gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, ha hablado abiertamente de dos recortes seguidos (la próxima reunión se celebrará en julio), una línea en la que otros gobernadores como el de Malta o el italiano del ejecutivo comité puede ser enmarcado. Piero Cipollone. Por el contrario, los representantes del norte de Europa prefieren pausar los recortes durante el verano. Así lo han declarado los gobernadores de los Países Bajos y Alemania.

Dado que el mandato del BCE es controlar la inflación, y que los últimos datos han sido moderadamente alentadores, un dato clave para futuras decisiones será el aumento de los salarios en la zona euro en el primer trimestre, que se publica el 23 de mayo. sin embargo, el banco tendrá alguna referencia a tener en cuenta. Los precios del petróleo, cuya caída hace meses fue el gran artífice de la moderación de la inflación, están repuntando. No en niveles excesivamente preocupantes pero sí tales que, como insiste en recordarnos el BCE, no podemos bajar la guardia ante el riesgo latente de que la inflación pueda dar alguna sorpresa al alza. El petróleo Brent se sitúa en 90 dólares, frente a los 75 dólares del cierre de 2023, lo que refleja una situación de tensión en el mercado energético. “El precio persistentemente alto del crudo representa una amenaza para la esperada normalización de la política monetaria, limitando la capacidad de los bancos centrales para reducir los tipos de interés en la medida que el mercado prevé”, advierte Pedro del Pozo, director de inversiones financieras. de Mutualidad.

La encuesta sobre préstamos bancarios realizada por el BCE también mostró este martes el impacto que los altos tipos de interés en la zona euro están teniendo sobre la financiación y el crecimiento. Así, la demanda de las empresas de la zona euro ha registrado un “caída sustancial” en el primer trimestre, otra señal de cómo la constante subida de tipos acaba recortando la demanda de crédito, en una zona euro que se espera que crezca un sólo el 0,6% este año, según las propias estimaciones del BCE. En su diagnóstico de la situación en la reunión de marzo, el BCE reconoció que la economía de la zona euro no muestra signos de mejora, argumento que sin duda alimenta la presión para recortar los tipos. Aunque el foco, y la prioridad total del banco central, está en la derrota definitiva de la inflación. Incluso a costa de sacrificar el crecimiento.

A finales de mayo se publicarán indicadores importantes que el BCE espera que certifiquen que la inflación ya está encaminada de manera sostenible hacia el objetivo del 2%. Para entonces se conocerán los beneficios empresariales del primer trimestre, en el que el BCE podrá valorar si las empresas están repercutiendo la subida de salarios en sus márgenes de negocio o si los trasladan a los precios de venta de sus productos. elevando su costo. . Y el día 23 de ese mes se conocerá el dato más esperado de todos, la subida salarial en el primer trimestre del año.

“Esperamos un discurso cauteloso, que confirme la alta probabilidad de un primer recorte en junio y lo presente como un primer paso hacia la normalización de la política. Pero el BCE debe insistir en que los futuros recortes de tipos no están garantizados y dependerán de la trayectoria previsible de la inflación”, afirma Franck Dixmier, director de inversiones globales de renta fija de Allianz Global Investors. Lagarde ya anunció hace semanas que no puede comprometerse con un camino concreto para los recortes de tipos. Finalmente, señaló que no se puede suponer que al primer recorte en junio le seguirán una serie de reducciones sucesivas de 25 puntos en las siguientes reuniones. Y el gran debate del Consejo de Gobierno del BCE estará en este ritmo de recortes a partir de junio, una vez que se haya alcanzado un consenso para la primera reducción.

“El lema de ir reunión tras reunión significa que no debemos esperar una guía sobre el ritmo y la profundidad del ciclo de recorte de tipos”, reconocen en Bank of America. En el banco estadounidense prevén reducciones en junio, septiembre y diciembre. Y para 2025, un recorte por junta hasta dejar la facilidad de depósito en el 2% en julio de ese año. En Goldman Sachs añaden que la senda de recortes a partir de junio es incierta y dependerá de los datos. Y aunque reconocen que el proceso de disminución de la inflación está claramente en marcha, existe la posibilidad de que los recortes de tipos sean trimestrales en la parte final del año.

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