- Una investigación del Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), en colaboración con Ecologistas en Acción, analiza el desarrollo del mercado del hidrógeno, las relaciones geopolíticas, los mecanismos de financiación y los impactos que tienen los proyectos en el territorio.
- El consumo masivo de agua y energías renovables, así como la reproducción de prácticas neocoloniales con países del sur global, son algunos de los impactos detectados en su implementación a gran escala.
- El ODG y Ecologistas en Acción visitaron ubicaciones de futuros proyectos en el Camp de Tarragona, Andorra y Monzón (Aragón), Muskiz (País Vasco) y Torrelavega (Cantabria) para conocer los posibles impactos con la ayuda de organizaciones locales.
En el contexto actual de crisis climática, las instituciones están impulsando la transición energética para reducir las emisiones de CO₂ y, por tanto, cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Esta transición se caracteriza por la descarbonización de la economía, que implica la electrificación de sectores productivos mediante la implementación de energías renovables no convencionales, fotovoltaica y eólica, a gran escala.
No todos los sectores son electrificables y aquí es donde entra en juego el hidrógeno verde como elemento necesario e imprescindible para la transición energética.
Europa, en busca de hidrógeno por el planeta
La Unión Europea quiere convertirse en la región del mundo con mayor consumo de hidrógeno en 2030. Según la Comisión Europea, se estima que Europa necesitará 20 millones de toneladas para satisfacer su necesidad de descarbonización. La mitad de esta suma se importará de terceros países.
Los acuerdos de importación pretenden ser utilizados para establecer nuevas relaciones o consolidar las existentes con países del Sur Global, reproduciendo las prácticas neocoloniales que también se han llevado a cabo con los combustibles fósiles. Un ejemplo es Chile, con quien la Unión Europea ha modernizado el acuerdo comercial existente, incluyendo elementos necesarios para la transición verde, como el hidrógeno y materias primas críticas.
La financiación pública es uno de los elementos clave de los proyectos energéticos porque facilita su construcción y reduce los riesgos de las empresas privadas que los impulsan. En el caso de la Unión Europea, ha puesto a disposición de los diferentes mecanismos de financiación creados para proyectos de hidrógeno más de 25.000 millones de euros. Hasta ahora, las grandes empresas energéticas y los sectores donde se utilizará el hidrógeno han sido los mayores beneficiarios.
Impactos climáticos, sociales, territoriales y de género en el territorio
Actualmente, los proyectos de hidrógeno activos son de pequeña escala o se encuentran en fase piloto, lo que dificulta determinar el alcance de los impactos vinculados a proyectos de gran escala. En el informe ‘La huella del hidrógeno’ se han analizado desde una perspectiva ecofeminista los impactos climáticos, sociales, territoriales y de género que pueden generar proyectos como el Complejo Petroquímico del Camp de Tarragona, el Proyecto Hidrógeno Verde de Endesa y el proyecto Catalina. I en Andorra (Teruel), el depósito geológico de hidrógeno de Monzón, el corredor vasco del hidrógeno o el Besaya H2 en Torrelavega.
Las principales afectaciones detectadas por las organizaciones locales están relacionadas con el elevado consumo de agua y energías renovables que requiere su producción, así como con la priorización del gasto en megaproyectos industriales sobre inversiones de carácter más social y comunitario.
En el caso del Proyecto Hidrógeno Verde de Andorra, donde se ubica una antigua central térmica, Endesa prevé construir un electrolizador de 15 MW, acompañado de 1.800 MW de parques renovables y dos plantas de almacenamiento en baterías. Este proyecto se ha incluido en el Plan de Transición Justa, en una comunidad autónoma, Aragón, que actualmente exporta la mitad de la energía eléctrica que produce.
En Chile, principal país productor de hidrógeno verde de América Latina, los impactos de los proyectos corren a cargo de las comunidades indígenas del Pueblo Changó, que ven cómo la biodiversidad de su costa se ve afectada por las plantas desaladoras que pretenden alimentar de agua al Proyectos de hidrógeno verde a instalar.
Este ha sido el resultado del trabajo de campo realizado por el ODG en el norte de Chile en noviembre de 2022 y del realizado por el ODG y Ecologistas en Acción en el Estado español en diciembre de 2023.
