Antes de que el video matara a las estrellas de la radio

Antes de que el video matara a las estrellas de la radio
Antes de que el video matara a las estrellas de la radio

Confianza, distracción y apoyo. Estos eran los sentimientos que expresaban los españoles en los años 60 del siglo pasado en relación con la radio, medio al que acudían mayoritariamente tanto para informarse como para pasar un buen rato, según revela una encuesta realizada por el Instituto de Información Pública. Dictamen –antecesor del actual Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)– en junio de 1964. El estudio se realizó sobre un universo de 1.408 personas mayores de 18 años, de ambos sexos y diferentes orígenes y condiciones sociales, aunque todos residían en Madrid.

Escuchar la radio fue la actividad más popular entre la diversa población que respondió a la encuesta. El 67% lo hacía y era un hobby intergeneracional, aunque el porcentaje de oyentes se redujo entre los más jóvenes al 43%. En realidad era una ocupación fácil, ya que el 95% de los entrevistados tenía una radio en casa.

Leer el periódico e ir al cine fueron las otras dos actividades de ocio que se llevaron la palma, ya que el 51% reconoció que así ocupaba en parte sus días libres, aunque la opción del cine ascendía al 88% en el porcentaje más bajo. grupo de edad, mientras que la lectura de prensa fue completamente transversal, con un pico del 55% de los entrevistados entre 60 y 69 años.

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Atrás quedó la dedicación a sentarse frente a un televisor, en casa o en un lugar público, ya que el mismo estudio reveló que sólo el 36% de los hogares disponían de uno. Se trataba de una actividad practicada por el 47% de los encuestados, especialmente los jóvenes, que preferían la televisión a la radio, lo que ya apuntaba a una tendencia que se confirmaría en las décadas siguientes.

Y aunque no fuera así cosa de hombres, el alto porcentaje de mujeres que afirmaron dedicar su tiempo libre a coser o realizar bordados (76%), convirtió esta práctica en otra de las más extendidas. Entre otras actividades inducidas en las entrevistas, la lectura de todo tipo de libros era practicada por el 38% de los encuestados, mientras que reunirse con amigos era un buen plan para sólo el 29%.

Centrando el estudio en los medios de comunicación, la mayoría siguió siendo clara: el medio “más completo” era la radio. Así lo afirmó el 36%. Aunque le siguieron de cerca la televisión (32%) y la prensa (30%). Por supuesto, la prensa y la radio pelearon por la evaluación dependiendo de si era evaluada por hombres y mujeres. Valoraron mayoritariamente la prensa (41%) y ella valoró la radio (también 41%). En este caso la televisión no se impuso ni siquiera entre los más jóvenes.

El 51% de los encuestados afirmó que para confirmar un rumor lo primero que harían es encender la radio

La inmediatez del medio, mucho cuando Internet y las redes sociales eran inimaginables, dejó claro que un 51% asegura que para confirmar un rumor lo primero que haría es encender la radio. No en vano lo que se considera la antesala de la noticia también acabó llegando vía patio de radio. Del mismo modo, si los encuestados tuvieran que publicitar algún producto, la mayoría lo haría así (36%).

A pesar de esta preferencia por la radio, un altísimo 70% de los entrevistados afirmó leer la prensa con regularidad. 47%, todos los días y 36%, casi todos los días. Un sorprendente 34%, además, afirmó que no leía un periódico, sino dos. La mayoría de estos lectores (41%) ya encontró el periódico en casa, mientras que un porcentaje muy similar (40%) lo compró personalmente y lo compartió. A diferencia de Barcelona, ​​las suscripciones fueron minoritarias (11%).

Con una vida que transcurría a otro ritmo, el momento más habitual para leer el periódico era por la noche (38%) y claramente lo hacía mayoritariamente en casa (87%). La sección Internacional fue la más seguida (24%), seguida de Suceso, que entonces era sección propia en prensa (18%) y Nacional (13%).


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‘El despacho de Elena Francis’, último programa



Sin embargo, llamó la atención que a pesar de esa lealtad declarada a la prensa, un contundente 64% tenía claro que no todas las noticias que leía eran ciertas. Muchos (27%) porque creían que los periódicos siempre exageraban para ofrecer titulares impactantes. Otros (24%) creían que la prensa mentía con frecuencia. Aunque la respuesta no daba la opción de especificar por qué, la siguiente pregunta puso el dedo en la llaga al preguntar sobre la orientación política de los medios. Para el 49%, todos compartían la misma orientación. Blanco y embotellado.

Respecto a la radio, destacó que si bien se había convertido en un dispositivo común en los hogares y en su mayor parte el único receptor seguía ubicado en el comedor (42%), las radios cada vez más manejables ya habían llegado a la cocina (19%) y al dormitorio (11%), aunque los transistores y, sobre todo, los auriculares seguían siendo una rareza.

La mayoría de los oyentes escuchaban principalmente noticias (37%), y la música seguía siendo una opción secundaria (13%). No sólo por preferencia, sino que también lo era en programación. En cuanto a los programas de radio, la mayoría (54%) afirmó que habían mejorado en los últimos tres años y el 63% los calificó como “buenos”. Y en cuanto a su contenido principal, las principales opciones fueron música ligera (27%), seriales (23%) y entrevistas (18%).

La madre de familia era quien mayoritariamente (42%) decidía qué programa se escuchaba en casa.

Los programas deportivos aún no habían adquirido la dimensión que acabarían tomando, hasta el punto de que un 33% de los encuestados ya consideraba positivo el tiempo que la radio dedicaba a las retransmisiones deportivas y un 19% creía incluso que ya era excesivo. Todo lo contrario de lo que piensa la mayoría sobre las noticias, ya que al 58% le gustaría que se emitieran boletines informativos cada hora, ya que por norma general se emiten dos: mediodía y noche.

Una de las preguntas reveló el peso de las mujeres como oyentes de referencia, ya que la madre de familia era quien mayoritariamente (42%) decidía qué programa se escuchaba. En este caso, incluso los hijos decidieron más (20%) que el padre (15%).

Finalmente, en cuanto a la televisión, la mayoría que aún no la tenía en su hogar señaló que estaba esperando que bajaran los precios para comprarla (39%), mientras que un 27% se resignaba a no tenerla. Aun así, el 51% afirmó ver sus emisiones habitualmente, incluso fuera de casa, lo que admitió hacer el 36% de los encuestados.

En cuanto a programas preferidos, las películas (20%) superaron a las noticias (18%) y los musicales (17%). Sorprendentemente, los toros (10%) también superaron a las retransmisiones deportivas (8%), y si un 40% reclamaba más programas taurinos, un 36% consideraba que en relación a lo deportivo el tiempo dedicado ya era bueno. En cuanto a la influencia de la televisión en la vida familiar, una gran mayoría indicó que influye favorablemente (48%), aunque la respuesta fue cerrada, sin especificar en qué sentido.

Últimas entregas

Esta pieza forma parte de una serie de contenidos que recupera algunos estudios demográficos que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha hecho públicos con motivo de su 60 aniversario desde una perspectiva histórica y con espíritu divulgativo.

Ramón Álvarez

Ramón Álvarez

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