17 de junio de 202400:01
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“Es un barrio familiar y súper tranquilo. Como estás al otro lado de la carretera hay poco tráfico y, cruzando Crámer, tienes el Cabildo con todo a tu alcance”, comentan entusiasmados los propietarios. Conscientes de que cada vez hay menos inmuebles de este tipo, Fueron pacientes, pero tenaces. “El que busca, encuentra”, se repetía en los recorridos habituales por su barrio ideal hasta que vio un cartel de venta. Una vez que completaron la operación, llamaron a un buen amigo, la arquitecta cristina raseraasumir la dirección del proyecto y obra de una reforma profunda.
Actualmente se ingresa desde la calle a un patio seco abierto al cielo y luego al estudio que acabamos de ver, donde escaleras que configura el propio acceso.
Arriba, La casa tenía planta en forma de H con una secuencia de tres habitaciones. con pequeñas ventanas. Como dificultad adicional, al haber otra casa debajo, era complicado mover las aguas. Esta situación, sumada a Las premisas de Rasera de “pelar, limpiar y conectar”, terminó definiendo la nueva distribución. “Tenía muchas dudas sobre la cocina, pero el arquitecto me mostró la portada de un libro de arquitectura con la misma idea en una casa de Oslo. Por suerte lo logramos: ¡resultó ser una gran idea!”