Ella es santafesina, venció el cáncer a los 15 años y estudia Medicina para ayudar a los demás

Un fuerte dolor en la pierna derecha desde hacía varios días, que parecía una simple lesión, advertía de que algo estaba pasando. “Hice mucha actividad física y de un momento a otro comencé a sentir la pierna muy hinchada”, recordó Valentina sobre sus primeros síntomas, en charla con AIRE.

Después de varios estudios y tras ser trasladado al hospital italiano de buenos airesLos médicos confirmaron que su problema era más grave de lo que pensaba: le diagnosticaron un sarcoma de ewinguna especie de cáncer Afecta a huesos largos y tejidos blandos.

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“A los 15 años tienes toda una vida por delante, y escuchar esa palabra te hace pensar que te vas a morir”, reflexionó la joven sobre el duro diagnóstico que recibió..

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En su adolescencia, Valentina sufrió un tumor maligno que cambió su vida. (Cortesía: Valentina Rodríguez)

La visión de la sociedad y el apoyo en su entorno.

Mientras realizaba estudios para conocer más sobre la enfermedad, se vio obligada a mudarse a Buenos Aires y vivir en Casa Ronald McDonalduna entidad sin fines de lucro que se dedica a acompañar a las familias de niños y niñas que requieren un tratamiento de alta complejidad.

Con el paso de los meses los efectos de los tratamientos comenzaron a aparecer y uno de los más fuertes fue la caída de su cabello y cómo eso se reflejaba en los ojos de los demás: “Lo más difícil de afrontar no fue el dolor físico ni los efectos de la quimioterapia, sino la mirada de la sociedad sobre mí”.

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Para una adolescente, perder cabello debido a la quimioterapia puede ser muy impactante y su caso no fue la excepción. Por esta razón, Valentina, quien en ese momento llevaba su cabello largo, tomó la decisión de cortárselo y con su excedente hacerse una peluca que usaba en ocasiones especiales.

En casa, Valentina hizo nuevos amigos que fueron importantes en su recuperación, ya que en ellos dependió para sobrellevar la enfermedad. “No tuve que esconderme de la mirada de nadie.porque todos estábamos pasando por situaciones similares”, dijo sobre su vida en esta casa tan especial.

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Su madre estuvo a su lado en todo momento, y por eso formó un fuerte vínculo con ella. (Cortesía: Valentina Rodríguez)

Mientras realizaba el tratamiento recibió el apoyo de sus familiares y amigos que se encontraban en Santa Fe, quienes le enviaron obsequios y tiernos mensajes.

Una de las personas más significativas durante esta etapa fue su madre, quien la acompañó en todo momento: “Al mismo tiempo, me reveló que en muchas ocasiones, cuando me levantaba en la noche, ella iba a mi habitación y me sacudía la almohada para que no viera cómo se me caía el pelo”.

Un duro golpe de la realidad

Durante todo su proceso de recuperación, Valentina se apoyó en una mentalidad positiva y en Dios, pero hubo momentos donde recibió noticias que la hicieron consciente de lo que estaba pasando.

Dentro de la casita hice muchos amigos y durante el transcurso de la enfermedad muchos de ellos murieron.. Una de las pérdidas más grandes que más me marcó fue la de Nacho, un gran amigo con el que tenía cosas pendientes”, reveló dejando al descubierto su angustia.

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Un nuevo comienzo y un cambio de vida.

Uno de los momentos más importantes y cruciales fue durante su trasplante de médula ósea. Los médicos le dijeron que existía la posibilidad de que perdiera la pierna. Sin embargo, la cirugía fue perfecta, pero la joven tuvo que aprender a caminar nuevamente.

Valentina describe que su tratamiento no fue nada fácil, ya que ella también estaba recibiendo quimioterapia. “Fue un proceso largo y duro, porque ese hueso no era mío, y gracias a la kinesiología hoy puedo caminar”, detalló sobre la última etapa de la recuperación.

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En apenas unos meses, Valen se graduará como médico y podrá dedicarse a lo que más ama. (Cortesía: Valentina Rodríguez)

Luego de superar el cáncer, Valentina decidió devolver todo el amor que recibió durante su tratamiento y Sé médico para ayudar a otras personas a superar sus batallas.. “Haber pasado por esta enfermedad me hizo madurar y siento que me da ciertas herramientas que me permiten acercarme al paciente y ayudarlo”, explicó..

Además, se refirió a la importancia de la donación de órganos y tejidos, entendiendo lo crucial que puede ser para salvar una vida. “El único tratamiento que permitirá que otro paciente siga viviendo es la donación de órganos y tejidos. Gracias a esto hoy puedo estudiar y seguir compartiendo mi historia.”.

La joven que se graduó como médica este año dejó un mensaje para todos aquellos que pasan por una situación similar: “El cáncer no es una sentencia de muerte. No es como una sentencia definitiva; Es una enfermedad grave, pero manejable. Es un proceso que requiere fortaleza física y mental, pero hay una salida.”.

 
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