Por Matías Candoli:
La derrota inicial por la Copa de la Liga, a finales de enero en Talleres ante Gimnasia en el Kempes con gol a Matías Catalán parece solo un mal recuerdo. Es que, después de eso, el equipo de Barrio Jardín construyó partido a partido, una ilusión que tiene muchos fundamentos en el desempeño del equipo dentro de la cancha y sobre la mesa.
Luego de la derrota ante Lobo, la T encadenó dos triunfos: 2 a 1 ante Huracán y 4 a 1 ante Rosario Central. Luego vino el clásico ante Instituto con un vibrante 2 a 2, el triunfo 2 a 1 ante Argentinos Juniors y algunos nubarrones amenazaron el despejado cielo albiazul empezando por la derrota 2 a 1 ante Barracas Central, el empate 2 a 2 ante Belgrano en Alberdi. en el clásico y mismo resultado conseguido ante River. Unas dudas al técnico que se disiparon con buenos partidos y victorias. Así, siguió la estrecha victoria ante el duro Deportivo Riestra en condición de visitante y el triunfo por 4-1 ante Atlético Tucumán en el Kempes.
Luego fue el categórico 3-0 con Agropecuario en el debut en la Copa Argentina más el empate con Banfield y la victoria ante Vélez. Así, con posibilidades de clasificar a los octavos de final del certamen local a falta de dos fechas, Talleres llegó al partido inaugural de la Copa Libertadores con un triunfo por 2-1 ante San Pablo en el Kempes, confirmando el buen momento del equipo. .
Con la idea de cumplir el objetivo de la clasificación, la afición se llevó una pequeña decepción con la decisión del DT Ribonetto de poner suplentes ante Independiente Rivadavia con un empate en un gol que no dejó contentos a nadie. Luego, la T viajó a Ecuador y empató a dos goles ante Barcelona en un emotivo partido y llegó a una verdadera final ante Independiente en Avellaneda. Quien ganó se clasificó. Pero empataron 2 a 2 y ambos se quedaron con las ganas.
Diez días después el equipo viajó a Chile y derrotó sin dudas a Cobresal por 2 a 0, luego venció a Barcelona de Guayaquil por 3 a 1 en el Kempes, asegurándose con ese triunfo un lugar en los octavos de final de la Libertadores. Con esa tranquilidad de ese objetivo cumplido, comenzó el Torneo de Liga.
La fecha inicial lo tuvo nuevamente en la T en Avellaneda ante el Rojo pero esta vez fue contundente y los derrotó 3 a 1 con un gran nivel de sus delanteros liderados por un intratable Ramón Sosa. A ese partido le siguió el triunfo por 1-0 ante Cobresal en Córdoba y el triunfo por 2-0 ante el Atlético, también en casa.
Envalentonada por el buen momento, la T se fue a la Bombonera y estuvo cerca de vencer a Boca pero terminó conformándose con el empate sin goles. Luego se dirigió a Morumbí donde cayó 2 a 0, quedando segundo del grupo. Y cerró el semestre con una victoria ante Central Córdoba, en Santiago del Estero, por 4 a 2. Luego volvió a competir por la Copa Argentina y derrotó al durísimo Colón por 1 a 0, asegurándose el pase a los cuartos de final de uno de sus Objetivos para este ano.
En el último partido del semestre, la T venció a Platense por 2 a 1, cerrando así un primer tiempo más que positivo, entre los líderes del torneo. Pensando en lo que viene, que es la continuidad de la Liga Profesional y los octavos de final de la Copa Libertadores ante River, hay que esperar los movimientos del mercado de fichajes pero los sueños de los albiazules se basan en seguir construyendo con una plantilla acorde con aquellos objetivos marcados a principios de año de luchar cada torneo hasta el final.
