“La Armada Argentina es una vida diferente” – Gaceta Marinera – .

El Teniente Ingeniero Agustín Raúl Di Berardino, tiene 37 años, es Subjefe del Departamento de Pólvora del Arsenal Naval de Puerto Belgrano y desde hace una década forma parte del Cuerpo Profesional de la Armada Argentina.

Hoy celebramos su día y el de todos los ingenieros argentinos, profesión que, a través de sus diferentes especialidades, hace aportes trascendentales a nuestras vidas. Este día se celebra cada 16 de junio en conmemoración del inicio e implantación de la carrera de Ingeniería en Argentina, como iniciativa de Carlos Enrique Pellegrini en 1855.

Agustín Di Berardino abrazó la ingeniería nada más graduarse del bachillerato en Mendoza, provincia que le abrió los brazos a su familia cuando él era muy pequeño; tierra donde echaron raíces al llegar desde Santa Rosa (La Pampa), ciudad donde nació.

Su educación primaria en la Escuela N° 1250 “Miguel de Azcuénaga”, en la zona rural de General Alvear, al sur de Mendoza, y la fuerte presencia de materias como Física, Química y Matemáticas en la Escuela Agrícola, despertaron su inclinación hacia la ingeniería. “Me sentí cómodo con esas materias un poco más difíciles y pensé que era una buena alternativa para mí. Estaba entre la medicina y la ingeniería; Finalmente triunfó el segundo y conforme fue pasando el tiempo en la carrera sentí que había elegido bien”.

Agustín estudió en la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria de San Rafael, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo, a unos 220 kilómetros de la capital provincial. Una vez egresado se especializó en minería metálica en la República de Chile.

De regreso a Mendoza, a los 27 años, Internet puso en su camino una imagen que lo atrapó: era una foto del personal de la Armada Argentina. “Me llamó la atención; Me gustó el uniforme y una vez que entré al enlace y comencé a mirar, descubrí que los ingenieros podían unirse a la Marina”.

A partir de ese momento inició una secuencia de convocatorias y trámites que lo encontraron en 2015 en la Escuela Naval Militar, junto a otros profesionales, cursando el Curso de Integración Naval (CUINA). “Tenía experiencia como ingeniero químico y había completado mi especialización, pero cuando vi que la Armada podía capacitarme en química y explosivos y yo podía dedicarme al servicio de esa manera, me pareció muy tentador; Entonces me embarqué en la vida militar”.

Esto sorprendió a su familia, quienes lo apoyaron incondicionalmente. “Estaban muy contentos con la decisión que había tomado e internamente estaba seguro de que esta carrera me completaba como persona y como profesional”.

La carrera naval

Por su especialidad, el Teniente Di Berardino está adscrito al Departamento de Polvorines y Talleres Especializados de Municiones y, anteriormente, se desempeñó en el Taller Central de Misiles, ambos dependientes del Arsenal Naval de Puerto Belgrano, con sede en la Base Naval de Puerto Belgrano, ubicada al sur. de la provincia de Buenos Aires.

En 2017 recibió el encargo de participar en un nuevo desafío: ser Jefe de Batallón en el Período Selectivo Preliminar del Comando de Infantería de Marina. “Fue una sorpresa muy grande porque no esperaba tener 250 postulantes a cargo, un grupo bastante grande de suboficiales y oficiales y además que me encomendaran la responsabilidad de liderazgo y cumplimiento de objetivos”.

“Fue una experiencia muy interesante donde pude conocer historias de muchos jóvenes de diferentes partes de Argentina que decidieron empezar a servir a su país como soldados de la Armada”, destacó.

Respecto al desempeño de su profesión dentro de la Institución, Agustín explicó que “el ingeniero químico en la Armada Argentina aporta sus conocimientos y criterio en beneficio de los intereses institucionales dedicados a su especialidad; En mi caso, la Marina decidió especializarme en química y explosivos”.

Entre las responsabilidades que deben asumir los oficiales de ingeniería del Departamento de Polvorines y Talleres Especializados de Municiones se encuentra el almacenamiento adecuado y seguro de explosivos y municiones para proteger la vida útil de los elementos, y realizar controles de calidad del material mediante pruebas químicas y análisis. “Además, se deben administrar los inventarios de manera que reflejen fielmente los stocks y se deben tomar acciones juiciosas en caso de que se obtenga material explosivo y se transfiera a disposición final y se decida avanzar con su desmilitarización pacífica”, agregó.

La seguridad del personal y de las instalaciones es la base de todas las actividades que allí se realizan; Es por eso que el cumplimiento de la normativa y la capacitación del personal son vitales para todo aquel que brinda servicio dentro de la especialidad. “El ingeniero químico establece y actualiza procedimientos y protocolos para el manejo de explosivos, adaptándolos a las nuevas tecnologías y regulaciones”, agregó el teniente Di Berardino.

Este Departamento participa en la recepción, estiba, custodia, inspección y suministro de municiones y explosivos a las distintas unidades de la Armada Argentina, de conformidad con lo que ordene el órgano superior competente. Asimismo, comprende las pruebas de armas, municiones, pirotecnia, explosivos y tareas de desmilitarización.

Además del desarrollo específico de su profesión, la Armada ofrece a Agustín una amplia posibilidad de formación y crecimiento: “Desde cursos de idiomas hasta diferentes opciones a las que, como ingeniero u oficial, uno puede acceder para desarrollarse profesionalmente. La Institución te permite construir tu vida profesional y te brinda confianza para ejercer esos conocimientos”.

Su vocación naval llevó por el mismo camino a dos de sus compañeros universitarios, ingenieros químicos y hoy oficiales de la Armada Argentina: los tenientes de Armada Jair Sosa, con quien comparte destino, y Ramiro Méndez Casariego, que presta servicios en Buenos Aires. .

“Mendoza es mi raíz”

Al ingeniero Di Bernardino se le iluminan los ojos cuando habla de Mendoza, y más aún de General Alvear, ciudad de 40 mil habitantes que lo vio crecer junto a sus hermanos Homero, Carla y Constanza. “Mendoza para mí es mis raíces y tiene un lugar muy importante en mi corazón. Cada vez que vuelvo es como volver a casa”.

Allí aún residen sus padres: Fabio Augusto, Licenciado en Recursos Naturales, quien durante mucho tiempo de su vida fue docente y luego se dedicó al servicio público; y su madre, Susana del Carmen, quien, aunque es maestra, muchas veces priorizaba quedarse en su casa al cuidado de Agustín y sus hermanos.

El teniente Di Berardino vive actualmente en el barrio Dufourq de la Base Naval de Puerto Belgrano junto a su esposa Daiana -también mendocina- y sus hijos Máximo (4) y Genarito (3).

“Para mí la Marina es una muy buena inversión en vida, camaradería e ideales. Sin duda me volvería a incorporar, y animo a más ingenieros a que se sumen porque es una vida diferente”, aseguró.

 
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