Talento inagotable en Cuba para la suerte de Europa

Talento inagotable en Cuba para la suerte de Europa
Talento inagotable en Cuba para la suerte de Europa

Tres de los cuatro mejores triples de la temporada son cubanos. Los mejores récords del año, año olímpico además, surgieron de las piernas estiradas de tres atletas formados en alto rendimiento en la Isla, en medio de la escasez y escasez de implementos y alimentos.

Cuba tiene un talento inagotable de deportistas, para fortuna de Europa y el resto del mundo, porque no se puede decir que solo salen de la isla hacia países del primer mundo.

En este momento al deportista cubano le da igual España, Chile o El Salvador. Hay futuro en cualquier lugar, excepto en la tierra donde nacieron.

Respecto al duelo de esta semana en la final de triple salto del Campeonato de Europa de atletismo con sede en Roma y el plato fuerte de dos cubanos (Jordan Díaz por España y Pedro Pablo Pichardo por Portugal), muchos aficionados comentaron la tristeza de verlos brillar en la tierra no afiliada. .

La culpa no es de los deportistas ni de los países que los acogen sabiendo que tienen un talento único. Sería muy tonto aspirar a eso.

No se puede aspirar a más en un país donde desde hace años no se valora el desempeño y se premia la excelencia con diplomas de cartón, una foto de Fidel Castro muerto de risa y una mano de plátanos. Nadie come con esos premios y los deportistas tienen familias y deseos personales.

De año en año se podría conseguir la ruleta rusa de un “automóvil moderno”, que más que un regalo es un lastre en un país donde las colas para comprar gasolina ocupan cinco cuadras debido a la actual escasez de combustible.

Cuando el habanero Jordan Díaz se escapó de una delegación deportiva el 28 de junio de 2021 en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, no solo dejó atrás la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, sino que renunció durante varios años a abrazar a su familia, como “castigo” por el abandono que imponen desde la isla.

Por eso, al final de cada competencia, le vaya bien o mal, sale a llamar a su familia en La Habana.

Tras ganar el oro en el Campeonato de Europa de atletismo, con un salto de 18,18 metros -el tercer mejor salto en la historia de la disciplina-, le arrebató el móvil a su entrenador Iván Pedroso y llamó a su padre.

«Siempre que termino de competir son las primeras personas a las que llamo; Saliera bien o mal, siempre los llamo”, dijo a la revista. Alivio.

Poco después, su padre habanero contó el nerviosismo que vivió desde lejos y sin una transmisión en vivo, solo pudo guiarse por las redes sociales.

«Sabía que estaba allí para hacerlo [una marca grande], pero no pensé mucho (…). Ojalá le dé muchos más triunfos al país que le acogió como a un hijo”, confesó el padre de la joven estrella española del triple salto.

A Jordan, como a cientos de otros deportistas cubanos, le hubiera encantado seguir compitiendo por su bandera y por su país de origen, estar con su familia y seguir en el barrio, con sus amigos de siempre.

Pero sin futuro, no tienen que pedirle a nadie que se sacrifique o se “suicide” quedándose por nada. Él mismo lo reconoció en una entrevista.

«Es muy difícil dejar lo vivido para ir a mejorar tu vida, es un poco triste. ¿Quién no querría representar a su país de nacimiento? El deporte para mí lo es todo y cuando ves que no tienes futuro… El deporte es muy corto y hay que aprovecharlo al máximo”, confesó.

El mérito no es únicamente de Jordan, porque detrás del histórico salto que lo coloca como el gran favorito al oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 se encuentra otro cubano, el entrenador Iván Pedroso, leyenda del salto de longitud.

Es un tema que tratamos en la columna de este año, cuando aseguramos que moldear talentos en el exterior era el anhelo o la única salida de cientos de talentosos entrenadores de la Isla. ¿Las causas? Esas que llevan a millones de antillanos a vivir fuera de su tierra.

Lo que viene dentro de unas semanas en la capital francesa no será para los débiles de corazón con Jordan en su mejor momento, con Pichardo “picado” porque le quitaron el título y con el regreso de Andy Díaz -el cubano nacionalizado italiano-. que no llegó a tiempo a Roma, pero llegará a París.

«Lo que he hecho hoy no servirá de nada. En los Juegos Olímpicos hay muchos atletas de alto nivel y todos se están preparando para la guerra (…), va a ser la competencia más grande de la historia”, dijo Jordan al diario. El español.

Mientras el mundo ve a los atletas cubanos brillar bajo otros colores, la luz no salva a Cuba, que sigue acumulando atletas a cuentagotas para la que seguramente será la delegación olímpica más demacrada de su historia.

EL TOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSICIÓN EDITORIAL DEL MEDIO.

 
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