¿Todos los milistas? La política cordobesa, oculta

¿Todos los milistas? La política cordobesa, oculta
¿Todos los milistas? La política cordobesa, oculta

Los tres senadores cordobeses votando a favor de la Ley de Bases -la primera ley que logró el Gobierno Libertario- conforman una imagen que representa con bastante fidelidad estos primeros seis meses de gestión de Javier Milei en el centro del país.

Sin duda, representa a la gran mayoría del 74 por ciento de los cordobeses que votaron por La Libertad Avanza y que en gran medida siguen apoyando al Presidente.

También representa fielmente el cordobanismo, esa lógica política que incluye tanto a oficialistas como a opositores y que admite encarnizados enfrentamientos dentro de los límites de la provincia, pero requiere del mismo discurso antikirchnerista dentro y fuera. Es esta característica la que -en un país resquebrajado como nunca antes- deja a la mayor parte de la dirigencia cordobesa en la foto milléista.

Pero la realidad es que las ideas de fondo que defiende Milei, su fundamentalismo de mercado y su desprecio por cualquier intervención del Estado en la sociedad, no son representativas de la gran mayoría de los líderes políticos provinciales, y menos aún de los principales.

El gobernador Martín Llaryora reivindica el papel del Estado donde el mercado no llega, citando las mismas palabras que repitió durante años Juan Schiaretti, pero también apoyando todos los programas sociales, apelando al Bancor con políticas contracíclicas para el sector privado y apostando a la obra pública.

Luis Juez también fue estatista cuando estuvo al frente de la Municipalidad de Córdoba, y en la última campaña provincial -hace apenas un año- sus principales propuestas apuntaron a más Estado: prometió más médicos en los hospitales, más inversión en educación pública y incluso la restitución íntegra del 82% del móvil para los jubilados cordobeses.

Lo que pasa es que en los seis meses de era Milei la política cordobesa permaneció oculta. Oculto. Tiene miedo de decir lo que piensa porque las encuestas dicen que en este momento poco más de la mitad de los cordobeses prefieren escuchar otra cosa.

En Córdoba, como en Roma

Por eso el primer paso que dio ayer el cardenal Ángel Rossi cuando reunió a los políticos más importantes de Córdoba y advirtió -en línea con las señales que vienen desde Roma y que se replican en todas las iglesias del país- sobre el significado de las ideas que se promueven y las decisiones que se toman desde la Nación.

Con un llamado a poner al ser humano y no al mercado “en el centro de la política y las políticas”, Rossi invitó a reflexionar a los principales dirigentes, entre ellos Llaryora, Daniel Passerini, Juez y Rodrigo de Loredo. El miércoles dirá lo mismo en una misa en Villa Angelelli, que finalizará con un cartel aún más contundente: una olla popular.

Desde el Centro Cívico, la comitiva de Llaryora confirma que el peronismo cordobés volverá a apoyar al Gobierno nacional en Diputados durante la revisión de la Ley de Base. Sin embargo, destacan que hasta ahí llega el alineamiento: después de 25 años en el poder, queda claro que el proyecto político del peronismo cordobés nada tiene que ver con ideas libertarias. El gobernador pretende acelerar una incursión nacional de Schiaretti, para la creación de una corriente centrista cuando se complete el surgimiento de Juntos por el Cambio.

Con ese propósito, desde el central llaryorista surgen ideas como convertir a Schiaretti en candidato a diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para darle visibilidad nacional y facilitar el armado de un nuevo espacio federal. Todo el peronismo habla de esto, excepto Schiaretti: nadie le comunicó oficialmente la idea todavía, porque todos imaginan su respuesta.

Tras las puertas del Panal, mientras tanto, las críticas se multiplican por el impacto del mega ajuste nacional en todos los frentes y repiten que en la reducción del 94% de los recursos no automáticos para Córdoba no solo quedaron los recursos para el Fondo de Jubilaciones eliminado. , pero también fondos que se destinaron a tratamientos de adicciones, medicamentos oncológicos o programas de discapacidad. Por no hablar de los comedores, que nunca volvieron a recibir alimentos o del reparto de leche que estaba a punto de caducar, que requirió que se ejecutara una orden judicial.

Más allá de las críticas, en las últimas semanas la Nación logró articular un canal de negociación más eficiente con las provincias. La llegada de Guillermo Francos a la Jefatura de Gabinete se celebra en Córdoba tanto como el acuerdo que logró desbloquear para que las obras viales que había iniciado la Nación no quedaran paralizadas por años. La hora y media que Llaryora mantuvo con el ministro Luis Caputo es una señal evidente de que la Nación tuvo que abrir varias puertas más para lograr la Ley Base. La relación empieza a tener un tono más parecido al que pretendía Llaryora que al que Milei había impuesto al principio.

La relación del Presidente con el resto de la política cordobesa es un enigma. Tiene una relación personal con Juez y De Loredo ofrece fuertes señales de colaboración con La Libertad Avanza, pero Juntos por el Cambio se mantiene cohesionado sólo por su papel de oposición a Llaryora. Todo lo demás son diferencias y desconfianza mutua y nadie imagina todavía lo que será cuando la coalición termine de implosionar a nivel nacional.

Por todo lo que falta. La política cordobesa inicia hoy la cuenta regresiva para las elecciones más importantes del año: el próximo domingo Río Cuarto elige intendente y el peronismo enfrenta un escenario que todavía parece irreal para muchos. Adriana Nazario no aceptó un acuerdo con el actual intendente, Juan Manuel Llamosas, y logró complicar enormemente unas elecciones que el oficialismo provincial daba por ganadas y que ahora teme perder a manos del radical Gonzalo Parodi.

Llaryora sumó a Schiaretti a la campaña, aceleró a fondo -hay muchas críticas de la oposición por prácticas clientelistas- e intenta repetir en Río Cuarto la hazaña de Córdoba Capital, donde todo indicaba que De Loredo ganó por 15 puntos y Passerini ganó. a las ocho. Juez y De Loredo están emocionados de celebrar el domingo a pesar de no haber participado en la campaña. Nazario no pierde las esperanzas hasta que se cuentan los votos.

 
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