“El David Marrón”, una lectura sobre el racismo en Argentina

“El David Marrón”, una lectura sobre el racismo en Argentina
“El David Marrón”, una lectura sobre el racismo en Argentina

Cuando viví en el extranjero, El actor argentino David Gudiño. Solían decirle que parecía filipino o vietnamita. Algo estaba haciendo ruido, pero no podía expresarlo con palabras ni clasificar esos comentarios como “racistas”. Gracias a Colectivo Identidad Marrón, del que hoy forma parte, entendió que esos pequeños gestos son los que naturalizan el discurso del odio y la discriminación. “Todo esto hace que mi cara no salga en los anuncios por mis rasgos de collas”, dice Gudiño sobre la resurgimiento de El david marrónuna obra escrita y protagonizada por él que se puede ver todo Viernes a las 21.30 en Dumont (Santos Dumont 4040), dirigida por Laura Fernández.

Estas situaciones cotidianas acabaron siendo la base de su obra y, al igual que Miguel Ángel, modeló un David al que acabó dando forma junto a Fernández. Ya habían trabajado juntos en la creación Tormenta de nieve, pieza que formó parte del ciclo “Cervantes Online”. “Había visto algunos de sus trabajos, Tómate un baño, y quedé fascinado, quedé asombrado. Cuando me pidieron sugerencias para la dirección, pensé en Laura. “Creo que lo que nos une es lo que es un poco diferente de lo esperado”.

–Tu deseo de escribir surgió cuando empezaste a registrar cierta estigmatización en los roles que te asignaban. ¿Cómo fue ese camino?

David Gudiño: –Identidad Marrón es un grupo de la sociedad civil que se reúne para pensar y hacer una propuesta de lectura sobre el racismo en Argentina y América Latina. El racismo consiste en un trato diferenciado por tu etnia o ascendencia étnica que te impide acceder a un derecho. Si tenemos que pensar en el racismo en la industria del entretenimiento es en términos de acceso al trabajo. Si piensas en cuántos segundos aparece un personaje racializado, moreno o indígena en series o películas, son muy pocos. Hay una sobrerrepresentación de la blancura, pero esa Argentina blanca no existe.

Gudiño creó argentina no es blancaun cortometraje que en tres minutos reflexiona con gran lucidez sobre los comentarios que recibe a diario y que muy pocos se identifican como racistas aunque ciertamente lo son. El vídeo tiene millones de visitas y fue seleccionado para competir en la categoría Cortometrajes de TikTok del Festival de Cine de Cannes. El actor explica que existe un estudio dactiloscópico de la UBA que indica que “el 60% de la población argentina tiene en su genética una ascendencia étnica, aunque esto no está representado en la industria”. A Gudiño siempre le tocaba interpretar a gendarmes, policías o delincuentes, en ocasiones hacía de extra y en algún momento notaba que estaba en pantalla durante 50 segundos. Allí apareció la pregunta: “¿Estudié para lograr el pucho? Lo hice con mil amores y lo seguiría haciendo, el tema es que uno tiene más hambre. Gracias a Identidad Marrón pude darme cuenta de esas cosas. Tienes que ampliar el rol y eso es lo que estoy tratando de hacer. El david marrón“.

–La obra propone una reflexión desde el arte: se desarrolla en un museo, el interlocutor no es otro que David, se menciona El regreso del mal.

Laura Fernández: –Sí, la idea era generar ese contraste entre el blanco y el marrón. Hay una visión muy extrema en ese enfrentamiento: el icono de la belleza y la perfección es siempre blanco, por lo que había que sacar tensión de ahí. Pasan cosas raras así en Chaco hace poco hicieron un David; Es decir, se sigue insistiendo en esa idea. Teníamos que ser vulgares y obscenos, no hay mucha sutileza. En algún momento nos preguntamos si tenía que ser de mal gusto y la respuesta fue: sí. El trabajo no tenía por qué volverse conciliador pero tampoco resentido. Al mismo tiempo, es un viaje amoroso, por lo que no se trata sólo de la posición política.

Director General:El regreso del mal Fue un regalo por el 400 aniversario de la llegada de Colón. Hoy está colgado y vemos un cuadro, pero fue enviado para contar una determinada narrativa, es una foto de época. Si analizamos dónde aparece representado mi rostro en el arte argentino, pues ahí está. Esa es la primera representación. ¿Cuánto se ha ampliado el papel de los actores desde 1892? Poco. Sí, cuando entras a un museo en el norte, hay esculturas de indígenas arrodillados frente a los obispos. Me parece que los museos tienen mucho que aprender. Hay algo popular en nuestra propuesta: el protagonista agarra la cabeza de David y hace lo más vulgar que se le ocurre: es como si el museo fuera una gran cama para vulgarizarlo.

El trabajo también aborda queer y hay una especie de “manual de tetera” (baños públicos utilizados para encuentros sexuales entre miembros de la comunidad LGBTIQ+). “No sabía qué eran las teteras. Mira, llevo mucho tiempo viviendo en esta ciudad, pero nunca había oído hablar de nada. David me dio una gran explicación y le dije que tenía que estar en la obra. Fue todo un debate, yo era un fan. Lo que quedó quedó”, dice Fernández, y Gudiño agrega entre risas: “Eso es de la comunidad, tuvimos peleas para cortar ese manual”.

“A los 20 años me encontré con una modelo impresionante, una rubia muy hermosa, y salí desesperada a ver si había alguna posibilidad de ir a tomar un café, pero el chico entró a un edificio muy caro donde yo nunca estaría. poder entrar –recuerda–. En esos lugares hay un cruce entre diferentes clases sociales, pero luego no me eligieron como novio. Hablar de la tetera nos permite plantearle una pregunta a la blancura en relación al lugar que ocupamos los morenos: si llevarían a alguien así. Me fui a casa, ¿qué dirían sus madres? Viví enamorarme de una abogada rubia de Coronel Díaz y Santa Fe, eso es real. Me invitó a su apartamento y me escondió de su hermana.la obra propone una reivindicación de la posibilidad del amor y el deseo gay, homosexual, puta, sobre todo ahora, con Nicolás Márquez diciendo cosas horribles sobre los gays”. El actor recuerda que el día de la presentación del libro de Milei alguien dijo por celular que esperaba que solucionara “un país lleno de negros”. . “Nadie lo detuvo, ni el notario ni la persona que estaba en el departamento que era Eduardo Feinmann. Nadie hizo nada. El racismo en los medios no tiene coste“, asegura.

Actor y director son egresados ​​de la Universidad Nacional de las Artes. (Fernández también es profesor), y reivindican ese espacio con fervor: “La universidad pública me dio todas las herramientas para poder hacer lo que hago hoy. Escribir, pensar en teatro, producir. No podría estar aquí sin la universidad pública: para los indígenas morenos es una posibilidad de avance social”, enfatiza David. Fernández, por su parte, habla del papel de las instituciones culturales: “En un momento en el que las instituciones que apoyan la cultura son las primeras en volar o son cuestionadas, está claro que todos estamos aquí por el deseo de recuperar el teatro de una manera terrible contexto. Creo que la comunión va a ser mucho más fuerte. Ambos coinciden en pensar en esta obra como “un lugar de resistencia”.

*El david marrón Se podrá ver los viernes a las 21.30 en Dumont 4040 y las entradas se podrán adquirir a través de Alternativa Teatral.

 
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