«Antes de mi primer contrato ya repartía periódicos por Logroño» – .

Cuando a José Luis Zúñiga le preguntan qué ha significado Diario LA RIOJA en su vida, no duda en su respuesta. “El periódico lo ha sido todo para mí”, dice. Lo dice sin dudarlo y sus palabras no son exageradas. No en vano, Ha sido el lugar donde ha trabajado durante más de 45 años. “Cuarenta y seis, exactamente”, añade.

Sus inicios en el diario se remontan a 1972. “Don Miguel Martínez-Zaporta me dio mi primer contrato”, recuerda. Ese fue el punto de partida oficial, pero sus vínculos con esta redacción se remontan aún más atrás en el tiempo. “Cuando firmé ese primer contrato ya había repartido periódicos por las calles de Logroño con mi bicicleta”, explica. “Había portales en la Gran Vía donde dejabas doce ejemplares, en el de al lado otros diez…”, recuerda.

Su destino parecía marcado, no sólo por sus primeros pasos como repartidor sino porque su familia siempre ha estado muy ligada al Diario LA RIOJA. “Mi abuelo Timoteo trabajaba aquí como linotipista, al igual que mi padre, mientras que mis tíos Aníbal Zúñiga y Gregorio Ábalos eran linotipistas”, enumera Zúñiga, quien se define como linotipista aunque el departamento en el que ha desarrollado su trabajo ha tenido nombres muy diferentes. «Fotocomposición, taller, departamento técnico…», enumera. En definitiva, funciones que no tienen tanta visibilidad como las de los periodistas, pero que son tan importantes, o más, para que el periódico esté cada día en la calle.

Zúñiga recuerda perfectamente cómo fue su primer día y cómo ha vivido toda la evolución técnica que ha vivido la redacción en esas casi cinco décadas de las que ha sido testigo. Aprendió a mecanografiar, se despidió de la linotipia y de la rotativa y dio la bienvenida a los ordenadores y al color. “He vivido todo el proceso”, se felicita, pero más allá de eso, sus mejores palabras van dirigidas a las personas. No en vano, durante este viaje al pasado me vienen a la cabeza nombres como Ángel Fernández, Marcelino, Luis Miguel Negrillos, José María Lope Toledo (el primer director que conoció). José Blas o los periodistas Ignacio Esarte y Esperanza Martínez-Zaporta. “Hemos vivido muy buenos momentos”, resume. “Lo peor ha sido despedirnos de los compañeros que se han ido”, lamenta.

En su opinión, Diario LA RIOJA “ha significado mucho” para esta comunidad autónoma. “Ibas a la calle y la gente te decía algo y te decía ‘lo leí en LA RIOJA’”, certifica al tiempo que asegura que sigue fiel al periódico, incluso después de su retirada. “Veo las noticias en la aplicación del móvil y al día siguiente las vuelvo a leer en papel”, afirma, volviendo a entrar “con mucha alegría” en una redacción que forma parte de su vida y la de su familia desde hace muchas décadas. . .

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