Como cada año, la Madre Naturaleza nos regala el milagro de la primavera. Vivo en esta mi ciudad de adopción desde hace 18 años y no deja de sorprenderme cada primavera, que es especialmente bonita en Logroño y en esta bendita tierra de Rioja. Es por … Por ello, sus habitantes deben esforzarse en cuidar este tesoro que embellece nuestra ciudad y hace la vida más placentera y saludable.
León Tolstoi dijo: “No entiendo cómo alguien puede pasar junto a un árbol y no alegrarse de verlo”. Pues en Logroño hay miles de motivos para ser feliz. Y este año, las zonas verdes, los parques, las rotondas, vuelven a brillar en todo su esplendor tras unos años de inadecuado cuidado y cierto grado de abandono. Y lo digo sin acritud, la diferencia es sencillamente muy notoria. Los espacios verdes de una ciudad no son naturales, son creados por el hombre y por tanto no se pueden abandonar, requieren cuidados que un bosque que nos acompaña desde hace siglos y, por así decirlo, “sabe cuidarse a sí mismo”. no necesita. Mi deseo es que esto no sólo no cambie, sino que mejore día a día y no sólo por el esfuerzo de los trabajadores que cuidan nuestro tesoro verde sino también de todos los ciudadanos de Logroño, que debemos implicarnos en su cuidar y ser conscientes de la importancia que tiene para hacer nuestras vidas más sanas y bonitas.
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