Nueve sería la cifra de muertos en altercado juvenil en La Habana, aunque autoridades lo niegan

Nueve sería la cifra de muertos en altercado juvenil en La Habana, aunque autoridades lo niegan
Nueve sería la cifra de muertos en altercado juvenil en La Habana, aunque autoridades lo niegan

“Los chicos han sacado buenas notas en el colegio y queríamos premiarlos con una salida. Vendimos unos dólares que me envió mi hermano y pagamos cinco mil pesos por un viaje ida y vuelta a la playa, a una vecina que alquila un autobús con aire acondicionado. Suelen estar atrapados en casa viendo la televisión todo el tiempo. Intentamos aislarlos de la violencia y el consumo de drogas”, describe Nadia.

Pero debido al mal tiempo, se canceló el viaje a la playa. “Con el dinero que nos devolvieron decidimos llevar a los chicos a la Finca de los Monos, un lugar donde hay juegos electrónicos en un ambiente agradable. O al menos eso pensaba”, afirma Maikel.

¿Qué es la Finca Mono?

La Finca de los Monos es una casona considerada entre las más exóticas de La Habana, ubicada en la misma esquina donde confluye la calle Palatino con la avenida Santa Catalina, vía escoltada por flamígeros centenarios que en primavera extienden sus flores rojas y amarillas, dibujando acera telas decorativas

Aunque su nombre era La Quinta de Las Delicias, se la conoce popularmente como la Finca de los Monos, porque en los terrenos de esa propiedad vivían más de 200 primates de cuarenta especies. Los monos iban acompañados de un tigre, un elefante, varios osos pardos, pavos reales, guacamayos, canarios, gallos japoneses, cocodrilos, caballos y ciervos. Fue el primer zoológico de Cuba a cargo de la filántropa Rosalía Abreu, quien tenía predilección por los primates y estudiaba su comportamiento con fines científicos.

El hermoso edificio fue construido en 1906 y fue diseñado por el arquitecto francés Charles B. Brun, quien se inspiró en los estilos gótico, neogótico y neomorisco. La mansión habanera, que linda con el barrio del Casino Deportivo y muy cerca de la antigua planta embotelladora de refrescos Coca-Cola, tiene forma de castillo medieval y sus solares imitan de alguna manera los jardines de Versalles en París.

Debido al caótico servicio de transporte urbano, Nadia, su marido Maikel y sus dos hijos caminaron con sus hijos hasta la Finca de los Monos, a un kilómetro y medio de la casa. “Cuando aclaró llevamos una mochila con dos botellas de agua. Cuando llegamos nos enteramos que la UJC tenía programada una actividad para principios de verano.

Como una carga al machete

“El ambiente era tenso, describen. Estábamos en la cafetería cuando empezó la pelea. Esa fue una carga con el machete como en la época de los mambises. Cientos de adolescentes, la mayoría negros y mestizos, que según los empleados de la Finca provenían de Palatino, Canal del Cerro y las manzanas frente a la Coca-Cola, comenzaron a pelearse con cuchillos, mochas, cuchillos, palos. e inyectores hechos a mano que usaban como armas”, dice Maikel y añade:

“La multitud, en estampida, fue a refugiarse en un lugar seguro. A través de las ventanas se veían los puñaladas que iban y venían. Parecía una película de samuráis japonesa. La policía, como siempre, llegó cuando todo terminó. Eso fue lo más parecido a las masacres que narran los noticieros de la televisión cubana cuando ocurren revueltas violentas en las calles de Estados Unidos. No se sabe con certeza si hubo muertos ni el número de heridos. Lo cierto es que en las calles interiores de la Finca de los Monos hubo sangre. Con esa experiencia fuimos recibidos e invitados. “No se puede salir a la calle”.

Lo que dicen las autoridades, pero lo que pasó

Según una nota del Gobierno de La Habana, “el incidente provocó dos heridos, quienes recibieron atención médica inmediata sin peligro para la vida. No existen fallecido.” Pero una fuente policial dijo que “los fallecidos fueron nueve y los casos podrían aumentar porque hay varios chicos mal heridos que están en terapia y el pronóstico de su supervivencia es reservado. Los heridos graves y leves fueron más de cuarenta”.

Aunque la prensa estatal intenta ocultarlo, los asesinatos, feminicidios y robos a mano armada van en aumento, en la capital y el resto del país.

vivir encerrado

Oscar, de 81 años, y Marlene, de 79, un matrimonio de jubilados, viven en una gran casa cerrada que parece un búnker, en el barrio de La Víbora. Sus dos hijos emigraron en 2022, durante la estampida de más de 600.000 cubanos que decidieron huir del asilo ideológico, las carencias y la falta de futuro. Los mayores viven para comer. Sus miserables pensiones, que suman 4.500 pesos entre los dos, “sólo nos alcanzan para pagar luz, agua, gas y comprar lo que necesitamos. Nuestros hijos cuando pueden nos envían algo de dinero o nos compran comida en esos negocios que tiene el gobierno”, dice Oscar.

“No le abrimos la puerta a nadie. Atendemos a personas detrás de las rejas de la valla. Como no tenemos suficiente dinero, vendemos guanábanas, mangos y naranjas agrias de los arbustos que tenemos en el jardín. Sólo salimos cuando vamos al supermercado o al médico. Ya robaron a varios ancianos de la cuadra, incluso mataron a una mujer pensando que tenía dinero. Tenemos mucho miedo”, confiesa Marlén.

¿Por qué tanta violencia?

Una de las razones del aumento de la violencia en Cuba, afirma Carlos, sociólogo, ha sido “el notable aumento de la pobreza. Si tomamos como válidos los datos de las instituciones internacionales que definen la pobreza como aquellas personas que ganan menos de un dólar y medio al día, entonces la pobreza en el país cubre al 90 por ciento de la población. Y en ese 90 por ciento hay profesionales y propietarios de casas y departamentos. Dado que sus salarios o pensiones no les permiten reparar sus viviendas ni comprar muebles o electrodomésticos, su calidad de vida ha disminuido en los últimos cinco años. Han pasado de desayunar, almorzar y cenar, a hacer sólo una comida al día y vender los objetos de valor que les quedaban.

“Esta pobreza estructural, que afecta a casi toda la sociedad, golpea incluso a quienes reciben dólares, que no utilizan ese dinero para invertir o para abrir un negocio que les permita obtener ganancias. Usan esos dólares para sobrevivir comprando alimentos, medicinas y pagando electricidad y otros gastos. En el último círculo del infierno están los que no reciben dólares y en promedio sus salarios fluctúan entre 2.100 pesos, el salario mínimo, y 4.000 pesos (mensuales), el salario promedio, equivalente a cinco o diez dólares, dependiendo del cambio de El mercado. informal. La asistencia social del gobierno proporciona subsidios, que son insuficientes, a poco más de 600.000 personas. Pero quienes necesitan asistencia financiera en Cuba pueden llegar a dos millones de personas. El país está atrapado en un laberinto del que no hay salida. Los fracasos estructurales y multisistémicos son causados ​​por el modelo económico, social y político. Es una crisis terminal. No hay reparación posible para el desastre. Es urgente construir un nuevo modelo y un pacto social”, concluye el sociólogo habanero.

Por qué fluctúa el precio del dólar

Igor, que se dedica a la compra y venta de divisas desde hace diez años, afirma que “el alto valor que ha alcanzado el dólar se explica. No hay ofertas de bienes y servicios y los mercados están vacíos. No puedo certificar que un dólar cueste 400 pesos. El precio lo dictan la oferta, que es baja, y la demanda, que es alta, de las personas que quieren emigrar y de los empresarios que necesitan divisas para reponer los suministros. Cuando hay déficit siempre habrá especulación. Se puede regatear e intentar vender un dólar diez o quince pesos más caro de lo que indicaba El Toque (medio independiente que sirve de barómetro de las divisas en el mercado informal), pero un dólar nunca puede costar 280 pesos o menos como fue citado hace una semana”.

A su juicio, esta caída se debió a un marcado interés del gobierno y de las MiPymes, aliadas o no al régimen, quienes “al ver cómo bajaban sus ventas, muchas incluso empezaron a tener pérdidas, achacaron esta caída al alto valor de las dólar. No es un cálculo completamente erróneo. Pero no quieres ver la imagen completa. Si los bancos gubernamentales vendieran divisas, si las tiendas en pesos y divisas estuvieran bien abastecidas y si los cuatro millones de cubanos, entre trabajadores estatales y pensionados, recibieran un pago justo, el dólar se cotizaría a 20 o 30 pesos como seis o siete hace años”, explica Igor.

El Toque no tiene la culpa de la devaluación del peso ni hay una campaña del ‘imperio’ para empobrecer a los cubanos y menos para que prevalezca la delincuencia en la sociedad cubana. El único enemigo es el gobierno, incapaz de producir alimentos, reconocer y respetar las libertades individuales y neutralizar la violencia.

@DesdeLaHabana

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