¿Nuevo amuleto de la Selección? – .

¿Nuevo amuleto de la Selección? – .
¿Nuevo amuleto de la Selección? – .

El enfrentamiento entre Colombia y EE.UU Se jugó en el imponente estadio Campo de FedEx en Maryland, tierra que lleva el nombre de María en honor a la reina Enriqueta de Francia. En esta cuna de campeones nació el ágil y legendario Michael Phelps, quien ganó 28 medallas olímpicas; Lugar donde la selección colombiana se plantó con determinación buscando escribir un nuevo capítulo de la gloriosa victoria.

Minutos antes del pitido inicial, la selección colombiana ya daba muestras de su compromiso y concentración total. Durante el calentamiento precompetitivo, los jugadores se movieron con una mezcla de precisión y energía, cada uno atento a su rol y a las indicaciones del cuerpo técnico.

Los aficionados se fueron instalando en las gradas, pudieron ver a sus ídolos realizando ejercicios de estiramiento, sprints cortos y movimientos tácticos. Cada uno de ellos exhibiendo su habilidad con el balón y perfeccionando sus tiros a portería. El ambiente se llenó de anticipación y apoyo, mientras los jugadores ajustaban los últimos detalles antes de enfrentar a Estados Unidos.

Aunque muchos afirman que es la primera vez que Colombia juega con el uniforme negro y naranja, esto no es cierto. La camiseta negra ya había debutado el 22 de marzo, durante un partido amistoso contra España donde Colombia se impuso con una destacada victoria.

Este hecho sorprendió a muchos, ya que el equipo dejó por un momento su tradicional camiseta amarilla para vestir una camiseta oscura, pero igualmente elegante. Este uniforme no sólo simboliza una renovación, es una declaración de estilo y determinación en el campo de juego.

Mientras tanto, en el campo de juego, once jugadores con camiseta negra impusieron su ritmo desde el inicio, disparando con precisión. Desde los primeros momentos tomaron el control del partido, dejando claro que estaban dispuestos a luchar hasta el final. Las gradas estallaron en oleadas de camisetas amarillas que rugieron de euforia desde el minuto 5, 38 segundos, cuando un gol inesperado silenció al equipo estadounidense y encendió la pasión de los colombianos.

La Selección Colombia vivió un gran triunfo

Foto:AFP

Un pase de James Rodríguez, preciso y contundente, al número 11, al glorioso Jhon Arias, quien con maestría y valentía logró la hazaña que nadie anticipó. Arias tuvo la oportunidad de disparar con precisión, inmortalizando ese momento en el corazón de todos los presentes.

​Independientemente de que fuera un partido amistoso, se observó que un equipo era consciente de su poder. La nueva alineación promete mucho y es uno de los equipos favoritos para ganar la Copa América. Esto quedó claro en el minuto 9, cuando Folarin Balogun, el número 20 de la selección estadounidense, estuvo a punto de marcar el gol con una carrera vertiginosa.

Sin embargo, ahí estaba Jhon Lucumí, atento y decidido, cruzando la línea de gol con una defensa magistral que evitó el gol. Esta jugada demostró la capacidad defensiva de Lucumí y la seguridad de toda la selección colombiana. Borré, demostrando su natural instinto goleador, se elevó majestuoso entre los defensores americanos y conectó con una potente chilena.

El balón entró en la portería con una fuerza imparable, dejando sin reacción al portero Matt Turner. El estadio estalló de alegría y la afición colombiana se abrazó celebrando ese gol que no sólo aumentó la ventaja en el marcador, sino que demostró la calidad y determinación del equipo. Fue una jugada perfecta, ejecutada con precisión, que reflejó la preparación y el entendimiento entre los jugadores.

El poder de la camiseta negra no residía en la perfección, sino en una defensa feroz, una atención constante y, esta vez, en una rara muestra de unidad. Jugaron en bloque compacto, creyendo en su juego y, sobre todo, en la fuerza y ​​dominio de sus pies. Once jugadores vistiendo una camiseta negra que, aunque suene irónico, iluminó y dio sentido al juego, al ritmo, a los pases, a los regates, para resistir imponente durante noventa minutos de juego.

​Una cábala negra los llevó a estar atentos a los errores, a resistir los golpes, a levantarse más rápido respecto a otras ocasiones, a disparar cinco veces que llevaron a la grada a gritar gol, a mantener viva la esperanza y el entusiasmo. latente de una Colombia que muestra un color oscuro pero que sorprende con sus certezas. Ese color podría haber propiciado un juego estratégico e intuitivo, desprovisto de dudas, lleno de afirmaciones que llevaran a la acción de aprender de los errores del pasado. Un pasado remoto que ahora parece muy lejano.

 
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