En el marco de la segunda Feria del Libro de Valledupar, Felva 2024dos investigadores contaron cómo trabajaron durante tres años en el análisis y estudio de Vicha Icha, hallazgo arqueológico ubicado en el corregimiento Valencia de Jesús, de Valledupar.
En esta investigación trabajaron más de 210 asistentes. Aguas Blancas y Valencia de Jesúsy 80 arqueólogos de diferentes especialidades, y permitió la recuperación de más de 6,1 millones de fragmentos cerámicos; grandes concentraciones de material cultural; restos óseos humanos y de fauna, carbón vegetal, artefactos líticos y vasijas completas o fragmentadas.
Los trabajadores estuvieron en la zona desde enero de 2021 hasta abril de 2022, cuando los hallazgos fueron trasladados a los laboratorios: en aguas blancas se realizó microexcavación de vasijas y lavado de material arqueológico; En Santa Marta se realizó la clasificación cerámica, y en Bogotá se realizó la clasificación de cerámica, análisis de lítica y objetos diversos.
Al parecer vivieron en ese territorio al menos 2.000 años, entre el siglo V a.C. y el siglo XIV d.C., la población chimila, que sufrió el exterminio por parte de los españoles. Según los investigadores, los resultados encontrados permiten concluir que las personas que habitaron esa época Gozaba de una salud aceptable porque el promedio de vida superaba los 40 años..
“Esa edad en la época prehispánica era de alta esperanza de vida. La tasa de mortalidad infantil era baja. Además, encontramos una alta recuperación de las lesiones. Es evidente que se curaron bien y la gente vivió muchos años más.. Se nota que hubo una gran cohesión social”, afirmó Gabriel Calderón, coordinador del proyecto de investigación de Ingetec.
MUERTE
Durante la investigación Microexcavaron 352 vasos, de los cuales 81 contenían restos óseos humanos. Al parecer, la muerte era un acto sagrado y se dividía en tres fases. Lo primero era la preparación del individuo, que incluía la cremación y la preparación de la tumba. En segundo lugar, el entierro, que consistía en enterrar a la persona. Y la tercera fase del ritual consistía en obtener estructuras óseas y utilizarlas sobre el cadáver del recién fallecido.
