Madrid/Decenas de presos comunes del penal para extranjeros La Condesa, en Mayabeque, se encuentran en huelga de hambre desde el pasado 4 de junio. Así se informa en una carta hecha pública este viernes en la que denuncian los malos tratos recibidos en prisión y reclaman beneficios criminales que les son negados. aunque cumplan con los requisitos.
Uno de ellos es Fabio, un venezolano de casi 35 años, que “cayó preso por drogas” y fue condenado a 15 años. Su madre, María, cuenta 14ymedio vía telefónica que lleva siete años preso, y la razón por la que le niegan la libertad condicional, a la que podrá aspirar en cuanto cumpla la mitad de su condena, es porque “se puso de pie”.
El padre del joven, encarcelado con él por el mismo delito y con la misma pena, falleció en prisión “por falta de atención médica”, afirma María. La última vez que pudo visitar la prisión en Cuba fue hace dos años.
En total, dice esta madre, hay 74 venezolanos, sentenciados por diversos delitos, en el grupo de plantado. Éstos, en la carta que dirigen a activistas, organizaciones y periodistas independientes, exponen el rosario de agravios a los que están sometidos y solicitan “con toda urgencia apoyo internacional”.
“Un número considerable de nosotros, presos extranjeros, fuimos desaparecidos en las primeras horas de la mañana y cada día que pasa seguimos desapareciendo sin dejar rastro”
“¿Por qué día tras día nos resulta difícil tener acceso a agua, electricidad, atención médica adecuada; “¿Nos dan una alimentación deficiente, sin ningún valor nutricional, reducida en su totalidad?”, se preguntan. “¿Por qué, dadas todas las dificultades alimentarias y de confinamiento que enfrentamos, no se nos permite trasladarnos a nuestros países, donde podemos seguir cumpliendo nuestras sentencias exageradas (ilegales) con dignidad?”
Los firmantes afirman que se les niega “todo tipo de derechos y beneficios”, conforme a la legislación vigente, “por el simple hecho de ser presos extranjeros”.
Y lo que es más grave: “Seguimos siendo reprimidos y amenazados, y un número considerable de nosotros, presos extranjeros, fuimos desaparecidos en las primeras horas de la mañana y cada día que pasa seguimos desapareciendo sin dejar rastro, y otros en celdas de castigo”. pidió su crueldad. ’47’”. Hasta ahora, escriben, “nadie sabe el paradero de los compañeros desaparecidos de aquí”.
No es la primera vez que los internos de La Condesa se rebelan de manera similar para exigir sus derechos. Hace tres años, dos de ellos, el colombiano Wilson Marín Castellanos y otro llamado Arturo Sánchez, también iniciaron una huelga de hambre y sed exigiendo la extradición a su país de origen que les fue negada y una mejora de las pésimas condiciones carcelarias.
Como recogido CiberCuba luego de un interno, “el desayuno es un pan y una cucharada de huevos batidos en un vaso de agua azucarada de 200 mililitros”, y el almuerzo, 30 gramos de pollo, “6 centímetros de plátano hill”, unos 60 gramos de arroz, 200 mililitros “de una sopa que tiene más agua que ingredientes”, dos cucharadas de mermelada “de textura líquida” y un pan “del tamaño del puño de un niño de 12 años”.
