El régimen presentó oficialmente el Ley de Comunicación Social en Cubaluego de más de un año de haber sido aprobado en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
La nueva norma fue publicada este miércoles, en la edición ordinaria de la Gaceta Oficial de la República de Cuba, número 48. El documento ha generado una ola de críticas por parte de la comunidad internacional y medios independientes.
Este reglamento permite por primera vez el uso de publicidad comercial en radio y televisión nacionalalgo prohibido desde 1959.
La Ley de Comunicación Social vuelve a ignorar y censurar a la prensa independiente. Con este instrumento legal se refuerza el control del régimen sobre la información y los medios de comunicación en el país y para lograrlo irá acompañado de dos decretos reglamentarios.
Pese a su supuesta intención de modernizar el entramado comunicacional en la isla, esta ley es percibida como un intento del gobierno de mantener su monopolio sobre los medios, reforzando su control desde el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Además, introduce regulaciones sobre los fenómenos digitales, identifica personas con influencia comunicativa e impone responsabilidades a los ciudadanos por los contenidos que generan, seleccionan, modifican, interactúan y publican en el ciberespacio.
La presentación de la Ley fue ante la prensa oficial
Onelio Castillovicepresidente del Instituto de Información y Comunicación Social (IICS), celebró la publicación de la ley, en lo que consideró una jornada trascendental que culmina 40 años de debate.
“No es una ley sindical, no es una ley que se construye para los órganos y entidades del Estado. Es una ley que se va a implementar para toda la sociedad, para que el pueblo se comunique mejor, para que la administración pública se comunique mejor con el pueblo, para más diálogo y más participación popular”, dijo el funcionario.
La Ley de la Comunicación Social Fue aprobado en mayo de 2023. tras numerosos borradores y un retraso de seis meses por falta de consenso interno. Entrará en vigor en un plazo de 120 días. Castillo señaló que en el último año no se han hecho cambios sustanciales, solo se hicieron correcciones de estilo y redacción.
La Ley de Comunicación Social es un instrumento de censura
Esta norma legal ha sido diseñada para silenciar las voces disidentes y controlar la narrativa pública en Cuba.
Uno de sus principios o ejes fundamentales está dirigido a prohibir la difusión en los medios tradicionales y en el ciberespacio de información que pueda desestabilizar al “Estado socialista”.
Sólo los medios vinculados al gobierno, el Partido Comunista de Cuba y organizaciones de masas, tienen legalidad en el país. Este estricto control de la información contraviene los principios de libertad de prensa y expresión, esenciales en una sociedad democrática.
La Constitución en Cuba declara que los medios de comunicación son propiedad socialista y no pueden ser de ningún otro tipo. Esta disposición, junto con la nueva ley, garantiza que cualquier medio independiente que intente operar en el país será automáticamente ilegal.
Activistas y periodistas independientes, que han sido blanco de programas como “Hacemos Cuba” y “Con Filo”, ven en esta ley una herramienta más del gobierno para silenciar cualquier forma de crítica al Estado.
La ley también especifica que el contenido no puede utilizarse para subvertir el orden constitucional o para apoyar ataques comunicacionales contra el gobierno. Las disposiciones son lo suficientemente vagas como para justificar la censura de cualquier contenido que el régimen considere inapropiado.
Permitir la publicidad comercial y el patrocinio en los medios parece ser una oportunidad, pero está condicionada a la aprobación estatal, asegurando que los ingresos no provengan de fuentes que el gobierno considera subversivas.
La Ley de Comunicación Social cubana, aunque presentada como una modernización del marco regulatorio, es en realidad una herramienta más del régimen para mantener su control absoluto sobre la información y reprimir con mayor fuerza y rapidez cualquier voz disidente.
