Otro caso en el que la sociedad le falló a un niño menor de tres años

Otro caso en el que la sociedad le falló a un niño menor de tres años
Otro caso en el que la sociedad le falló a un niño menor de tres años

Un Fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales de la Seccional Bogotá presentó al padrastro de Celeste ante un juez de control y lo imputó por los delitos de pornografía y actos sexuales con menor de 14 años, ambas conductas agravadas.

Foto: EFE – Nina Osorio

“Cada caso es una derrota”, es el discurso con el que la Alcaldía analiza los recientes feminicidios en la capital. El caso de la pequeña Celeste, de tres años, si bien no está catalogado como feminicidio, detrás de lo sucedido resaltan los mismos patrones de violencia de género que no pudieron ser respondidos a tiempo. Las víctimas buscan ahora que la Fiscalía impute al presunto autor, el padrastro de la menor, el delito de tentativa de feminicidio, además de los delitos de pornografía infantil por los que ya fue enviado a prisión preventiva.

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La ansiedad por la muerte de esta niña no es menor. La indignación no sólo se manifiesta por el estado en el que la niña llegó al hospital, casi sin vida, ni por lo ocurrido en los últimos días dentro de su casa, y las declaraciones de la madre que sumó a la denuncia que era víctima. de un intento de feminicidio por parte del hombre que será acusado de la muerte de Celeste. Por todo eso y lo que rodea a la captura de su padrastro, el caso sigue siendo otra viva muestra de esa “derrota” que percibe la sociedad bogotana. Todas las preguntas surgen: ¿se podría prevenir el caso? ¿En qué momento fracasó la ruta asistencial? ¿Qué se puede hacer ahora?

La mañana en que se confirmó la muerte de la menor, las autoridades emitieron un informe preliminar sobre el ingreso de la niña al Hospital Kennedy: “Celeste Morales presenta signos de traumatismo, ingresa sin signos vitales, presenta hematomas en rostro, tórax, abdomen y extremidades. , murió en el Hospital Kennedy”. Posteriormente, el documento informó que durante las investigaciones realizadas al cuerpo de la niña se confirmó que “sufría desnutrición, y según lo manifestado por la abuela, la niña había sufrido un accidente días antes de caer de las escaleras del la casa.” El informe preliminar cierra con un frío, “no más datos”.

Para la actual administración, lo que hubo detrás del caso y que condujo a lo que era evitable, muestra que, como sociedad, “seguimos fallándoles a los niños y a las mujeres”. Según Roberto Angulo, secretario de Integración Social, “ella (Celeste) estuvo en nuestros jardines de integración social en Bosa entre 2022 y 2023. En 2024 no llegó”.

El funcionario explicó que para estos casos existe un protocolo en Colombia y en la capital, por el cual se abre un proceso de “búsqueda activa”, específicamente, para menores de entre 0 y 3 años. “Se activó el protocolo que duró hasta mayo, mes en el que fue declarado ausente”, dijo el funcionario.

La cartera, sin embargo, afirma que no había mostrado ningún indicio de que fuera víctima de algún tipo de abuso. “Hasta ese momento no se observaron signos de violencia”, y agregó que el protocolo de búsqueda se activó únicamente para garantizar la asistencia de la niña al jardín, “no por una situación de violencia”.

Más allá de no poder lograr que el menor regresara a la institución, existió un vacío de por qué la Secretaría no logró identificar que el menor vivía en un contexto con algún patrón de violencia presente, ya que, como dijo el mismo secretario, “El cuidado de menores entre 0 y 5 años oscila entre el cuidado institucional y el cuidado parental. “Hacemos un trabajo pedagógico en el que llevamos a los niños. No basta con decir que los niños no se atacan entre sí dentro de los servicios del Distrito, sino asegurar que esto tampoco suceda fuera de ellos. Es un punto muy importante que debemos reforzar”, añadió Angulo.

Este lunes, Saúl León asumió la representación de las víctimas en el caso abierto por la Fiscalía. Retomando el relato de la madre de la niña, indicó que solicitará al ente investigador imputar a Bryan David Ramírez, padrastro de la niña, por intento de feminicidio por otro acto de agresión en el que, asegura, casi fue víctima de feminicidio.

Por su parte, la Fiscalía General de la Nación encontró que el padrastro de la niña está involucrado en delitos por almacenar contenido pornográfico de otra menor. “Se constató que el padrastro estaba recibiendo videos con contenido explícito de otro menor de edad. Al verificar el material audiovisual se estableció que se trataba de otra niña, de entre 3 y 4 años, quien acusó al hombre de actos sexuales y otras conductas contra su integridad física y emocional”.

Tras la captura, un Fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales de la Seccional Bogotá lo presentó ante un juez de control y lo imputó por los delitos de pornografía y actos sexuales con menor de 14 años, ambas conductas agravadas. Ramírez no aceptó los cargos, sin embargo, eso no impidió que el juez le otorgara medidas de seguridad en un penal. “Por otro lado, en los próximos días el imputado será imputado como presunto responsable del asesinato de su hijastra de 3 años. Los hechos investigados ocurrieron en el barrio Brasil, de la localidad de Bosa, en Bogotá; y se conoció luego de que la madre, la tía y el padrastro de la niña la llevaron sin vida al hospital Kennedy”, agregó el ente investigador.

Si bien a primera vista todos los indicios eran claros de que la niña corría riesgo al convivir con hombres así, el estado en el que se encontraba su madre y la falta de respuesta rápida de todos los actores que rodearon este caso no fueron suficientes.

Gerson Bermont, secretario de Salud, reconoció a El Espectador que las estrategias de salud mental para atender a la población, con foco en prevenir casos de violencia de género, han sido insuficientes, “no podemos decir que funcionen cuando siguen ocurriendo feminicidios”. .

“Las rutas hay que analizarlas diariamente, no están grabadas en piedra, no son elementos que se cumplan a cabalidad. En las rutas hay muchos actores y cualquiera que falle en esa ruta hace que la posibilidad de fracasar sea inmensa. La ruta comienza de forma preventiva. Cuando suceden los acontecimientos normalmente nos centramos en lo último que pasó, pero debemos ir más lejos, más atrás”.

Frente a la estructura

Entre enero y marzo se reportaron 256 homicidios de menores en el país. El primer mes del año Medicina Legal registró 44 de estos casos, 3 en Bogotá. En febrero el comportamiento fue más desconcertante: 81 fueron denunciados, 7 de ellos en la capital. Marzo presentó otra escalada preocupante con el récord de 131 homicidios de menores, 10 en la ciudad. Del total, en los primeros tres meses del año, la entidad documentó 15 homicidios de menores de entre 0 y 4 años.

La violencia sexual “no mortal” contra menores también representa un desafío. Entre enero y marzo de este año en Bogotá se documentaron 743 casos en los que Medicina Legal realizó exámenes médicos por presuntos casos de violencia sexual; Además, reportaron 390 casos correspondientes a violencia interpersonal contra niños y niñas, y 601 de violencia doméstica.

Gerson Bermont señaló que atacar este panorama pasa por revisarlo más allá de las cifras fatales. “No podemos quedarnos en que hay 655 mujeres en riesgo de feminicidio en Bogotá, cuando desde el Ministerio de Salud tenemos constancia de 4.922 casos de maltrato a mujeres. “Los casos extremos pueden ser más comunes, pero detrás de ellos hay todo un mundo de mujeres que sufren violencia cotidiana”, dijo la funcionaria durante la presentación de las nuevas medidas que tomará el Distrito para enfrentar la violencia de género.

La corrección del rumbo puede llevar años. Las apuestas entonces deben ser inmediatas, pero también a largo plazo. Dos acciones que buscan llenar los vacíos de las rutas, “las rutas de atención no sólo tienen que estar bien escritas, también deben seguirse. Estas rutas están cerradas. Tendremos un sistema de protección bien hecho si se integran con las demás entidades. En el caso de niños y niñas implementaremos el Plan de Acción Distrital para la Prevención del Maltrato a Niñas, Niños y Adolescentes que quedó reflejado en el Plan de Desarrollo.

Contener la violencia contra menores pasa por vincular a la Policía Metropolitana a la estrategia para que, a través de los polígonos y cuadrantes, las autoridades puedan brindar vigilancia en ambientes escolares como jardines. Por otro lado, busca mejorar el mapeo y la focalización de estos delitos. “No hay un solo informe sobre la violencia contra niños y niñas, hay muchas cifras de lo que pasa con este duelo. Este informe no es sólo para informar, sino para anticipar acciones, nuestro deber no es restituir derechos, es evitar que sean vulnerados”.

Finalmente, el desafío de la Alcaldía es mejorar incansablemente los mecanismos de protección y prevención de la violencia contra mujeres y niñas. El trabajo tiene que ser bidireccional, con las víctimas y los victimarios, o posibles feminicidios, y sostenible en el tiempo. Como sociedad, los desafíos son igual de grandes y profundos, como lo son las heridas que quedan en la capital colombiana con cada uno de estos casos.

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