“Salió de mí”, dice. Pato Muzzio en dialogo con Infobae. Soñaba con ser periodista deportivo. Y trabajó duro para lograrlo. Nacido en Capital Federal, se graduó en DeporTEA, su carrera comenzó en la ciudad de Rosario y, con el tiempo, logró hacerse un espacio en las radios más importantes de Buenos Aires. Allí conoció Marina Rosetisu pareja desde hace una década y madre de sus dos hijos: Agustín (5) y Zoé (9 meses). Y, con su apoyo incondicional, se propuso crecer en su profesión. Sin embargo, su talento innato para las imitaciones no pasó desapercibido. Y, en cierto momento, comprendió que su futuro estaba ligado al humor. Ella no estaba equivocada. Hoy, a sus 40 años y con una estatuilla en su haber, está nominado por quinta vez a los Premios Martín Fierro por su trabajo en López 910 y un buen momentoen Radio La Red.
—¿Cómo recibió esta nominación?
—La verdad es que para mí ya es mucho que me tomen en cuenta. Con esto de dos años juntos siendo recompensados, estoy medio perdido. Gané en 2017, que fue mi primera nominación de radio en una terna similar, en la que estaban Rolo Villar y Ariel Taricosolo ahora en lugar de ser claudio rico este Homero Pettinato. Imagínense que con esos nombres fue un placer para mí ganar el premio en esa ocasión. Y esa entrega también se hizo en La Rural con transmisión desde América, como la del 16 de junio. Así que tengo esperanza. Pero ahora que estoy en la fiesta estoy satisfecho: es dos veces por radio, dos veces por cable y una vez al aire con La Peña de Morfi. ¿Qué más puedo pedir?
—Siempre estuvo nominado a Mejor Obra de Comedia…
—Exacto: hago humor a partir de imitaciones.
—Pero usted empezó su carrera como periodista, ¿no?
—Sí, lo del humor pasó casi sin querer. En el año 2000 me fui a vivir a Rosario por trabajo de mi padre. Allí terminé el secundario y comencé a estudiar periodismo deportivo. Y, en 2004 o 2005, comencé a trabajar en los medios allí. Los de imitación eran algo innato que solía joder con mis amigos en el colegio. Siempre copiaba a todos en clase. Y, cuando comencé en la radio, lo hacía en los cortes por diversión. Por ahí estábamos hablando de algo de un futbolista y empecé a hablar como si yo fuera ese personaje.
-¿Entonces?
-Un día julian bricco, que es presentador de Torneos y Competencias de Rosario, me dijo que empezara a hacer esas imitaciones al aire. Y me animé. Cuando llegué a Capital Federal en 2012, comencé a trabajar en Radio 9, que luego fue AM 950 y ahora es CNN Radio, haciendo la columna de deportes y humor con Óscar Gómez Castañón. Así empezó todo. Porque, obviamente, los medios de comunicación en Buenos Aires tienen mucha más importancia. Y me gustaron mucho los personajes que interpreté.
—¿Qué pasó con el periodismo?
—Un día me dijeron: “Periodistas deportivos, tenéis un millón. Lo que se hace con las imitaciones es muy bueno y no hay muchos que puedan hacerlo”. Fue así como, poco a poco, fui sumando a los personajes del fútbol políticos y gente del espectáculo. Y, antes de darme cuenta, ya estaba trabajando en esto. Luego me empezaron a llamar para actuar en eventos y hasta tuve la oportunidad de hacer teatro con una producción de Daniel Datola. Fueron oportunidades que sentí que me caían desde arriba y que, con mi título en DeporTEA, nunca hubiera podido aprovechar.
—Pero te habías fijado otro objetivo, ¿te costó cambiar de rumbo?
—Desde muy joven quise ser periodista deportivo porque soy aficionado al fútbol. Y, de repente, la vida me llevó por otro lado. Pero me adapté porque me di cuenta de que era el lugar para mí.
—¿Tenías miedo de que el periodismo te dejara fuera del circuito?
—Hace diez o quince años no era como ahora, que los chavales con teléfono prácticamente tienen acceso a sus propios medios. En ese momento, era difícil insertarse cuando había tipos como Fernando Niembro y fueron creciendo muchos profesionales que hoy son el número uno como Martín Liberman cualquiera Gustavo López. No había lugar para los que estábamos empezando.
-Entiendo.
—Y a mí, con el tema de las imitaciones, se me abrió una puerta muy grande. Y entré, directamente, a un estudio donde formé parte de la mesa e hice reír a todos. Entonces, enseguida me di cuenta de que éste era mi lugar. Y dije: “Si no puedo hacer periodismo, me voy acá”. Porque, en definitiva, siempre quise trabajar en los medios. Además, toda mi vida me gustó interpretar personajes.
—La peculiaridad es que no sólo captas las voces y los eslóganes, sino que también pareces pensar como cada personaje que imitas. ¿Cómo lo logras?
—Bueno, ahí entra el periodismo. Porque al estar acostumbrado a estar atento a las noticias, leer los portales y escuchar entrevistas, siempre estoy al día. Entonces si tengo que hablar como Mauricio Macri, Alberto Fernández cualquiera Sergio Massa, Sé lo que todos dijeron o lo que van a hacer esa semana. Y eso significa que puedo responder como si fuera ese personaje. Lo mismo si tengo que hacer Román Riquelme oa Santiago del Moro. En ese sentido, ser periodista es una ventaja.
—¿Alguno de tus imitadores se enojó contigo o te marcó algo?
—Hasta ahora no me ha pasado. Cuando imité a los políticos frente a ellos, no tuvieron más remedio que poner cara de feliz cumpleaños, reír y seguir el juego. Porque saben que si se enojan, pierden. Y a algunos les gusta Hugo MoyanoPor ejemplo, incluso preguntaron por mí cuando salieron al aire. Solo Mostaza Merlo Me llamó una vez, porque yo había dicho que quería dirigir y él dijo que iban a pensar que era él. En cualquier caso, siempre hago mi trabajo con mucho respeto.
—Imagino que tus amigos deben pedirte imitaciones…
—Todo el tiempo: “Grábame un audio como Lionel Messi“, “Hazme Diego Maradona“…
—¿Qué está pasando en tu casa?
—Mi hijo tiene tanta facilidad para imitar que constantemente me pide que le interprete personajes. Lo llevo al jardín y me pide que Edinson Cavania Peppa Pig oa Javier Milei. ¿O estamos viendo Guerra de las Galaxias y me pregunta como habla Chewbacca. También comienza: “Papá, ¿cómo hablas?” Mickey Mouse?” Y ni hablar cuando están presentes sus compañeros: les dice que sé hacer voces y termino haciendo un espectáculo para los niños.
—Qué suerte que la niña es un bebé…
—Igualmente, cuando empieza a llorar le hago diferentes voces para que se calme. ¡Y funciona!
—¿Qué opina tu pareja al respecto?
—Ella sabe que vivimos en gran parte gracias a esto, así que lo toma. Además la conocí trabajando en los medios y como ella también es periodista y productora, me entiende. Porque aquí hay que aguantar los horarios de trabajo extraños, además de que a veces se me confunden las voces y puedo terminar hablando como Carlos Bilardo.
—¿Te pide algún carácter especial en privado?
—No, pero hay algo que hay que tratar en terapia. Porque me dijo que empezó a fijarse en mí un día que me vio imitando Nadia Zyncenko, el meteorólogo. No lo sé, ella dice que la hice reír y que a partir de ese momento comencé a gustarle.
—Cada uno con su fantasía…
-Sí, es raro. Quizás algún otro personaje te haya llamado la atención, pero no. De todos modos, ella sabe que cuando llego a casa estoy agotado, así que me cuida. Y ella no me pide nada porque sabe que, por un ratito, quiero ser yo. Aunque a veces hasta a mí me olvido de cómo hablo realmente.
