205 años de encanto – .

205 años de encanto – .
205 años de encanto – .

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La bella ciudad del mar, la que encanta, la que más me gusta, cumplió recientemente su 205 aniversario. Cuánta historia, cuánta cultura y música ha sonado por cada una de sus calles, avenidas, paseos, parques.

Distraer la memoria y revisitar lugares emblemáticos como el parque José Martí, con su arco triunfal -única réplica en Cuba del de París- con esa majestuosa glorieta, es volver a sentir que el siglo XIX se apodera de la imaginación de cada uno de aquellos. quienes lo visitan. Lo habitamos y lo disfrutamos a diario. Allí, en ese parque todos los domingos por la mañana se podía disfrutar de algunas de las bandas que convivían en la ciudad. Sinfonías, valses, fantasías, mazurcas, marchas, fueron las formas musicales que, alternadas con piezas internacionales y cubanas, integraron su repertorio. Esta tradición llegó también a municipios como Palmira, Cumanayagua, Cruces, Rodas y Santa Isabel de Las Lajas.

Aún resuenan en el escenario del teatro Tomás Terry las canciones del coro de niños de Viena, o aquel memorable Festival de la Canción Cubana organizado por primera vez por Eusebio Delfín junto a Eduardo Sánchez de Fuentes.

En la década de 1930 se apreciaba el esplendor de la música cienfueguera. En lugares como el Casino Español, el Club Náutico, el Club de Cazadores, el Teatro Ateneo Tomás Terry y el Club Minerva se realizaron diversas actividades como banquetes, celebraciones de bodas, juegos deportivos, regatas, meriendas bailables. En cada festival siempre tocaba un grupo musical.

Caminar por las calles del sur significaba escuchar diferentes notas musicales que provenían de las casas de los profesores de música, muchos de ellos integrados en academias, que en ese momento sumaban más de una decena.

El Prado mostró su encanto; volver sobre él, era provocar a los amantes a asistir al ansiado encuentro. Los cines Prado y Luisa proyectaron las mejores películas de la época. El acompañamiento musical de la película. canción de amor Se afianzó en el gusto de los cienfuegueros. Se escucharon excelentes óperas en la interpretación de tres grandes cantantes de magníficas habilidades: Grace Moore, de Columbia; Gladys Swarthint, de Paramount y Lily Pons, de RKO Radio.

Por su parte, los aficionados al sonero disfrutaron del emblemático Septeto Los Naranjos y otros que, aunque cortos en su trayectoria artística, amenizaron el ambiente musical de la sureña Fernandina de Jagua. Otros hombres y mujeres de cultura honraron la ciudad con su presencia. Tal es el caso de los actores Luisa Martínez Casado y Arquímedes Pous, así como de los artistas plásticos Mateo Torriente y Benjamín Duarte.

La prensa cienfueguera llevó la firma de numerosos escritores y periodistas locales de importante reputación, tales como: Eduardo Torres Morales, Miguel Ángel de la Torre, Francisco Cañellas Martí, Pedro López Dorticós, Salvador Bienvenido Rumbaut Yánez, Saturnino Tejera, Eduardo Benet Castellón, entre otros. . Formaron el gran núcleo de la filial de la Asociación de la Prensa Cubana, surgida en Cienfuegos desde 1904.

La fidelidad del pueblo cienfueguero a su historia ha quedado destacada desde 1861, cuando Enrique Edo Llops escribió la primera historia de Cienfuegos con el título Memoria histórica de la villa de Cienfuegos y su jurisdicción. En 1920, Pablo Rousseau y Pablo Díaz de Villegas escribieron la segunda historia de Cienfuegos con motivo del primer centenario de la ciudad (1919), Memoria descriptiva, histórica y biográfica de Cienfuegos y las fiestas del primer centenario de la fundación de esta ciudad (1819-1919). Una obra de especial importancia es la Diccionario biográfico cienfueguero de Luis J. Bustamante.

En cuanto a la música popular, las cienfuegueras lograron obtener un lugar importante a nivel nacional en la persona de Paulina Álvarez, reconocida como la Emperatriz del Danzonete. Un nombre poco recordado en la música campesina por haber creado la Guajira de Salón fue el de Guillermo Portabales. En otra dirección encontramos a Roberto Espí, cantante y director de orquesta que crea y dirige el famoso Conjunto Casino, Los campeones del ritmo.

Conocido por su relación con Benny Moré, Generoso Jiménez es un extraordinario músico que actuó con las principales orquestas cubanas. Un espacio importante lo ocupa Marcelino Guerra (rapindey); quien formó parte del Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro al igual que Rafael Ortiz. La figura destacada de la música de la región cienfueguera de aquellas décadas fue Bartolomé Maximiliano (Benny) Moré. Estos son algunos de los nombres de los que deberíamos estar orgullosos, la historia que aún está por contarse, debemos construirla.

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