Redes de explotación sexual en Medellín utilizan niños para “enganchar” a más menores

Redes de explotación sexual en Medellín utilizan niños para “enganchar” a más menores
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Que un niño de diez años hiciera de “campanero” mientras el estadounidense Timothy Alan Livingston abusaba sexualmente de dos niñas de 12 y 13 años en un hotel de El Poblado fue quizás uno de los detalles más espantosos del suceso que sacudió a la ciudad en marzo. Aun así, este escenario –inverosímil para muchos– se habría convertido en un factor común en casos de explotación sexual comercial de menoressegún el más reciente informe de la Mesa Intersectorial contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (Escnna) de Medellín.

Una de las principales revelaciones que hace el documento es que en algunas ocasiones los perpetradores de este crimen han utilizado a niños y adolescentes víctimas para que a su vez induzcan a otros menores a sus redes de explotación infantil a cambio de una “comisión”. .

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Según los mismos adolescentes que enganchan a otros menores, esto se facilita porque sus víctimas también forman parte de poblaciones vulnerables o se encuentran en situación de drogodependencia, por lo que se aprovechan de ellos y les dan algo de dinero que terminan gastando en comida. , ropa y drogas.

El informe también detalla que en este “reclutamiento” los propios menores reconocen que están siendo instrumentalizados y que lo que hacen vulnera los derechos de sus víctimas y que además les trae efectos físicos, psíquicos y sociales, por lo que prefieren coaccionar. otros niños. de su edad que han sido previamente enganchados a estas redes de explotación, ya que pueden caer con mucha más facilidad que los menores que no han sido vulnerados en el pasado.

El problema no es sólo el turista

Según datos de la Fiscalía, entre 2010 y 2022 se presentaron 3.014 casos relacionados con explotación sexual y comercial de niños en 13 de las 21 comunas de Medellín (16 urbanas y 5 corregimientos), especialmente de niñas de 12 a 17 años. . , lo que representa una tendencia alcista. Sin embargo, alrededor del 90% de estas investigaciones se encuentran sólo en etapa de instrucción, y sólo el 5% se encuentran en ejecución de sentencia o en juicio.

En lo que va de 2024 en Medellín se han reportado 64 denuncias por estos casos, siendo explotación sexual comercial junto con el uso de medios de comunicación para ofrecer actividades delictivas sexuales con menores de edad, proxenetismo con menores y trata de personas. los delitos más denunciados. Por estas denuncias se han capturado 20 personas, y en seis de ellas se trata de turistas extranjeros.

Un tema que llama la atención de los especialistas es la disparidad de datos entre entidades judiciales. Por ejemplo, en la base de datos de la Policía Nacional durante el período mencionado se reportaron 10.361 casos relacionados con explotación sexual comercial de niños y niñas en Medellín, es decir, más de 7.000 casos de diferencia con los registros de la Fiscalía.

Otro de los puntos que tocan los expertos en el informe es si los casos están directamente asociados al boom turístico que vive la ciudad. Según ellos, la explotación sexual infantil no tiene una conexión directa con el turismo porque es un problema que ha sido realizado a lo largo del tiempo por perpetradores desconocidos, familiares o miembros de grupos criminales. Así lo afirma Jazmín Santa, profesora investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y miembro de la Secretaría Técnica de la Mesa Intersectorial.

“El boom se ha dirigido al turista, pero realmente la explotación se da con los locales. Si bien la situación de Lleras ha captado la atención de los medios, haciéndonos pensar que ese es el principal problema en Medellín, siempre ha habido alertas sobre la situación en los conventillos, donde la fuerza pública no llega y no se hace nada. Además, hay familias que también son explotadoras, hay muchos casos en los que la explotación está relacionada con la venta de material de abuso sexual producido por padres, madres o cuidadores a través de medios virtuales”, señaló Santa.

Respecto al bochornoso aumento de la oferta y demanda de pornografía con menores, el investigador Santa explicó que la llegada de las redes sociales ha aumentado el riesgo de que niños y niñas acaben involucrados en estas redes criminales.

“En Medellín hay mucho desempleo y precariedad, y siento que los menores han dejado de estar protegidos. Esa idea de que ‘la plata es plata’ se ha convertido en una elección de vida. La venta de servicios corporales y sexuales está creciendo y nos estamos posicionando como la capital de las webcams. Nos guste o no, esto facilita ciertas condiciones. Por eso, el desafío es que la calle también sea un ambiente protector, ya que pareciera que la casa no lo es”, agregó.

Maneras de seguir

Ante el accionar de las autoridades, el informe agrega que es crucial que las personas encargadas de la atención a niños, niñas y adolescentes tengan experiencia y educación en ese contexto.

Asimismo, se sugirió un mayor control y acción preventiva en lugares que presentan mayor riesgo para la inducción o reclutamiento de víctimas, como instituciones educativas, redes sociales, centros nocturnos, gimnasios, terminales de transporte y aeropuertos; o por la perpetración de abusos sexuales como hoteles, departamentos alquilados a través de plataformas o fincas.

En este último aspecto se hizo hincapié en aplicar las leyes de turismo que exigen el registro de las plazas de corta estancia ya que uno de los problemas que tienen estas viviendas es que al no haber una persona en la recepción las 24 horas, es más fácil para alguien Entra con un acompañante sin registrarlo.

Esta sugerencia también fue considerada por la directora de Cotelco, Sandra Restrepo, quien recordó a los integrantes del gremio hotelero que impedir el ingreso de menores de edad a alojamientos sin autorización de sus padres es una norma que se debe cumplir. “Permitir esto, incluso sin que se produzca un acto sexual, puede llevar a la expropiación de la propiedad”, recordó.

La pandemia se hace más visible

Si bien la oferta y demanda de servicios sexuales existe en Medellín desde hace décadas, en los últimos años tras la pandemia se ha notado un aumento de esta actividad, especialmente en zonas turísticas como El Poblado.

Según Valeri P. Ramírez, presidenta del Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Antioquia, antes de la pandemia la mayoría de estas personas trabajaban en centros nocturnos. Sin embargo, con el cierre de estos establecimientos tras la aparición de la covid, muchas mujeres se vieron obligadas a salir a la calle.

“En algunos lugares nos permiten trabajar como azafatas o camareras, aunque tenemos muchos nombres diferentes. Nos contratan para vestirnos sexy para atraer turistas al consumo. Y así también podemos ofrecer servicios sexuales. Con el cierre de estos establecimientos muchos nos quedamos sin trabajo y tuvimos que salir a la calle”, explicó Ramírez.

También se sumó la migración masiva desde Venezuela, hecho que provocó que muchas personas del país vecino terminaran explotadas en redes criminales de la ciudad.

Esto ha provocado que la oferta de servicios sexuales en espacios como el Parque Lleras y zonas aledañas de El Poblado se haya desbordado y concentrado la atención de las autoridades, aunque, como dijo la maestra Jazmín Santa, hay otras zonas de Medellín donde no Llega a la fuerza pública y todo sigue como si nada.

 
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