Nueve años después de la primera marcha, organizaciones se movilizaron en el centro

Nueve años después del brutal feminicidio de Chiara Páez, un grupo de personas marchó por las calles de Salta para exigir justicia y denunciar la persistente violencia de género. El movimiento “Ni una menos”, que puso freno a la violencia contra las mujeres en Argentina, reunió a diferentes organizaciones en la Plaza 9 de Julio, desde donde inició una marcha que recorrió el centro de la ciudad.

El acto central en la ciudad de Salta comenzó en la emblemática Plaza 9 de Julio, donde diversas organizaciones feministas, de la diversidad sexual, sociales, políticas y sindicales se reunieron para iniciar la marcha. Desde allí, los manifestantes marcharon hasta la Legislatura provincial y luego hasta la Jefatura de Policía.

Durante la marcha, las diferentes representantes de organizaciones sociales tuvieron su turno de micrófono abierto, lo que les permitió realizar las demandas y medidas que faltan para que la lucha contra la violencia de género sea realmente efectiva. Una de ellas fue Irene Cari, presidenta del Foro de Mujeres por la Igualdad de Oportunidades, quien tomó su turno al micrófono, en la protesta frente a la Legislatura provincial, donde exigió acciones concretas por parte del Estado nacional, para las familias necesitadas y el apoyo. proporcionados a las cafeterías escolares. “Hoy en día muchos niños no van a la escuela porque no tienen zapatillas. Mucho menos para comer”, afirmó Cari.

La siguiente parada de la marcha fue en la Jefatura de Policía, donde se presentó un caso judicial ocurrido en la ciudad de Metán. Fue el testimonio de Joel, una joven docente que solicitó su traslado laboral de la ciudad de su origen a Salta, debido a la violencia de género, protagonizada por su expareja. En este momento, Joel perdió la custodia de su hijo en noviembre y actualmente exige acciones del Departamento de Justicia de Metán.

El regreso a la Plaza 9 de Julio

El final de la marcha fue pasadas las 19.30 cuando la columna de manifestantes se dirigió nuevamente hacia la Plaza 9 de Julio, pero para expresarse en un nuevo repudio frente a la Catedral. En la avenida Belgrano, una columna del Partido Obrero se retiró de la protesta por Mitre, mientras el grupo restante continuó su camino hacia Zuviría donde descendió en sentido contrario hacia la Catedral.

En la Catedral, los manifestantes recordaron a las tres niñas lesbianas asesinadas en Barracas, Buenos Aires. Colocaron sus imágenes en la valla que había sido colocada en las primeras horas del día frente a la Catedral y posteriormente se encendieron velas en su memoria.

Casi al finalizar esta nueva marcha Ni una Menos, las manifestantes reiteraron su pedido tanto al gobierno nacional como al provincial de velar por la seguridad de las mujeres lesbianas, que fueron víctimas de ataques violentos en los últimos meses y sobre lo que la Justicia no ha hecho. aún resuelto o condenado.

Los organizadores resaltaron la importancia de esta movilización: “Nueve años después del primer Ni Una Menos, esta manifestación nos sigue convocando, porque muchas de las demandas de 2015 siguen sin cumplirse”. Las pancartas y cánticos reflejaron mensajes contundentes como “Ni una menos, vivas nos queremos” y “Las lesbianas también marchan”.

Uno de los testimonios de la jornada fue el de un activista quien expresó: “Un año más nos encuentra con un luto muy grande ante el lesbicidio de tres compañeros en Barracas. Este lesbicida nos pone en la calle para concienciar sobre lo que significa la violencia y que se puede decir no a cualquier tipo de violencia. Hay cuerpos de mujeres, trans y lesbianas que aparecen en público; Necesitamos el compromiso serio del gobierno, las instituciones y la sociedad para erradicar la violencia y la discriminación”.

La falta de presupuesto y recursos para combatir la violencia contra las mujeres fue otro de los puntos destacados de la marcha. “Poco se hace por quienes presentan denuncias; hay poca respuesta de apoyo a las mujeres ante la amenaza del agresor. Hay mujeres pobres que son víctimas de violencia y necesitan un compromiso serio y una compensación económica para poder seguir con sus vidas”, dijo una representante de una organización feminista.

Y agregó: “Una vez más las mujeres estamos en las calles gritando para que cesen los feminicidios y la violencia estructural e institucional. Las mujeres que buscan justicia restaurativa se encuentran nuevamente victimizadas por los jueces”.
La marcha en Salta, como en otras partes del país, demuestra que el grito “Ni una Menos” sigue resonando con fuerza, subrayando que la lucha por la justicia y contra la violencia de género sigue siendo necesaria y urgente.