Advierten que Argentina enfrenta serios riesgos de crecimiento demográfico

Expertos en el área dicen que demografía Es el destino del pueblo. De ser así, nuestros datos ofrecen un presagio preocupante. Primero, la infancia ocurre la mitad del tiempo en pobrezacon problemas dentales, metabólicos y
desarrollo. En segundo lugar, la fertilidad está por debajo de la tasa de rotación, lo que produce envejecimiento de la población e insostenibilidad del estado de bienestar. Ambos factores deberían hacernos repensar el papel del Estado y las políticas para
implementar.

Infancia en la pobreza

Según la evidencia disponible, la probabilidad de perder la mitad de los dientes o más en la edad adulta se duplica cuando se creció en malas condiciones. pobreza. Y la pérdida total de dientes puede alcanzar el 4% de los adultos desarrollados en contextos de privación (fuera de los cuales es casi inexistente). Imaginemos entonces la magnitud del problema odontológico en Argentina. Según estudios epidemiológicos, Argentina sufre hoy uno de los problemas de salud bucal más graves de América Latina. Junto al pobreza en el infancia duplica la incidencia de diabetes, que a su vez se anticipa 10 años. Otro factor es la altura. Además de los factores poblacionales y genéticos, las condiciones de mala nutrición y la alta prevalencia de enfermedades en el infancia Se asocian con una estatura más baja en los adultos.

La probabilidad de perder la mitad de los dientes o más en la edad adulta se duplica cuando creciste en la pobreza. Foto: MDZ.

El joven argentino es hoy medio centímetro más bajo que el surcoreano, al que superó en 7 centímetros hace un siglo. No tenemos datos sobre problemas de desarrollo cerebral, pero si se toman publicaciones internacionales, no ingerir cantidades adecuadas de carne, leche y huevos en la infancia provoca daños estructurales en el cerebro, que se manifiesta, entre otras cosas, en un bajo rendimiento escolar. Hoy en día, la mitad de los niños llegan a la escuela con el estómago vacío y no menos de un millón de ellos incluso cenaron el día anterior. Sin mencionar que uno de cada cinco no terminará la escuela primaria y más de la mitad no completará la secundaria.

Además, de quienes terminan la escuela, casi el 70% tendrá mala comprensión de los textos y sabrá poco de matemáticas. Esta realidad configura cambios estructurales capaces de condicionar la vida adulta.

Error conceptual del dividendo demográfico

El segundo punto es la tasa de fecundidad de 1,88 hijos por vida fértil femenina en Argentina, por debajo del nivel de reemplazo. Significa que en una población donde la mitad son mujeres, hay menos de 2,1 hijos por mujer. Nuestra baja tasa de fecundidad implica que la población progresivamente está compuesta por más adultos que niños, es decir, envejece, y que al final tiende a reducirse, es decir, el número total de habitantes disminuye. Según el concepto de bonificación demográficodado que el 64% de nuestra población está en edad activa, es decir, en condiciones de trabajar, entonces la tasa de dependencia sería baja, lo que representa una ventaja para la economía.

El joven argentino es hoy medio centímetro más bajo que el surcoreano, al que superó en 7 centímetros hace un siglo.
Foto_ Santiago Tagua/MDZ

En otras palabras, habría menos facturas que pagar por cada individuo potencialmente activo y generador de ingresos. Pero en nuestro caso el concepto de “bonus” demográfico” es engañosa. Porque la tasa de dependencia no lo es todo. Los niveles de dependencia varían según el costo agregado de las necesidades de los grupos dependientes (niños y adultos mayores) en relación con los niveles de ingresos generados por la población activa. Es decir, un nivel agregado de dependencia puede ser alto para los aportes de 4 personas activas, si producen poco, no tienen trabajo o si requieren gastos excesivamente costosos.

Esto ocurre cuando hay problemas de salud generalizados entre los niños o cuando la productividad del sector activo es muy baja. En consecuencia, la Argentina sufre hoy un problema muy severo. demográfico sin ningún “bono” real. Porque la mayoría del sector generador de ingresos, es decir, la población en edad activa, no ha terminado la escuela, es pobre y no trabaja o trabaja.
hecho en negro. Por otro lado, la parte de la población dependiente, especialmente los niños (24% del total), tienen en su mayoría los problemas que describimos anteriormente. Problemas que exigen niveles de inversión en nutrición, salud y
educación que hoy los trabajadores parecerían no poder financiar.

Casi el 70% de quienes terminan la escuela tendrán poca comprensión de los textos y sabrán poco de matemáticas. Foto: MDZ.

Organización y eficiencia

Cuando hablamos de no llegar a fin de mes con los ingresos, entonces, debemos considerar lo que realmente sucede: llegamos a fin de mes, pero sacrificando cantidad y calidad de lo que se consume. Aquí la salud y la educación se verán afectadas. Es la constante. Y la historia demuestra que sólo hay una manera de solucionar una encrucijada como el grave problema demográfico Argentino, además de la reiterada cuestión de la “macro”; Se nos exige organización y eficiencia. Necesitamos niveles más altos de organización
ser colectivamente más eficientes a la hora de proveernos como comunidad de bienes y servicios educativos y de salud que nos permitan romper lo que la literatura especializada llama la “trampa de la pobreza”. La organización para la eficiencia es la
nombre de la buena política, la indispensable, la que debemos buscar. Y ningún pueblo ha podido organizarse y ser más eficiente sin un Estado mejor.

Lo cual en nuestro caso es urgente. La mitad de esos niños cuya dura realidad describimos anteriormente celebrarán el nuevo año 2100. Entonces cada fin de mes que se pierde, hipoteca el siglo. La inacción transformará una mala foto en un destino aterrador.

Carlos Javier Regazzoni.

* Dr. Carlos Javier Regazzoni, ex titular del PAMI, director del Instituto de Salud Global, Universidad Kennedy.

 
For Latest Updates Follow us on Google News