Los espirituanos viven apegados a sus tradiciones sin abandonar el desarrollo y la modernidad como ciudad que en el siglo XVI era la unión del oriente y occidente de la isla.
En vísperas de la festividad, el campanero -que toca los carillones- de la Parroquial Mayor del Espíritu Santo hace llegar los repiques a los puntos más alejados del pueblo como bienvenida al nuevo aniversario fundacional.
El templo católico con más de tres siglos de existencia es uno de los mejor conservados de Cuba y en su cúpula como trofeos de época se encuentran cuatro campañas fundidas en oro, plata y bronce por artesanos de Trinidad, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En la pequeña comunidad (Pueblo Viejo), seis kilómetros al este del actual Sancti Spíitus, se produjo el primer acto de rebelión de sus gobernantes contra la corona española, y fray Bartolomé de las Casas, en la misa fundacional, denunció la barbarie española contra la población aborigen.
El otrora único pueblo en Cuba de nombre latino y la fusión de culturas como la hispana y la africana hacen de esta antigua ciudad un tesoro incalculable en arquitectura, música, literatura, arte y danza.
Su eje central, Monumento Nacional, conserva la Casa de la Cultura, la misma que tuvo como inquilino a Federico Capdevila, defensor de los ocho estudiantes de medicina fusilados en 1871 por el colonialismo español.
También el Museo de Historia Natural y la Biblioteca Provincial Rubén Martínez, ex Sociedad El Progreso, acompañados del Parque Serafín Sánchez, donde se ubicaron los templos católicos del siglo XVI, la Ermita de la Veracruz y el Convento de San Francisco.
Sancti Spíritus conserva propiedades de alto valor, algunos lo identifican no sólo en Cuba sino en el mundo, el puente Yayabo de cinco arcos único en el país, construido en 1831; El 21 de febrero de 1995 adquirió la categoría de Monumento Nacional.
Hasta el día de hoy cuenta la leyenda que en su ejecución se utilizó una mezcla de leche de vaca, cabra o burra, técnica por confirmar, pero que junto al güije siguen teniendo espacios para el imaginario popular.
Las calles adoquinadas que comienzan en la pequeña cumbre donde se ubica la Iglesia del Espíritu Santo y llegan hasta el Yayabo están llenas de historias y tradiciones, donde se puede escuchar el susurro de cuerdas y voces de un trío dando serenata a un amante o un ser amado. amigo.
La música es un emblema, su toque maravilloso es a la vez coherencia, atesorando el punto, la melodía, la trova, el son. Del pentagrama local han trascendido al mundo obras como: Pensamiento, Mujer Perjura, Herminia, Nenúfar y Canto a Cabaiguan.
Creaciones de destacados bardos como Rafael Gómez Teofilito, Companioni, Manolo Gallo, Sigifredo Mora, Arturo Alonso, Catalina Berroa, Rafael Saroza y Rafael Rodríguez, entre otros.
Aquí la vida cotidiana de sus habitantes se habla en versos y canciones. Forman parte de sus tradiciones los coros claves, con más de un siglo de existencia, los cabildos, los zapateados y bailes, la Feria Agrícola e Industrial, exposiciones, concursos de toros y rodeos.
La ciudad es un encanto armonioso de leyendas y tradiciones mientras trabaja por convertirse en uno de los sitios cubanos Patrimonio Cultural de la Humanidad.
mem/rga
 – .){kind=link}